Lorenzo Laborde Hita
Lorenzo Fernando Laborde Hita, poeta de Flores, nació en Trinidad el 25 de febrero de 1898.
Fueron sus padres el Doctor Lorenzo Laborde (1er. Director del Hospital local), destacado médico y filántropo y doña Margarita Hita de Laborde.
Hijo de una de las familias más distinguidas del medio, concurrió a la escuela Primaria de esta ciudad. En el libro de matrícula de la Escuela Artigas con el número 741 figura ingresado el día 11 de marzo del año 1907, con 9 años de edad.
Cursó en esta escuela 3º y 4º años. Concurrió al Liceo Departamental.
Completó sus estudios en el Colegio Seminario Sagrado Corazón de Jesús, de Montevideo, donde se destacó por su escolaridad, obteniendo una medalla de premio.
Los días libres concurre a una casa de la calle Guayabos donde se hospedan varios jóvenes de Flores, que continuaban sus estudios en la Capital. Allí formó amistades para toda la vida.
En el mes de enero de 1921, con un grupo de amigos edita un semanario que fue llamado “Juvenilla”. La Redacción estaba ubicada en la esquina de Francisco Fondar y 25 de Agosto (Sur-Este). Allí se realizaban verdaderas peñas literarias que conmovía la quietud de las horas pueblerinas. Se preocuparon por conseguir para nuestra ciudad la visita de distintos personajes de relieve internacional como oradores, músicos y poetas.
El poeta peruano Juan Parra del Riego visita, atendido por “peña” de Laborde, la ciudad de Trinidad y luego vierte en su libro conceptuosas palabras sobre este periódico.
En junio de 1936 es designado en un grupo de Historia 2º Año.
En sus tareas docente descolló no sólo por sus cualidades personales de didáctica sonoridad de voz, pulido lenguaje, trato amistoso, gentil, caballero…, sin duda por su vasta cultura con la cual deslumbra a sus alumnos quienes le profesaron una verdadera devoción.
En el año 1938 se inicia como profesor en el Liceo Departamental de Rivera. En esta ciudad conquistó muchas amistades al decir de sus discípulos, “fue único como profesor, porque supo unir a la perfección de sus conocimientos la bondad y un espíritu que quiso ser a la vez padre, maestro y amigo”.
Alternó el trabajo de profesor con tareas que desempeñaba como funcionario de Intendencia Municipal.
Su hobby fue la carpintería, dedicando las horas de la noche para trabajar. Su espíritu artístico lo llevó a dirigir obras de teatro que fueron representadas por estudiantes del liceo en el escenario del Teatro Artigas de Trinidad.
El 23 de diciembre de 1935 se estrenó “Cantos Rodados”, también se representó “Canción de Cuna”.
El 23 de diciembre de 1935 viaja a Europa visitando varias ciudades.
El 14 de abril de 1945 lee una conferencia sobre Frankleind Delano Roosvelt por la Radio Internacional de Rivera, emocionado tal vez por hechos tan trascendentes para nuestro país, fallece a las 5 horas de la mañana del día 16.
La peregrinación desde la ciudad del norte llaga a su terruño acompañado por “muchachos”, profesores y alumnos.
Un pueblo se volcó frente a la Plaza Flores, en casa de sus viejas amigas, las señoritas de Rodríguez Bessonart, donde se realizó su velatorio para rendir el postrer homenaje al amigo y al Maestro.
POEMAS DE LORENZO LABORDE HITA:
HERMANO MENDIGO
Hermano mendigo;
si vas al velorio,
llégate una tarde hasta mi heredad,
siéntate en los muros grises y derruidos
a la sombra amiga de los olivares
y deja un recuerdo por el pobre hermano
que quedó allá atrás.
Pasa muchas veces por la callejuela
de casitas blancas;
en la verde senda que conduce el prado
hay un portal grande de gruesos barrotes
¡pasa muchas veces,
hermano mendigo!
Si ves una moza muy triste que espera,
dile que ya es tarde;
que el hermano bueno que la quiso mucho
llorando te ha dicho que no volverá.
EL TALA
Es de la flor indígena; con sus ramas abraza
una floración pequeña; forma como una tienda,
en donde las espinas se cierran en coraza
para que dentro duerma tranquila la leyenda.
Vive solo en las piedras, no necesita apoyo;
es primitivo en todo como la vieja raza.
cuando se arrima al monte a lamer el arroyo,
es por cerrar un vado o herir a quien lo pasa.
Tiene una historia simple; un indio en la hora mala
sin armas, indefenso, a la sombra de un tala
pensaba en su derrota… en su rabia impotente…
En el jaguar triunfante… en su tienda desecha
y una rama del tala se dobló buenamente,
formando el primer arco que disparó una flecha.