Cuando PLUNA llegaba a Trinidad

Ramiro Tourreilles
Redacción

Aunque al lector contemporáneo le parezca extraño, en sus primeros tiempos PLUNA hacía una escala en Trinidad, lo cual rememoraremos en esta crónica.

EL ORIGEN DE PLUNA
En noviembre de 1936 se crea una empresa privada, organizada en forma de Sociedad Anónima, dedicada a la explotación del servicio de navegación aérea, denominada “Primeras Líneas Uruguayas de Navegación Aérea” (S.A.P.L.U.N.A). Esta empresa privada actúa, en sus primeros años con algunas intermitencias, hasta 1943, cuando es transformada en una Sociedad de Economía Mixta, con capitales privados y del Estado, S.E.M.P.L.U.N.A. En un proceso iniciado en 1946, pasa a ser un ente estatal autónomo, conservando la denominación inicial: P.L.U.N.A.
El 14 de febrero de 1936 se aprueba una resolución autorizando el establecimiento de líneas aéreas comerciales: una entre Montevideo y Salto y otra de ensayo entre Montevideo y Rivera. Mediante la modalidad del contrato de concesión se otorga la explotación de estas líneas a S.A.P.L.U.N.A., representada por Alberto y Jorge Márquez Vaeza. Los itinerarios, fijados por decreto reglamentario, están integrados por las siguientes escalas: Montevideo, Mercedes, Paysandú, Salto y Montevideo, Durazno, Tacuarembó, Rivera.
El 20 de noviembre de 1936 se realiza el vuelo inaugural, uniendo Montevideo con Salto (extractado de: Hugo Baracchini: “Historia de las comunicaciones en el Uruguay”).

MIENTRAS TANTO EN TRINIDAD
En esta época fundamental para el desarrollo de nuestra aeronáutica, tanto civil como militar; el 9 de marzo de 1937, en Trinidad, un grupo de entusiastas de la aviación inicia los trabajos fundacionales del “Aero Club de Flores”.
Paralelamente, la Intendencia Municipal de Flores -Alfredo J. Puig, otro entusiasta de la aviación, era el Intendente- adquiere a los señores Donagaray Hnos. una chacra de 47 hectáreas, sobre la carretera a “Las Tres Esquinas”, para “campo de aterrizaje o aeródromo”, al que, a propuesta del Aero Club de Flores, se le dio el nombre de “Carlos Antúnez Castellanos”, primer mártir que el departamento de Flores ofrendó a la aviación.
El “Campo de Aviación” fue inaugurado con un festival aéreo el 24 de octubre de 1937, y al mismo concurrió un bimotor de PLUNA.
Acotamos que con anterioridad a la adquisición del Aeródromo, era común que los aviones que, por distintas razones, llegaban a Trinidad aterrizaran en el local feria de la Sociedad de Fomento de Flores.

SE GESTIONA UNA ESCALA DE PLUNA
Desde abril de 1937, los periódicos trinitarios “La Idea Nueva” y “República Nueva” frecuentemente publicaban sueltos alusivos a la posibilidad de que PLUNA estableciera una escala en Trinidad, con motivo de la habilitación del Campo de Aviación “Carlos Antúnez Castellanos”, y a la realización de gestiones en tal sentido.

UN ATERRIZAJE FORZOSO
En “La Idea Nueva” del 3 de junio de 1938, leemos que el 1º de junio de 1938 descendió en el Aeródromo local el cuadrimotor de Pluna “San Felipe y Santiago”.
“Aproximadamente a las 17 y 15 horas descendió en nuestro aeródromo Municipal, donde permaneció hasta las primeras horas de la mañana del jueves”.
“Piloteado por el Capitán Noack, seguía la ruta Salto-Montevideo, cuando a la altura de Mal Abrigo, en el departamento de San José, se vio imposibilitado de continuar el viaje debido a la densa niebla reinante en el paraje”.
“Regresó entonces a nuestro campo de aviación, el más cercano al lugar donde se encontraba”.
“Inmediatamente se congregó un público numeroso –pese a la hora- que admiró la gigantesca nave del aire”.
“Se trata de un aparato muy moderno, con cuatro potentes motores que le dan una estabilidad asombrosa”.
“Su interior, con capacidad para doce pasajeros, es un verdadero alarde de comodidad”.
“Asientos pull-man, con excelente disposición que permiten al pasajero viajar en cómoda posición, casi horizontal”.
“La cabina de los comandos está perfectamente separada del compartimiento de los pasajeros”.
“Posee, además, profusa iluminación, amplios servicios higiénicos, etc”.
“Tal el aparato que accidentalmente nos visitó y que en realidad había interés en conocer en nuestra ciudad”.
“Por otra parte, cabe destacar que una vez más, el Capitán Noack ha dado muestras de su gran prudencia y del sentido de su responsabilidad con respecto al pasaje”.

LAS GESTIONES CULMINARON EXITOSAMENTE
En sus ediciones del 23 y 26 de julio de 1938, los periódicos locales “República Nueva” y “La Idea Nueva” informaron sobre el éxito de las gestiones realizadas por el Intendente Municipal Alfredo J. Puig y el Presidente del Aero Club de Flores, Dr. Arturo Berhouet, para que los aviones de PLUNA hicieran escala en Trinidad.
El “San Felipe y Santiago” haría escalas todos los días, con excepción de los domingos, levantando pasaje para Montevideo y para las ciudades del norte del país, con un precio de $11,00 el pasaje y $ 20,00 ida y vuelta.
Fue designado agente J. Gualberto Sala, quien instaló la Agencia en calle 25 de Mayo (hoy Dr. Herrera) casi Manuel Oribe.
“Una vez que la ‘Pluna’ logre la correspondiente autorización que gestiona de las autoridades del caso, quedará establecido en forma regular y por un período de prueba garantizado por la Intendencia y en el curso del cual la población será quien decida si continúa o no, el servicio aéreo de transporte de pasajeros entre Trinidad- Montevideo y Trinidad- Paysandú-Salto”. (“República Nueva”, agosto 13 de 1938).

SE INICIAN LAS FRECUENCIAS
Era frecuente que la prensa local publicara los “viajeros de Pluna”, la primera nómina la leemos en “La Idea Nueva” del 18 de noviembre de 1938: “Hora 9 y 45. Para Trinidad Dr. Enrique Sienra. Para Paysandú Sr. Francisco Rinte, Albino Concari, J. A. Rodríguez Escalada. Para Salto Sr. Francisco Peñalba. Para Artigas Sr. Napoleón Almeida y Sr. Domingo Yattar”.
No obstante ello, los pasajes en la agencia local, para el norte y el sur, comenzaron a expedirse el 25 de noviembre de 1938.
Según “La Idea Nueva” (25/11/1938) “estos viajes por el momento, se harán los días lunes, miércoles y viernes. Una vez que se encuentre nuevamente en vuelo otra máquina actualmente en reparación, los pasajes para Trinidad y de Trinidad podrán solicitarse todos los días de la semana” (…).
“De acuerdo con lo que se nos informa, los interesados en viajar en los aviones de la Pluna, deberán solicitar con la debida antelación sus pasajes a la agencia local, lo que puede hacerse personalmente o por el teléfono 533”.
“De acuerdo con los pedidos de pasajes que haya, la Agencia local comunica telefónicamente a Montevideo y, entonces, el avión descenderá en nuestra ciudad o, en caso de no haber pasajes solicitados, continuará su viaje por la ruta acostumbrada”.
A partir del 31 de diciembre de 1938, los servicios pasaron a ser diarios, menos los domingos.
La ley 9977, de subvenciones, franquicias y recursos para el fomento de la aviación nacional, del 5 de diciembre de 1940, estableció primas quilométricas a S.A.P.L.U.N.A. en varios servicios, entre ellos: Montevideo- Trinidad- Mercedes-Paysandú- Salto (6 veces por semana). La escala en Trinidad era irregular y se realizaba sólo a pedido de los pasajeros de o para esta ciudad.
Trinidad estaba a 45 minutos de Montevideo, por esta línea.
De esta forma también fueron “habitués” de nuestro aeródromo los recordados aviones “Churrinche” y “Santa Rosa de Lima”.

EL FINAL
Mientras se discutía la conversión de PLUNA en sociedad de economía mixta, estuvieron suspendidos los vuelos, los que se reiniciaron el 15 de setiembre de 1945, con los cuatrimotores “Douglas” de 14 pasajeros (incluso uno de ellos, el “San Mauricio”, literalmente “peludeó” en nuestro Aeródromo, enterrándose con ambas ruedas).
Finalmente, PLUNA suspendió totalmente sus escalas en Trinidad, argumentando que lo reducido de nuestras pistas impedía el descenso de sus aviones más grandes.
Como anécdota, diremos que la escalinata que se utilizaba aún se conserva en nuestro medio –al menos eso creemos- y, desde hace décadas, ha servido de tribuna a varias agrupaciones del Partido Nacional. Pensamos que sería interesante poder incorporarla al acervo del Museo Departamental.