Lo que dejó la elección interna de los Partidos
El domingo tuvo lugar en el país una nueva fiesta cívica, al realizarse las elecciones internas de los partidos políticos, en el marco de la primera etapa de un proceso electoral que finalizará dentro de un año, cuando el pueblo sea nuevamente convocado a votar para elegir a los gobernantes departamentales. Pero entre medio estará la elección nacional, eligiéndose en octubre al Presidente de la República y a quienes nos representarán en las Cámaras de Senadores y Diputados. Queda pendiente y sujeta al resultado que se dé en octubre, la instancia del balotaje prevista en el calendario electoral para el mes de noviembre entre los dos candidatos a la presidencia más votados en la primera vuelta.
La del domingo 1º de junio fue una jornada que gran importancia más allá que la emisión del voto no fue obligatoria. En todo el país el registro de votos emitidos fue tan bajo –o más bajo- que otras veces, no llegando al cuarenta por ciento de los ciudadanos habilitados. Pero en ese marco la ciudadanía de Flores volvió a ser ejemplo en el Uruguay, registrando una de las votaciones más altas –si no la más alta- registrada ese día en todo el territorio nacional. Ese hecho nos congratula, pero sabido es que nuestro departamento tiene sus particularidades que obran en favor de ese fenómeno. Por un lado la dimensión de su territorio, la cercanía que facilita que los vecinos no tengan problemas de traslados, o de ser trasladados a los lugares de votación por parte de las agrupaciones. Por otro lado la tradicional puja interna que se da en el Partido Nacional, mayoría en la historia política del departamento, factor que influye a la hora de elegir entre unos y otros.
Pero abordemos el tema en términos más amplios.
La no obligatoriedad del voto nos da una señal de hasta dónde la ciudadanía tiene conciencia de la trascendencia de participar en una elección, y en ese sentido creemos que los actores políticos –dirigentes y candidatos de los Partidos Políticos- tienen que abrir un espacio para analizar ese aspecto que no es menor. La escasa votación en el país cuando la elección no es obligatoria, debe llamar la atención a quienes no están logrando atraer al ciudadano a las urnas para que decida sobre el destino del país.
¿Qué es lo que está sucediendo?, es la interrogante que tenemos que hacernos todos. ¿Cuál es la causa por la cual los ciudadanos al no estar obligados a votar no se ven tampoco tentados de participar?
Ese es un tema que no debe soslayarse, tendría que formar parte del orden del día de los órganos de dirección de los partidos. Ese es uno de los deberes que dejó esta elección interna.
En cuanto a los resultados que se dieron en esta primera etapa del proceso electoral, a nivel nacional hubo sorpresas solo por el lado del Partido Nacional, donde Lacalle Pou se erigió como candidato único de esa colectividad cuando todas las encuestas anticipaban –al menos hasta la veda publicitaria- el triunfo de Larrañaga.
Creemos que ha sido un ejemplo más que da la ciudadanía, en el sentido que no se lleva por los augurios sino por lo que le dicta la conciencia. En este caso significa que el “pueblo blanco” ha dado una señal clara de cuál es su deseo, de renovar si consideramos la edad del candidato elegido, pero sobre todo demostró que prefiere un discurso y una acción conciliadora, capaz de abrir espacios a distintas opiniones y un lugar importante al entendimiento por encima de las diferencias. En definitiva prefiere a alguien que sepa interpretar este tiempo nuevo que vive el mundo.
Luego se verá qué resulta en caso de llegar al gobierno, porque metido en la génesis de este hombre joven por el que optó la mayoría blanca, está inscripto un apellido que desde la presidencia ya escribió uno de los capítulos de la historia fresca de este país.
No hubo sorpresas en los demás partidos. Tabaré Vázquez se convirtió por amplio margen en el candidato a Presidente del Frente Amplio, fuerza política que es favorita para ganar por tercera vez el gobierno nacional, procurando las mayorías parlamentarias para continuar desarrollando su proyecto de país productivo y del conocimiento.
El Partido Colorado tendrá en Pedro Bordaberry a la figura que los represente en octubre, en busca de cambios en temas urticantes, entre ellos la seguridad pública que ameritará un plebiscito para determinar si la ciudadanía entiende que es bajando la edad de imputabilidad penal que se avanza en el objetivo de la paz social.
A los demás partidos de menor fuerza electoral se les debe reservar también un lugar protagónico en la vida del país, porque escuchar a las minorías es sinónimo de la más pura democracia.
La elección interna en lo departamental volvió a colocar en el escenario político una polarización en el Partido Nacional –histórica mayoría en Flores-, cosa que no se dio hace cuatro años atrás cuando solo un candidato aglutinó al setenta por ciento del electorado local.
Esta vez la votación lograda por Carlos Mazzulo le está asegurando la candidatura a la Intendencia, y en mayo de 2015 intentará volver a gobernar el departamento, como lo hizo en la década 1995/2005.
Por el lado del “oficialismo” surgió de las urnas un candidato nuevo, Fernando Echeverría, que pocos hubieran imaginado hace cuatro años atrás que se erigiera hoy como candidato a la Intendencia, luego de ganar una interna con fuertes contendores.
Así planteado el escenario político departamental, es absolutamente claro que en mayo del año que viene se pondrán a consideración de la ciudadanía dos estilos de gobierno diferentes, dos proyectos distintos en un mismo Partido que, mirado desde una lógica, tiene nuevamente la posibilidad de conducir los destinos de este departamento.
A la luz de los resultados de la interna, el Frente Amplio a nivel departamental está exigido a redoblar sus esfuerzos, porque no es saludable que las mayorías avasallen a las minorías, mucho menos en este caso donde Flores necesita de las propuestas de todos para seguir proyectándose a nivel nacional. Más teniendo en cuenta que esta fuerza política de la izquierda uruguaya continúa siendo hoy la que tiene más posibilidades de acceder por tercera vez al gobierno de la República.
La renovación que experimenta el Partido Colorado en este departamento es otra faceta saliente de esta elección interna. Lo percibido en la calle durante, donde los jóvenes colorados plantearon una militancia entusiasta, se reflejó en las urnas.
Ese aire renovador es necesario, imprescindible, en un sistema político envejecido y muchas veces prisionero de los intereses mezquinos tienen cansada a la población.
La ciudadanía tiene desde ahora la posibilidad de pensar qué gobernantes prefiere para los próximos años.