Semblanzas, vivencias
Federico Paolino
Corría la época de 1960 y pico, la Selección de fútbol mayor se había clasificado Campeón del Sur.
Estaba en plena disputa el Campeonato de Selecciones Campeonas; y los celestes trinitarios tenían que representar a la zona sureña.
Era un día sábado y la delegación en pleno marchaba hacia el norte del país a competir por dicho torneo.
En mitad del camino el ómnibus para en un Parador para que los jugadores descansaran, estiraran las piernas e hicieran sus necesidades.
En el bar había un hermoso billar y se armó enseguida una partida. Cepillo Rivero aparte de ser un gran golero, jugaba bien al billar, saca pecho y explica a todos la jugada de alta técnica, según él, que iba a jugar. El cuervo Santa Cruz compañero de Cepillo, mojó con agua el palo de billar, lo que motivó que al jugar Cepillo pifió y le salió muy mal la jugada. Todos largaron la carcajada; Cepillo se dio cuenta de lo que le habían hecho y fue la tomadura de pelo que le hicieron a Cepillo durante el resto del viaje.
Jugaron el partido, y volvieron todos contentos por la victoria obtenida como visitante y con Cepillo que cumplió una gran labor en el arco celeste.