Rendición de Cuentas de la gestión de gobierno
ECOS DEL PARLAMENTO
Ricardo Berois Quinteros
Representante Nacional (PN)
por Flores
Me ha tocado -por cuarta vez- analizar y ser el miembro informante del Partido Nacional, del presupuesto de gastos e inversiones del Gobierno nacional, Ley de Presupuesto y tres Rendiciones de Cuentas.
Trataré de extractar lo más significativo de un informe que me llevó casi una hora exponer en el plenario de la Cámara de Diputados.
Es bueno reconocer la solvencia técnica del informe económico-financiero del Gobierno, más allá de la natural orientación del oficialismo en resaltar lo positivo del rumbo.
La actual Administración culmina su mandato con una inflación cercana a los dos dígitos y un déficit fiscal del 3,3% del PIB.
En un excepcional período de crecimiento (2010-14) se acumulan resultados fiscales negativos en todos los años, que para nada cumplen las metas pautadas por el propio Gobierno. El déficit se paga con más deuda que tendrán que pagar las futuras generaciones.
A estos resultados le agregamos que la actividad económica confirma en el 2013 un fuerte proceso de desaceleración de gran parte de los sectores productivos, que se viene dando desde el 2011; el crecimiento promedio anual se redujo a la mitad, en 2010-11 fue del 8%, mientras que en el 2012-13 baja al 4%.
En épocas de “vacas gordas” se ha incrementado el gasto por encima de los ingresos, lo que quiere decir que cuando la exuberancia del crecimiento no sea tal, el resultado será incierto.
Los vínculos laborales con el Estado llegaron casi a 300.000 y tomado desde al año 2004 se incrementaron en casi un 24%. En el año 2004 eran 229.454 funcionarios públicos y en el 2013 los vínculos laborales son 298.743.
Para la Educación, reconocemos que se le asignó la mayor inversión presupuestal, estamos hablando de más de dos mil millones de dólares, superando el 4% del PIB. Sin embargo cuando pasamos raya a los resultados concretos del sistema educativo, nos queda sabor a poco. La educación debe cumplir con la condición de ser eficaz y eficiente en términos de calidad y de equidad, por cuanto se vuelve una variable clave para el desarrollo de la sociedad y de las personas.
El rezago y la no culminación de los ciclos medios de educación constituyen los problemas más importantes.
Más de un 60% de la población joven de entre 18 y 25 años no tiene secundaria completa y casi un 50% de los estudiantes de 15 años no logran niveles suficientes para insertarse en el mercado laboral.
Lo peor es que la desigualdad se profundiza, los pobres siguen estando rezagados. Sólo un ejemplo basta: a los 3 años, en los hogares pobres, asisten a la escuela aproximadamente 4 de cada 10 niños y en los hogares más ricos asisten 9 de cada 10 niños.
Hablamos también de salud, vivienda, de la producción agropecuaria y también del “Estado Paralelo” que no controla el Parlamento y son miles de millones de dólares sin control ninguno de parte del Tribunal de Cuentas y el Poder Legislativo, (prometemos un artículo especial para este tema).
Queremos concluir con algo que hemos sido reiterativos pero hace a la clave del desarrollo productivo del país, y es la falta total de recursos para el desarrollo de las vías de comunicación.
Cuando el Gobierno establece la inversión del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, fija la misma en aproximadamente 300 millones de dólares y le pone tope a esta inversión lo que hace que nunca se gastará esta cifra.
En el año 2013 se invierte un promedio de 232 millones de dólares para rehabilitar y mantener 8.784 kilómetros que es la red vial del país. Pero si tenemos en cuenta que los costos aproximados por kilómetro de ruta pavimentada andan en 1 millón de dólares y aproximadamente 150 mil dólares el kilómetro de tosca, concluimos que la asignación para mantener, recuperar y desarrollar la infraestructura vial es totalmente insuficiente.
En un Presupuesto nacional de más de 14 mil millones de dólares, el Gobierno dedica para caminería 232 millones de dólares, con esto es imposible hacer algo y la consecuencia la vivimos a diario quienes convivimos con el deplorable estado de las rutas nacionales.
El desarrollo económico viene de la mano del crecimiento de la producción y como consecuencia de ello deviene un marcado deterioro en las vías de comunicación.
Por supuesto que hay más temas para informar, no queremos aburrir al lector, siempre hemos tratado de estudiar y comunicar de la mejor forma, con la mayor profesionalidad. Seguiremos cumpliendo con igual responsabilidad, dándole a la política el nivel de jerarquía que necesariamente debe tener y que algunos se esfuerzan en abandonar.