Semblanzas, vivencias
Federico Paolino
Don Pascual Moreira o Areán era un vecino muy conocido en nuestro medio, de profesión zapatero y de un carácter muy afable. Tenía tres hijos varones, el mayor le llamaban “Chillido”, practicó fútbol y básquetbol y se recibió como pastor evangélico radicándose en la Argentina. El segundo era César, conocido como el “Cabezón”, también hizo deportes, fútbol en Sud América, básquetbol en Sparta, director técnico, juez, dirigente y colaborador en los ámbitos deportivos. El tercero y menor de ellos era conocido por todos su gran caudal de amigos como “Negrura”. También deportista, defendió los colores de la IASA, trabajaba en los talleres de “La Idea Nueva” como linotipista, cuando los trabajos de imprenta eran casi todos manuales y recién llegaban las primeras máquinas.
Un día llega allí un cobrador y pide para hablar con Negrura a cobrarle una cuenta muy vieja. Este le contesta “ando pelado” y le contesta “¿y cuándo vengo a cobrarla?”. “Mirá por ahora es bravo, estoy pasado”. “Hay una chance. Si el domingo próximo Peñarol le gana a Nacional el clásico y el Negro Ramírez que trabaja en el Café Beyruti me paga el quinto de lotería que le jugué y sacamos algún premio algo te voy a entregar”.
El domingo Peñarol perdió, Negrura también, el Negro Ramírez también porque nunca pudo cobrar el quinto de lotería y el cobrador también porque no pudo cobrar la cuenta. En definitiva, todos perdieron.