De ofertas, tormentas y confusiones

Mirtana López
Columnista

Uno.  Son inmensos, descomunales, los grandes comercios inventados para solucionar en un único recorrido todas las necesidades de un comprador. Tanto es el espacio que abarcan y tantas las dependencias, puestos, cartelería, luces, ofertas, que un mediocre comprador que deambula  por sus interminables pasadizos se siente sobrepasado, desconcertado, marcado y hasta noqueado. Ese mediocre comprador es alguien que creció haciendo mandados a los almacenes y que ha llegado a pactar con la comodidad que ofrecen los “super” comunes. Pero que experimenta una sensación de desconcierto en estos inabarcables mundos de la oferta. De cosas que no necesita y que le impiden ver las que tal vez le fueran útiles.

Dos.  La naturaleza despierta. La fecha del 25 de agosto ha perdido pie en su significado histórico. Los excesos iniciales de su significado, tan marcados por algunos historiadores, son minimizados por la naturaleza y sus potencialidades ocultas que desde hace unos años superan las leyendas del temporal de Santa Rosa. El viento, los vientos están jugando por encima de reglas y pronósticos humanos e imponiendo su mundo al nuestro. “Ante nosotros corre la espesa y negra corriente; hasta nosotros sube su murmullo incesante y múltiple; su amarilla superficie se hincha monstruosamente en fugaces remolinos que la recorren por un instante, silenciosos, efímeros y profundamente significativos, como si, bajo la superficie, se despertara algo enorme y viviente, durante  un momento de vigilia perezosa, para caer de nuevo en un ligero adormecimiento” describe Faulkner en “Mientras agonizo”.

Tres. Estas dos sensaciones de confusión vividas, la creada por el hombre en un inmenso shopping y la imponente de la tormenta “que tiene algo de cosa viva” y que nos deja “como si no hubiera  sido yo mismo”, han sido experiencias anticipatorias de otra impresión de confusión absoluta, experimentada también, en estos días. Este tercer desconcierto suma al primero, más bien anímico, el segundo, quizá filosófico un tercero más puramente intelectual y que se origina en la enorme variedad –y vaguedad-, de proyectos o modelos de transformación de nuestra la Educación  de los que se habla en los últimos días. El repaso de alguno de estos puntos ya nos predispone a la confusión.
En primer lugar, la creación o no de la Uned, Universidad de la Educación, destinada a la formación de profesionales en el área educativa, con título universitario. El país alcanzaría una vieja aspiración de los docentes con reales exigencias terciarias. Nada mal, por cierto. Pero,  por tratarse de la creación de un Ente autónomo, necesita de los 2 tercios de los votos. Salió en diputados con la suma de legisladores del  Frente y del P. Colorado. Pero en el Senado no alcanzan. ¿El voto nacionalista? No está. El P. Nacional se opone a esta creación de formación de  docentes. Sin embargo, el PN promete un programa de sobresueldos en forma de hasta 150 becas, en las que un mérito sería trabajar  en un centro de estudios con baja tasa de  deserción y buen rendimiento académico.  Agréguese a este exclusivismo formativo que será también posible prepararse pedagógicamente en el Exterior según el programa “Docentes  del siglo XXI”. Sin detenernos en este aspecto, consignamos que no aparece la financiación de semejantes  grandezas en el extranjero.
Como el lector podrá deducir, estas opulentas  ofertas, que seguramente serán la tentación de más de un joven en formación, no pasan de cubrir el rol del escaparate, como en el gran shopping. Pero nacen de una inequidad tan básica que nos sorprende su propuesta. Si no están excelentemente formados pero ya son docentes de un centro con baja deserción y buen rendimiento,  qué terremoto de derechos los designó allí y cómo lograron esos estudiantes rendir bien.
De los múltiples increíbles aspectos de algunos proyectos educativos propuestos por quienes quieren admirar o esperanzar con facilidad a sus votantes, hay otro comparable al escaparate o al ciclón. Esta idea tiene que ver con un agente muy significativo en la sociedad; es el del Director de Liceo. Rol actualmente pautado por el Estatuto docente, atendido por cursos y concursos, supervisado por inspecciones… Y con tantas críticas encima. El proyecto del candidato Lacalle Pou propone, entre otras “mejoras”, reducir los años que se estiman necesarios para dirigir un centro. Es decir, los directores serán más jóvenes con lo que los docentes mejor calificados  pensarán antes en dejar la docencia directa. Aunque pueden ser varias las reflexiones a plantear, aceptémoslo en pos de la renovación juvenil de todos los planteles. Pero, el proyecto agrega a este rejuvenecimiento la posibilidad de elegir al cuerpo docente ya que el profesor deberá optar su carga horaria por dos años. Cosa muy aceptable. Pero sólo la mantendrá si el director lo estima adecuado. Es decir, en lugar de un informe que se  sumará a otras opiniones, el director –bastante joven -, decidirá sobre la permanencia del docente.  Tampoco se aclara qué pasa con esa persona que buen o mal enseñante sufre un ciclón en su trabajo. ¿Se pensó en qué hacemos con los derechos laborales?  Además ¿y si el incompetente –o vengativo-, es el director?
Sería bueno que los dirigentes políticos que hace poco comenzaron a pensar en la educación pública, se asesoren con mayor profundidad, más lejos de los escaparates de colores y con mayor temor a las tormentas naturales que pueden arrasar fácilmente cuanto encuentran a su paso.

Trinidad
Current weather
Humidity-
Wind direction-
Cloudiness-
-
-
Forecast
Rain chance-
-
-
Forecast
Rain chance-
-
-
Forecast
Rain chance-