Genocidio

Ricardo Berois

Diputado por Flores
Partido Nacional
Hace algunos días escuchamos declaraciones de nuestro primer mandatario y el Canciller tomando posición en un conflicto que enfrenta a palestinos e israelitas, -que tiene una larga historia detrás, con diferentes aristas, de difícil comprensión para nuestra usanza occidental-, cometiendo el gigantesco error en su definición, al decir que las acciones del Estado de Israel son un genocidio. Debido a esto, he presentado una Exposición Escrita en la Cámara de Diputados.
Según la Real Academia Española, la definición del término significa: exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad.
El diario “El Observador” en ediciones del 17 y del 30 de agosto del corriente año, nos informa sobre hechos desgarradores. En la entrevista al Sacerdote argentino Luis Montes que vive en Irak, nos acerca una información realmente espeluznante sobre lo que les está sucediendo a miles de seres humanos sólo por el hecho de profesar la fe cristiana.
En diferentes partes del mundo (Irak, Irán, Jordania, Arabia Saudita, Libia, Sudán, Pakistán, Afganistán, Siria, Corea del Norte, Somalia, etc.) existen persecuciones de diferentes intensidades, pero todas tienen un claro efecto de amilanar a miles de personas que profesan la fe cristiana.
Es así que en pleno siglo XXI se cometen hechos aberrantes propios de civilizaciones medievales, matando, torturando, discriminando a niños, ancianos, mujeres y hombres inocentes, sólo por hacer de su existencia un acto de fe que nace de un encuentro con Jesús en la interpretación del Evangelio, maravillosa forma de ver y entender la vida.
En Irak, radicales del Estado islámico avanzan sobre familias cristianas, sometiéndolas e intimándolas a convertirlas al Islam o de lo contrario tienen que pagar un abultado impuesto por no ser musulmanes o huir de sus casas porque de lo contrario los matan.
Nos cuenta el padre Montes que: “…son asesinados de forma brutalísima y llevados como propaganda. Hablo de decapitaciones de adultos y de niños, de secuestros de miles de mujeres, violaciones y venta de miles de ellas. Las venden para ser esposas de otros o las entregan a los soldados como premio. Niños de 10 años decapitados y puestas sus cabezas en pica.” Continúan los comentarios el sacerdote sobre estos hechos, pero con esta transcripción es suficiente para comprender el tremendo estado de desesperación de cientos de miles de personas.
Estos hechos tienen menos prensa que otros, que asiduamente se difunden en nuestro país, incluso con manifestaciones callejeras, que son complementadas con apariciones de nuestro Canciller, que dejan muy mal parado a un Estado como el uruguayo, que siempre tuvo una diplomacia medida, cuidándose de no tomar partido en conflictos entre Estados extranjeros.
Sin embargo de estos hechos que nos reseña el diario El Observador poco se dice. No cabe duda que esta persecución sí es genocidio, porque sólo busca el exterminio sistemático de un grupo social que ha hecho de la fe cristiana una opción de vida.