Una verdad revelada
Hace un buen tiempo ya, la Justicia Letrada de Flores comenzó las actuaciones en torno a la denuncia formulada en el año 1986 por la Federación Médica del Interior, recogiendo testimonios de ciudadanos de nuestro departamento que fueron torturados en el cuartel de Trinidad durante la época de la dictadura.
El desarchivo de la denuncia responde a una decisión del Presidente de la República y muchos fueron los expedientes que en Juzgados del Interior salieron a luz, y de esa manera se comenzaron las investigaciones de los magistrados en torno a las muchas denuncias de compatriotas que fueron presos en los cuarteles por temas políticos, siendo sometidos a torturas y vejámenes de todo tipo, con las que el régimen totalitario pretendió arrancar información para multiplicar el terrorismo de Estado instalado entonces en el país.
En Flores la denuncia apunta directamente a un Médico Militar, todavía en actividad en el Cuartel de nuestra ciudad, y a otros militares que fueron “famosos” por sus actitudes hostiles con ciudadanos que por sus ideas se resistieron al proceso cívico-militar que duró más de diez años en el Uruguay.
La Justicia ya tiene los testimonios de los denunciantes y convocó a los denunciados de la causa. Luego de eso poco más se supo, solo que el expediente se remitió a la Suprema Corte de Justicia, debido a que la defensa del Médico acusado de torturas presentó un recurso que determinó esa medida.
Hay notorias evidencias que los hechos de torturas ocurrieron, pero habrá que esperar, obviamente, el demorado fallo de los jueces para que los torturadores paguen por sus delitos. En este caso delitos de lesa humanidad que por ser tales no prescriben, y por tanto corresponden juzgarse con el rigor que corresponde.
Por si alguien por ahí dudaba de los hechos desgarradores que sucedieron en los cuarteles, basta recurrir a la información que aportó Búsqueda en su edición de la víspera, donde un militar retirado (Asencio Lucero del S2 del Regimiento de Caballería No. 9), reconoció por primera vez en un juzgado penal las torturas que fueron aplicadas a presos políticos durante la dictadura.
Según el militar retirado, que prestó declaraciones a la Jueza Penal de 16º turno Julia Staricco y Fiscal Silvia Nipoli, dijo que en las torturas se practicaba el “plantón”, que consistía en mantener a un preso “perfectamente vestido sin asiento, parado hasta que se desplomaba”, aseverando que también se utilizó el “tacho” (submarino), que “se aplicaba para los reacios a conversar. El que se cerraba iba al tacho”. Lucero agregó: “Un submarino era más que una amenaza. Un submarino era una cosa excepcional y tan temida que a un preso usted lo amenazaba con hacer un submarino y lo hacía hablar. Nosotros hablábamos de un submarino seco; envolverle la cabeza con una bufanda y la dejo parada cinco horas contra la pared, después de ese tiempo la persona por lógica entraba a hablar”, complementó.
La jueza le preguntó a Lucero si también se aplicaba la picana eléctrica a los detenidos a lo que respondió: “Sí, se usaba la picana. Se aplicaba, era un coquilleo, se aplicaba en las piernas”.
Estos son solo parte de los dichos de este militar retirado en oportunidad de prestar declaraciones ante un juez. Dichos que son coincidentes con los testimonios de los ciudadanos torturados en el Cuartel de esta ciudad.
¿Quién puede dudar que estamos frente a una verdad revelada?