Guillermo García Costa
Esc. Ricardo Berois
Diputado por Flores
Partido Nacional
En la tarde del sábado 11 de Octubre, a sus 84 años, falleció Guillermo García Costa, el querido “Polilla”. Un ejemplo de vida, a quien tuvimos el enorme placer de conocer y poder considerarnos su amigo.
Una larga y proficua carrera política, galardona este maravilloso ser humano. En el año 1963 acompaña a Wilson Ferreira Aldunate como Subsecretario del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca; en 1966 fue electo Diputado por Durazno; fundó junto a Wilson el Movimiento Por la Patria y en el año 1971 fue electo Diputado por Montevideo.
Inagotable luchador por las libertades públicas, sufrió todo tipo de atropellos, en la Dictadura (1973 – 1985), transformándose en uno de los máximos referentes partidarios que permanecieron en el país.
En la clandestinidad, el “Polilla” siempre fue una luz a seguir por quienes éramos jóvenes militantes del Partido Nacional, desde la oscuridad de un país que buscaba encontrar su destino democrático.
En el año 1982, en las primeras señales de apertura democrática, Guillermo García Costa preside la Convención del Partido Nacional, en momentos transcendentes para el país, en el que los Partidos Políticos asumen la reconstrucción de nuestra república.
En las primeras elecciones, después de la Dictadura, es electo Senador y en el Gobierno de Partido Nacional (1990-1995) fue Ministro de Educación y Cultura y de Salud Pública. Reelecto Senador desde el año 1995 al 2005, dos períodos en los que fuimos compañeros de Bancada.
La vida nos dio la posibilidad de conocer en profundidad a este gran ser humano que tanto nos enseñó y al que tanto debemos en nuestra carrera política. El “Polilla” era una inagotable fuente de inspiración donde íbamos a abrevar lo menos avezados, para transitar de la mejor forma los momentos intrincados de la actividad.
Desde muy joven, en mi casa siempre escuché elogios hacia Guillermo García Costa. Mi padre, quien no tuvo la posibilidad de intimar con él, tenía los mejores conceptos sobre su vida pública. Es así que cuando la vida política me llevó a conocer y compartir largas y fecundas charlas con este referente compañero, se me venía el recuerdo de mi padre, porque sabía cuánto le hubiera gustado estar en esas tertulias.
Gracias “Polilla”, has sido un ejemplo de vida al servicio del país y de nuestro querido Partido Nacional, te llevaremos siempre en la memoria y en el corazón e intentaremos en lo que nos queda de vida, transmitir a las nuevas generaciones, ese amor a la patria y al Partido que nos inculcaste. Tu imagen, tu memoria, tu evocación quedará por siempre indeleble.
El dolor nos acompaña, en especial a su gran compañera Elena, a sus familiares, a sus amigos, a todos los blancos. Hoy el silencio de la tumba guarda sus despojos, la que sin duda preservará su plenitud al servicio del país.