Volver a los orígenes
Como se ha informado en ECOS REGIONALES, veinte adolescentes y jóvenes del departamento de Flores formaron parte del núcleo de medio centenar de personas que participó esta semana en el Primer Campamento Artiguista, realizado en Pueblo Gregorio Aznárez, en Maldonado.
En esta misma edición, participantes de Flores cuentan lo que sucedió en ese Campamento, y sobre todo la experiencia recogida en ese acontecimiento, en el marco del cual se desarrolló el Seminario “Tierra y producción a 200 años del Reglamento Agrario Artiguista”, en celebración de los 250 años del natalicio del prócer de los orientales.
Los participantes tuvieron la oportunidad de recrear el pensamiento artiguista a través de talleres y debates, y la presencia del Presidente de la República José Mujica y de Ministros de Estado, dio la posibilidad a los muchos adolescentes y jóvenes presentes en el Campamento, de convivir una experiencia que seguramente quedará grabada como un hecho importante de sus vidas.
Pero sobre todo esa práctica ha permitido a los muchachos profundizar sobre el ideario artiguista, en un tema clave como es la tenencia de la tierra y su papel en el desarrollo de una nación.
Las disposiciones promovidas por Artigas sobre la distribución de tierras establecían, que la elección de los beneficiarios se haría teniendo en cuenta su posesión económica, organización familiar y condiciones de trabajo: “Los más infelices serán los más privilegiados”. Pero estas prerrogativas y derechos estaban acompañadas de obligaciones paralelas, como forma de asegurar el mejor uso de la tierra.
Las cosas han cambiado a lo largo del tiempo, y como dijo el Presidente es sustancial “volver a los orígenes”.
“Tomar decisiones importantes que construyen el porvenir es como entrar a un campo de malezas”, afirmó Mujica.
“Si ese reglamento se hubiese concretado a fondo, como pretendía Artigas, hoy Uruguay sería un país de clase media rural, más parecido a lo que es Nueva Zelanda, con productores medianos comprometidos con la tierra y viviendo de ella. En cambio, la tenencia de la tierra en pocas manos terminó desterrando la conciencia de lo que somos: un país que históricamente se formó transformando el paso y que produjo esta sociedad tremendamente urbana, divorciada del mundo agropecuario”.
Más adelante, el Presidente dijo a los jóvenes: “El hombre de campo es un tesoro, porque seguiremos siendo un país agroexportadores y no creamos que eso es no-industrializarse, pues industrializarse es agregar valor a la materia prima, aplicar inteligencia, desarrollar la inversión”.
La apuesta es, entonces, facilitar el acceso a la tierra a quienes realmente la quieran trabajar.
De esa manera, poco a poco, estaremos volviendo a los orígenes. Pero para eso hay que interpretar de la mejor manera el pensamiento artiguista. Este es un momento clave para eso; a pocos días de una elección nacional hay que estar muy atentos a los mensajes de los candidatos y analizar además qué es lo que ha pasado en el Uruguay de la última década.