Investigando, conociendo y entendiendo a un niño con trastorno de espectro autista
EL CLUB DE CIENCIAS “PEQUEÑOS GIGANTES” DE 4º AÑO DE LA ESCUELA No. 3 “JOSÉ PEDRO VARELA”
El Club de Ciencias “Pequeños Gigantes” integrado por niños de 4º Año de la Escuela No. 3 “José Pedro Varela” será reconocido por la Junta Departamental el próximo lunes, conjuntamente con otras instituciones y personas que se han destacado durante el presente año. El tema elegido para investigar por parte de los chicos de este Club de Ciencia fue “Inclusión: Realidad versus Utopía”, en el cual se aborda el comportamiento en la escuela y en la clase de un niño con el síndrome de autismo, el cual lleva ya cuatro años cursando en este centro escolar.
La Mtra. Mary Pérez explicó a los periodistas en el mismo salón de clase donde se preparaba una clase abierta sobre este tema dedicada a los padres, que en ese momento se daba cierre a este proyecto del año sobre la inclusión de un niño con el síndrome sobre espectro autista.
La docente informó que en realidad no fue un trabajo de un solo año, sino que la mayoría de este grupo de niños –hoy en Cuarto- ha formado parte de un proceso que se inició en Primer Año y que acompañó a Agustín en años sucesivos.
“Este año nos dio la posibilidad de contar y mostrar a la sociedad que un chico teniendo un diagnóstico de este tipo y teniendo el apoyo de la familia –como en este caso- es capaz de interactuar con otros niños, si bien es cierto que no puede lograr un desarrollo curricular y pedagógico como los demás”, precisó la Mtra. Mary Pérez.
“Lo más importante en esto es el trabajo y los avances que podemos llegar a lograr con ese niño durante el año. Por eso invitamos a Cecilia (la mamá de Agustín) porque ella ha sido parte sustancial de este proceso, como no podía ser de otra manera”, expresó la docente.
CON LA MADRE DE AGUSTÍN
Cecilia relató a los periodistas que los primeros signos de la enfermedad se comprobaron cuando el niño cursaba el Primer Año, porque en su casa los mismos no se habían advertido.
“Atentos a la llamada de la Maestra enseguida consultamos al Médico y diagnosticarlo fue bastante rápido, en la medida que esos signos eran bastante claros. Después la etapa fue integrar un equipo grande de trabajo vinculado a la salud, con el respaldo de la escuela, donde optamos por dejarlo seguir cursando. Ahí comenzamos con un desafío para todos, porque sabido es que los docentes no están formados para atender niños con el síndrome autista; sin embargo hubo una gran voluntad para ir incluso cambiando los horarios para que el niño pudiera concurrir a clase”, comentó la madre de Agustín.
“Así fuimos armando un sistema de trabajo entre todos y hoy por hoy podemos decir que ha dado buenos resultados. El apoyo de la escuela ha sido fantástico, por la paciencia, por la dedicación dispensada a mi hijo, por tanto no hay palabras para agradecer a todo el equipo de la escuela, tanto la directora, docentes, la gente dedicada a la limpieza y los niños. Es decir, toda la gente está involucrada en este desafío”, manifestó Cecilia.
“Los compañeritos de Agustín han tenido que aprender, entender su comportamiento, porque las primeras reacciones fueron muy agresivas, pero eso fue cambiando a medida en que todos fuimos aprendiendo en estos cuatro años. Hoy sabemos que no es lo mismo sacarle el lápiz que pedírselo, por ejemplo. Es increíble cómo con el apoyo de todos ha logrado superarse”, afirmó la madre de Agustín.
EL PROYECTO DEL CLUB DE CIENCIA
La Mtra. Mary Pérez indicó que este año cuando se propusieron presentar el proyecto, se hizo un proceso de investigación inverso a la lógica. Dijo que en estos casos generalmente uno comienza a investigar para después ver respuestas y en esta instancia hicimos al revés. Teniendo en cuenta lo ya conocido de estos cuatro años de Agustín –el segundo año en que es alumno de esta docente- se fue profundizando cosas viendo hasta dónde podía llegar un niño con este espectro autista.
La información se logró de los más diversos lugares, incluyendo internet, llegándose a saber por parte de los niños investigadores que con este mismo síndrome hay personas que han llegado a ser artistas excepcionales, en las áreas de la pintura y de la música.
El trabajo que se hizo –expresó la Maestra- fue enhebrar toda la información y profundizarla con lo teórico.
“Así nos dimos cuenta que realmente lo que habíamos hecho es un buen trabajo. Y en esto debo valorar la tarea cumplida con la familia de Agustín, por la receptividad que tuvimos en el momento que planteamos el tema. Ni qué hablar con el grupo de niños que siempre están atentos a todas las situaciones, apoyándolo constantemente”, subrayó la Mtra. Mary Pérez.