Dr. Yahafar Amir Ríos

El pasado 28 de diciembre falleció el Dr. Yahafar Amir Ríos, apreciado vecino de Trinidad.
Veterinario, fue el primero que en nuestro medio ejerció su profesión en forma particular, graduándose en 1955 y abriendo su “Agro- Veterinaria” en enero de 1956, que fue el primer comercio dedicado exclusivamente a la venta de productos agro veterinarios que se instaló en Trinidad (anteriormente, en una práctica que se extendió por varios años después, eran comercios que incursionaban en otros ramos los que también vendían productos veterinarios). Paralelamente publicaba artículos de divulgación relacionados con su profesión en el periódico local “La Idea Nueva” y en el diario capitalino “La Mañana” y durante un período fue docente en la Escuela Agraria de Trinidad.
Cabe la anécdota de que hubo un tiempo en el que, en su calidad de docente enviaba artículos técnicos a “La Idea Nueva”, los que una vez publicados eran reimpresos en hojas sueltas que servían de material de estudio a sus alumnos. Cuando el Cnel. Ramos ejerció el cargo de Intendente de facto (1983), el Dr. Amir Ríos ocupó el cargo de Director de Higiene, convirtiéndose en el primer Veterinario que desempeñó esta función, hasta entonces ejercida por farmacéuticos.
Pero, quizá la faceta de su personalidad en la que fue más conocido, fue su interés en colaborar con el bien público y el mejoramiento de la comunidad en la que nació, residió y formó su familia, fundamentalmente a través del Movimiento “Amigos de Mi Ciudad”, del que fue su principal orientador, que en 1970 organizó la colecta popular que permitió iluminar con focos a gas de mercurio la calle Inés Durán, en la que puede considerarse la principal obra de las varias que llevó adelante este agrupamiento. Posteriormente, también en la década del 1970, encabezó comisiones de vecinos que lograron la iluminación con focos a gas de mercurio de varias calles de Trinidad, entre ellas Alfredo J. Puig (1975), inaugurando esta forma de encauzar iniciativas vecinales que, durante décadas, mejoraron la iluminación en la mayoría de las calles de la ciudad.
Además integró las Comisiones que solemnizaron el centenario de la creación del departamento de Flores (1985) y el bicentenario de Trinidad (2004) y también la Sociedad Civil “Hogar de Ancianos de Trinidad”.
Otra de sus facetas destacadas es que, al haber sido hijo de madre criolla y de un inmigrante libanés fue uno de los referentes de la colectividad árabe sirio libanesa de Flores. Lo mencionamos anecdóticamente: su padre tenía la dignidad de líder religioso, dignidad que al llegar al Uruguay se convirtió en apellido, si Yahafar hubiera nacido en el Líbano se habría llamado El Amir Yahafar el Ayubí.
Muchos recordarán sus incursiones en la prensa trinitaria bajo el seudónimo de “Albeitar”, especialmente cuando se refería a asuntos locales.
Hombre de firmes convicciones, era frontal para defenderlas, lo que le valió no pocas discrepancias y enojos, pero aún quienes ocasionalmente debimos enfrentarlo –pues la mayoría de las veces coincidíamos- siempre veíamos en él a una persona que amaba a su terruño (tanto el de la patria que lo vio nacer como el del Líbano) y que ansiaba lo mejor para Trinidad y sus vecinos.
Sus restos fueron inhumados en el Cementerio local.
R.T.