Vil atentado contra la libertad de expresión
La libertad de prensa está de luto, ante el atentado sufrido por comunicadores de la revista satírica francesa Charlie Hebdo, ocurrido esta semana.
En una manifestación de violencia irracional, dos hombres armados irrumpieron en la redacción de esta publicación y abrieron fuego con fusiles de guerra contra varios caricaturistas, trabajadores que no se expresarán más con su pluma pero su pensamiento quedará para siempre impregnando en las páginas de Charlie Hebdo. Entre las doce víctimas del ataque al semanario fundado en 1970 y que se hizo famoso por su humor irreverente, figuran cinco dibujantes, Charb, de 47 años, Wolinski (80), Cabu (76), Tignous (57), Philippe Honoré (73), así como otros colaboradores incluyendo el economista francés Bernard Maris, hijo de republicanos españoles refugiados en Francia.
“Bárbaros, las ideas no se matan”. Ese es el mensaje más claro y contundente para este momento de dolor, porque quienes asesinaron no pensaron que las ideas de sus víctimas continuarán vivas… más vivas que nunca.
«Vamos a seguir, decidimos volver a salir (…). Lo vamos a hacer en casa, nos las vamos a arreglar. Es el modo de los sobrevivientes de rendir un homenaje a aquellos que no están más. Es nuestro modo de decir que no nos mataron, que estamos aún de pie, vivos, que no lo lograron», dijo a la prensa el abogado de la publicación, Richard Malka, confirmando de esta manera que nadie podrá matar las ideas.
Es la mejor decisión que se puede adoptar en estas circunstancias, porque es la forma de dar valor a la vida, a la lucha por la libertad de expresión del pensamiento.
Muchos han sido los que matando a periodistas han intentado exterminar la libertad, pero ese nunca ha sido -ni será- el mejor camino para lograr el objetivo. Tampoco lo fue nunca la censura, porque siempre habrá alguien con el compromiso de tomar el mensaje de la víctima para difundirlo y consolidarlo en la opinión pública, cada vez con más fuerza.
Por eso lo que pasó en Francia compromete a todos los que en cualquier rincón del universo estamos velando por una auténtica prensa libre, convencidos que es de ese modo que se defiende también la vigencia del sistema democrático.
Quienes hemos sufrido el atropello de los que pretenden imponerse valiéndose de la violencia y del autoritarismo, sabemos lo que eso significa, pero sobre todo conocemos que ese estilo caerá por su propio peso, ante la fuerza de la razón y de la libertad como valor innato de cada ser.
Por eso, desde esta tribuna repudiamos enérgicamente el vil atentado, adherimos a la decisión de mantener viva la idea y nos sumamos al mensaje del Papa Francisco, a la hora de exhortar “a todos a oponerse por todo medio a la difusión del odio y de toda forma de violencia, física y moral, que destruye la vida humana, viola la dignidad de las personas, mina radicalmente el bien fundamental de la convivencia pacífica entre las personas y los pueblos, no obstante las diferencias de nacionalidad, de religión y de cultura”.