“Desde el punto de vista funcional no hay ninguna diferencia; la mujer estudia y se entrena como los varones”

ENTREVISTA

CIELO PEDEMONTE, UNA “COMISARIA” SIN PREJUICIOS…

Cielo Pedemonte es desde febrero de 2013 Comisario Grado 10, mientras se prepara para un nuevo pasaje de Grado para ascender a Comisario Inspector. Actualmente ejerce la Dirección de Secretaría General y Ayudantía de la Jefatura de Policía de Flores. Se trata de una de las destacadas mujeres de Flores, que ha logrado gracias a su esfuerzo y capacidad alcanzar cargos de jerarquía, en este caso en una institución de gran impacto en la sociedad. Para llegar al cargo de Comisario –siguiendo los pasos de su padre- debió atravesar, y sortear con éxito, varias etapas en la difícil carrera. Cielo Pedemonte cursó los seis años en la Escuela No. 3 “José Pedro Varela” y los seis años en el Liceo Departamental No. 1. Luego de este ciclo, a la edad de 18 años, el 1º de marzo de 1995 ingresó a la Escuela Nacional de Policía, de la cual egresó el 18 de diciembre de 1997 con el Grado de Oficial Sub Ayudante. ECOS REGIONALES quiso conocer más cosas de la trayectoria profesional de esta mujer e introducirnos en su pensamiento, siendo ese el motivo de la entrevista.

-¿Cuándo y por qué te decidiste por la carrera policial?
-Recordarán que mi padre fue Policía, desde pequeña hacía los libros que papá llevaba desde la Comisaría, que yo pasaba porque tenía buena caligrafía. Creo que definitivamente no podría haber elegido otra profesión.
Terminados los estudios liceales, decidí irme a Montevideo para cursar la carrera de Oficiales.

-Por ser mujer, ¿no hubo algún prejuicio que se entrecruzara a la hora de decidir ser Policía?
-Bueno, debo decirte que nunca pensé que ser mujer policía sería un prejuicio. Entrené y estudié por lo que quería, así que a la hora de las pruebas, varias mujeres superamos a los hombres.
Definitivamente algunos luchábamos por una vocación, y contra eso no hay fuerza que pueda más.
A marzo de 1995, cuatro mujeres lográbamos empezar los estudios profesionales, luego de un duro período de adaptación que habíamos superado en febrero de ese mismo año.

-¿Cuál fue la formación que recibiste? ¿Qué incluye esa formación de Policía y cuántos años hay que cursar?
-Esos tiempos de formación estuvieron dedicados especialmente al entrenamiento físico, a la instrucción policial, -lo que la gente puede ver en desfiles por ejemplo-, y a las materias técnico-profesionales, entre ellas las dedicadas a la práctica policial, los derechos humanos, armas y tiro, legislación, medicina forense, entre otras.
A las materias de aula, se sumaban otras que tenían que ver con la práctica para el terreno operativo, y en el último año prácticas en las Comisarías de Montevideo.
Aquella formación ya nos preparaba para tiempos difíciles, aún recuerdo que alguno de los profesores predecía que nos tocaría trabajar con delitos estrechamente vinculados a las drogas y a una sociedad más violenta.

-Cuando egresan de la Escuela ¿ya saben qué tienen que hacer y dónde tienen que cumplir la función?
-Al finalizar los estudios, cada uno de los Oficiales que egresa tiene un “destino”. Todos los que egresamos ese 18 de Diciembre fuimos destinados a Montevideo, yo tuve asignada la Seccional 5ta., allí trabajé dos años; -y como supongo pasará con todas las profesiones- se comienza a trabajar con más miedos que certezas, hasta que la práctica diaria y los compañeros, Subalternos y Oficiales más veteranos, enseñan.

-¿Qué se te cruzó por la cabeza el día del egreso, cuando el Presidente de la República de entonces, Julio Ma. Sanguinetti te entregó la espada?
-Fue un arduo día! Coincide con el Día de la Policía Nacional, y como era escolta tuve que desfilar en la mañana, y correr en los preparativos para la tarde. Y lo peor de todo, se había ensayado para que todo saliera perfecto, y ese día amaneció lloviendo!!! Imaginarán las expectativas que todos teníamos, además nuestras familias llegaban para acompañarnos desde todos lados. Quiso Dios que a la hora de los actos no lloviera más y bueno… todo salió perfecto.
La entrega de la espada que hace el Presidente de la República fue inmensamente significativa. Yo no recuerdo qué pensé, nos llenaban los nervios y la ansiedad del momento por el que habíamos hecho tanto esfuerzo. Si creo, que mi viejo habrá sentido un inmenso orgullo, pues seguía yo sus pasos y porque el Dr. Sanguinetti fuera quien me entregara el bastión de mando.
Según me contaron después, en algún encuentro que tuvo con él, en reuniones políticas, se lo hizo saber.

-¿Cómo te recibieron en el Instituto Policial de Flores y cuál fue tu primera función?
-Me recibieron muy bien. Me sentí siempre un Oficial más. Llegué para hacerme cargo de lo que en ese momento era la Comisaría de la Mujer y la Familia, hoy Unidad Especializada.

-Desde entonces, ¿cómo ha sido el proceso de tu carrera?
-Egresé con el equivalente al Grado 6, el proceso de los cursos de pasaje de grado y las clasificaciones me llevó a que el 1ro. de febrero de 2013 ascendiera al grado de Comisario (grado 10) y este año preparo el curso de pasaje de grado para Comisario Inspector.
En la estadía en Flores, desarrollé mis actividades como ya dije, otro paso por la Seccional 7ma., la Escuela Departamental y por la Seccional 1ra., hasta que el Inspector Miraballles me encomendó la Dirección de Secretaría General y Ayudantía, cargo que también fue confiado por el Escribano Ortiz y que actualmente desempeño.

-¿Sientes que la sociedad tiene un reconocimiento especial hacia la “mujer Policía”?
-No lo llamaría reconocimiento. En general no nos es del todo grato el control o saber que nos llamarán la atención cuando cometemos errores, por eso la autoridad de la Policía debe desarrollarse con la mayor empatía posible, y supongo que la mujer puede establecer ese vínculo con mayor énfasis que los hombres. Pero cuando la gente se enoja con la Policía o habla de ella negativamente lo hace en forma generalizada, no le interesa diferenciar hombres y mujeres.

-¿Cuál es la diferencia funcional entre una “mujer Policía” y un “hombre Policía”?
-Desde el punto de vista funcional –legal- no hay ninguna diferencia. La mujer estudia y se entrena como los varones, solo existen las diferencias físicas propias del sexo, como las pruebas de carácter deportivo, por ejemplo.
Para las tareas propias de la profesión no hay eximentes, por ejemplo dos Policías pertenecientes al personal subalterno forman parte del Grupo de Operaciones Especiales, y otras están destinadas a las Comisarías rurales.

-¿Cuál es tu aspiración desde el punto de vista profesional?
-He tenido siempre una actitud optimista, y he intentado asumir las responsabilidades que se me han encomendado.
Los ascensos son parte de esas responsabilidades, no sería valedero conformarse con los primeros grados. Es una actitud y un sentido de vivir; los logros son bienvenidos a toda persona.

Trinidad
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