El realismo mágico
David Rabinovich
Columnista
“Uno de los peores errores que se pueden cometer en alta política es no querer reconocer la realidad”, dijo el Presidente José Mujica en una entrevista concedida a La Diaria (05/02/15). Pero una cosa es reconocerla y otra aceptar que no se puede cambiar. Eso puede ser opinable. No me interesa, como futuro, que en Uruguay se instale “un capitalismo en serio”.
“… en las disputas (verbales) hay dos maneras de argumentar: para ganar una discusión y para llegar a la verdad o a un acuerdo (que es lo más parecido). En el primer caso está en juego el poder (convencer, persuadir por lo general a un tercero, el que escucha y decide); en el segundo, se supone que está en juego el saber (acrecentar la base del consenso)”. (1)
El presidente uruguayo cree que “…los triunfos aplastantes envanecen y porque hay que tener inconformismo para lograr el progreso humano. Si no, tenemos el riesgo de sucumbir, como la socialdemocracia europea.” De manera que no se debería, por ejemplo, imponer al Frente Amplio candidatos a intendente por la razón de los votos sectoriales. Los candidatos comunes, más allá del sector al que adhieran, son eso: candidatos de todos. Reclamar las candidaturas, como derecho que otorga los muchos votos es, por lo menos, discutible.
En relación al significado de los éxitos electorales de Podemos en España o Le Pen (extrema derecha) en Francia dijo Mujica: “No dejo de ver que es una abdicación de la socialdemocracia, y que eso pasa porque la socialdemocracia no está dando respuestas. Yo no quisiera que a nuestro FA le pase eso”. Algunos opinamos que si se sigue el camino de los socialistas europeos vamos a terminar como ellos y simpatizo claramente con las nuevas izquierdas europeas hastiadas de la austeridad en beneficio de los banqueros.
“En una república que funciona como democracia representativa dentro de un sistema económico capitalista dependiente, como es nuestro caso, hay cuatro factores a considerar: una cosa son los poderes fácticos (que constituyen el núcleo duro en las sociedades capitalistas: pocas personas y mucho dinero); otra cosa es el electorado (que elige al gobierno ocasional: muchas personas sin otro poder real que el voto); otra cosa es el gobierno ocasional (que debe seducir al electorado para acceder a los poderes del Estado); y otra cosa, final y definitivamente, es el modelo tácito o explícito de país que ese gobierno propone y ejecuta o pretende/dice ejecutar.” (1)
Es frente a esta realidad que la izquierda debe construir su alternativa, atendiendo las circunstancias particulares de cada lugar y momento. Pero se hace necesario aceptar que para algunos de nosotros (pocos o muchos) el progresismo tiene gusto a poco.
“En política, ¿cuáles son las cosas sobre las que se debería dialogar y/o discutir en la arena de los medios? Primero, el modelo de país que queremos: papel del Estado, política económica y social, educación, derechos humanos, etcétera. Segundo, comportamiento del gobierno ocasional y de los poderes fácticos permanentes respecto de ese modelo”. (1)
Este ejercicio democrático, se hace imposible cuando la concentración hegemónica de los grandes medios de comunicaciones de masas pertenece al círculo de las pocas familias privilegiadas por el sistema.
“La experiencia nos enseña que cuando el gobierno de turno lleva adelante una política o instaura un modelo que no tiene contradicciones importantes con los poderes concentrados, los medios masivos que los representan no lo cuestionan. No les importa –históricamente– siquiera su legitimidad democrática. En cambio, cuando el gobierno de turno pretende llevar a cabo políticas que de algún modo perjudican los intereses de esos poderes concentrados y hegemónicos, le declaran la guerra. Y eso sucede a nivel nacional e internacional: el Imperio lo aplica sistemáticamente en su política exterior desde siempre, está en su naturaleza”. (1)
El modelo de desarrollo local, desde antes de la dictadura, durante ella y hasta ahora ha estado en sintonía con los grandes intereses, por eso la apuesta a los inversores. Aunque fueran como Maximiliano Ciancciotta, (2) de triste memoria. El modelo de gestión –usado como ejemplo por la derecha en todo el país y defendido por la actual administración local- ha sido centralizado, autoritario, clientelístico e ineficiente. Sin referirnos a las ilegalidades en las que se ha incurrido en reiteración real. ¿Queremos un modelo de desarrollo local en beneficio de mayorías y sus derechos, no de inversores y sus negocios?
“Porque bien sabemos hasta dónde pueden llegar los que se sienten tocados aunque sea mínimamente en sus privilegios. Tenemos la evidencia diaria de su criminal intolerancia. Pero, por otro lado, desde el que sentimos nuestro lado no se puede imponer y hacer funcionar un modelo de país alternativo –que no sea el óptimo o deseable para los poderes fácticos y sus poderosos medios– sin ensanchar la base del consenso, sin darse una política genuina de acercamiento y participación activa a sectores políticos y sociales que deberían natural e históricamente estar al lado y no enfrente o mirando desde la vereda. Cuando el sectarismo y la soberbia subestiman el poder del diálogo y la necesidad de sumar e integrar sinceramente al otro, estamos jodidos. Hay un genuino capital de adhesiones que no merece ser dilapidado.” (1)
Me parece bien que Oliveira y Falero se relacionen de forma correcta, pero representan intereses contrapuestos. Ideas diferentes y éticas distantes.
(1) Juan Sasturain, “Voy a hablar de la esperanza”, contratapa de Página 12 (02/02/15)
(2) Detenido por Interpol en San José, donde fue recibido y apoyado por el Chiruchismo como “modelo” de emprendedor». Se terminó fugando del Sanatorio Villa Carmen en Montevideo. Tal como me adelantaron, en su momento, los oficiales encargados de su custodia.
LEYENDA
“Uno de los peores errores que se pueden cometer en alta política es no querer reconocer la realidad”, dijo el Presidente José Mujica.