“Lo esencial es invisible a los ojos”
David Rabinovich
Columnista
Culminó uno de los períodos de gobierno más singulares que hemos tenido los uruguayos. El “Pepe” Mujica le devolvió la banda presidencial al Dr. Tabaré Vázquez. Se puede intentar hacer un balance de su gobierno desde varias perspectivas. Elijo recordar el secreto que confió el zorro al Principito: “Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”.
Se han escrito libros sobre José Mujica Cordano y sobre el comandante “Facundo”; se han hecho selecciones de sus dichos más ingeniosos y de los más extravagantes; las entrevistas que le realizaron los principales medios extranjeros, a los que recibió en su rancho, tuvieron una repercusión inmensa. Los videos con sus intervenciones tienen miles de visualizaciones en YouTube. Sus discursos en foros internacionales como Río + 20 y la última reunión de CELAC han sido motivo de análisis y comentarios. Muchos y muy profundos. El Pepe deja la Presidencia con un nivel de popularidad internacional como ningún uruguayo ha tenido. El tiempo permitirá decantar cuál ha sido realmente lo esencial de su legado.
Su discurso no es lineal ni siempre resulta fácil de entender: “Como te digo una cosa te digo la otra”. Si esta afirmación denota falta de claridad ideológica o es un intento inteligente de legitimar los debates y disensos, formará parte de la valoración del personaje y su herencia. Pero se necesita más distancia y menos pasión.
Seleccionemos dos opiniones: La de Juan Grompone en Voces: “Capitalismo en serio pienso que es la frase clave para comprender el pensamiento político de Mujica y, en consecuencia, su acción o inacción”. Y la de Joan Manuel Serrat. Por estos días nuestro país disfruta de la presencia del cantor catalán más querido por varias generaciones de uruguayas y uruguayos. Somos un pueblo nostálgico. En conferencia de prensa dijo Joan Manuel: “El mundo puede que no sepa dónde está Uruguay pero sí sabe quién es Pepe Mujica”. Destacó su “personalidad franca y honrada” y lo definió como un “gordito campesino uruguayo” que supo ganarse el corazón de tantos de sus compatriotas. El guerrillero retirado, sintonizó con una parte del pueblo al que la izquierda nunca pudo llegar. Quizá ayudado por sus raíces nacionalistas, que lo alejan de las tradiciones marxistas tan presentes en la cultura de las luchas y organizaciones obreras.
Los balances son una cuestión de rumbo y velocidad. ¿Vamos bien encaminados? ¿Avanzamos a la mayor velocidad que la realidad permite? Claro, todo depende de qué tipo de sociedad queremos tener. En eso las sociedades están divididas y cuando los votos piden cambios, los poderes fácticos suelen ponerse nerviosos. Los conflictos estallan y las tensiones pueden ser muy grandes. Si después de sus cinco años de gobierno tenemos, en Uruguay, un capitalismo en serio, puede ser tema de interminable debate.
Mujica lideró un proceso de acumulación político electoral que llevó a “su barra” a ser el sector más importante de un Frente Amplio al que, como proyecto político, en sus orígenes, sólo dieron un “apoyo crítico”. Consideraron la lucha armada como el camino revolucionario hacia la justicia social; pasaron por la cárcel, el exilio, la tortura y la muerte. Hoy disponen de una bancada de 30 legisladores –muchos jóvenes- que pesarán en la orientación del próximo gobierno. “Hasta el 1º de marzo el Presidente soy yo, y después del 1º de marzo tengo 30 legisladores” le dijo -según El Observador- al futuro Director de OPP, Álvaro García. Para pesar en política hay que tener liderazgo, autoridad y votos. Características difíciles de conjugar y que, con su estilo, supo manejar el Pepe. O por lo menos deja esa imagen. Reconociendo que no hay la misma mirada desde el exterior, la cercanía y el acceso a la información, sobre todo a la que no tiene difusión masiva, hace más complejo analizar el legado de José Mujica Cordano. El Pepe, contradictorio, impredecible, querible filosofo de la vida en su ejemplo de austeridad cotidiana. El Presidente más pobre del mundo deja un conjunto de reflexiones y advertencias difundidas en los principales foros mundiales, que resonaron fuerte, que importan mucho, sobre el consumismo y las miserias del capitalismo salvaje. Apela con insistencia a la solidaridad generosa que considera esencial en el humanismo que pregona. Entre el Che y Gandhi ¿son más las distancias que las cercanías?, parece preguntarnos.
Me atrevo a plantear una hipótesis. En el balance último, ese que nunca concita unanimidades, las próximas actitudes del ex Presidente serán definitorias. Los carros que empuje, los palos que ponga en las ruedas que él elija, su capacidad de mandar y la de escuchar más allá de “la barra” serán el broche, de oro o de lata, que pondrá a una dilatada actividad política.
El Frente Amplio enfrenta 19 campañas políticas hacia mayo para intentar conseguir el mayor número de intendencias posible. Sus éxitos o fracasos marcarán en buena medida la política de los próximos años y el rumbo de nuestras comarcas. Mujica prometió militar en las campañas departamentales, ¿lo hará por el Frente o por su gente -sus candidatos-? Una vez que deje las tareas de gobierno será requerido desde muchos foros y medios globales, ¿qué papel jugará en la “alta política”?
El Principito de Antoine de Saint Exupéry nos advierte que lo esencial es invisible a los ojos. Ver con el corazón es ver la pobreza, la marginación, la injusticia, para militar de forma permanente, incansable, porque hay que hacer posible cosas que parecen imposibles y eso es la política desde una óptica de izquierda.
Si el legado de Mujica se resumiera a su ejemplo de austeridad y su capacidad para fomentar el debate de los grandes temas, sería importante. En la medida que sea bastante más que eso, habrá logrado incorporarse a la lista de los grandes personajes de nuestra época. Quizá por eso, como dijo Gerardo Caetano: “al ‘sindicato’ de los ex Presidentes uruguayos le resultará difícil integrar a José Mujica”.