La Junta en los barrios

En la noche de ayer la Junta Departamental de Flores retomó una práctica que en otros períodos había sido bastante común, de sesionar en forma ordinaria en un barrio de nuestra ciudad.
Esta vez la reunión del legislativo fue en el salón comunal de Barrio Cañada Monzón, con lo cual se hace realidad un propósito muy loable, que es estar cerca de la gente no solo para recibir las inquietudes de los propios vecinos.
No es una actitud nueva, porque otras veces los ediles –por propia iniciativa- han recorrido distintas comunidades barriales pero también centros de barrio, con el mismo propósito. Determinación que lleva a que los integrantes de esos lugares puedan plantear sus reclamos en forma directa, pero también trasmitir ideas y proyectos que tienen que ver con mejoras en distintos aspectos vinculados con los servicios que deben recibir del gobierno departamental, que es el administrador de los fondos que proveen los vecinos a través del pago de sus tributos.
Eso es importante, porque muchas veces por distintas circunstancias existe desinformación, o sencillamente la información no llega de la mejor forma a los responsables de legislar y controlar la labor del ejecutivo. Escuchar la voz de los vecinos siempre es bueno y si se hace en el lugar preciso mucho más saludable aún, porque no es una práctica habitual que las comisiones de barrios lleguen al recinto de la Junta a plantear sus necesidades.
Pero además esas sesiones en los barrios y en los centros poblados son también significativas,  por lo que implica el conocimiento acerca de la tarea que desarrollan los ediles en nuestro departamento.
Nos tememos que, según los antecedentes, la población no posee la información suficiente sobre la función de los ediles. Es más, hasta hace muy poco –porque no son datos recientes- el legislativo padecía una desjerarquización porque las noticias que surgían de las sesiones poco o nada aportaban a la sociedad, en la medida en que sus participantes priorizaban temas que estaban alejados de las aspiraciones de la sociedad en general.
Ésta, la reiniciada ayer en barrio Cañada Monzón, es una buena práctica para que la población sepa qué es y para qué está la Junta Departamental.
En esa sintonía estuvieron los legisladores departamentales anoche, y la idea de continuar por esta senda quedó planteada y seguramente los integrantes de la nueva Junta, sabiendo incluso que muchos de los que están ahora continuarán en sus bancas, tomarán la posta en el entendido que lo más razonable es valorar lo positivo que dejan los que se van.
Por todo eso corresponde destacar la actitud de la Junta de volver a los barrios, pero es necesario que los vecinos respondan con su presencia y participación en esas sesiones, porque está ahí la razón de esa decisión. No se van a lograr los mejores resultados si no encontramos a comunidades realmente participativas, interesadas en reclamar derechos, pero además deseosas de aportar sus inquietudes en favor del colectivo barrial.
Así como advertimos la ausencia de la Junta en esos lugares, hoy saludamos la decisión de descentralizar su tarea.