Joel Leal: “En la economía todo es cíclico, estamos en una etapa de recesión y luego vendrá un período de crisis”

ASAMBLEA POPULAR INICIÓ CICLO DE CONFERENCIAS, LA PRIMERA FUE SOBRE EL TEMA SALARIOS Y SITUACIÓN ACTUAL DE LA ECONOMÍA

Asamblea Popular inició el pasado viernes un ciclo de conferencias, a manera de taller, en el marco de las actividades planteadas luego de transcurridas las elecciones departamentales. La primera conferencia se realizó en el entrepiso del Gran Hotel Flores, sobre el tema Salarios y Situación actual de la Economía, que estuvo a cargo del Consultor Contable, Lic. Joel Leal Pedreira, quien fuera candidato a la Intendencia de Flores por Asamblea Popular. ECOS REGIONALES entrevistó al joven profesional formado en Cuba, analizando diversos aspectos que tienen que ver con el tema abordado en la conferencia.

-¿Qué implica para Asamblea Popular y en lo personal iniciar un ciclo de conferencias sobre distintos temas, esta vez sobre salarios y economía?
-Efectivamente, hoy iniciamos un ciclo que ya lo veníamos programando después de las elecciones departamentales. Es algo con lo cual nos habíamos comprometido, algo que recogimos de la gente, de nuestros militantes y de la gente que nos apoyó que reclamaban más participación, y sobre todo más comunicación para estar mejor informados en temas fundamentales.
Es por eso que arrancamos con un tema de mucha importancia como son los económicos, y más aún los salarios en el sector privado.

-¿Cómo abordar el tema salarios en un momento muy importante del país, con la asunción de un nuevo gobierno pero con un sistema ya instalado?
-Nosotros abordamos el tema en base a indicadores que no son los que promueve el gobierno. Por ejemplo, el gobierno se jacta del crecimiento del salario mínimo nacional, pero sin embargo lo que realmente le interesa a la gente no es lo que sube de ese salario, sino lo que es el índice de salario real, que es el aumento que se percibe menos la inflación. Eso es lo que se percibe en el bolsillo de cada uno de nosotros, los trabajadores.
En ese sentido es que nosotros analizamos los indicadores; ciertos parámetros que tienen su fundamento ya que Uruguay desde el año 2004 al 2015 ha vivido un período de crecimiento histórico. Entonces, si no aprovechamos ese momento -que ya pasó porque a ese período no lo vamos a volver a tener quién sabe por cuántos años- la realidad indica que el PBI se triplicó, se produce tres veces más, o sea que el país es tres veces más rico, pero sin embargo en el común denominador de la gente, de todos los  trabajadores está bien claro que eso no se refleja. A la prueba está que tenemos 700 mil trabajadores que ganan menos de $15.000.
Esa es la realidad que tenemos hoy en el país, la cual no es ningún invento, sino que son datos oficiales que los promueve el propio Banco de Previsión Social. No tenemos un aparto paralelo que analice determinados indicadores, son los mismos que maneja tanto el Instituto Nacional de Estadística como la DGI y BPS, que son las instituciones de recaudación del Estado.

-¿Qué papel han jugado los Consejos de Salarios en este tema, en los que tienen participación los trabajadores?
-Ese es otro tema, el principal avance a nuestro entender es la estabilidad laboral y la impronta que tienen determinadas leyes que protegen al trabajador. Pero en lo que es el crecimiento económico y el desarrollo productivo del país, lo vemos de la misma forma que lo veíamos antes de asumir el Frente Amplio, por eso es que nosotros hacemos hincapié en esto, que tuvimos un crecimiento económico histórico por más de diez años y no se aprovecharon esos buenos momentos.
En la economía todo es cíclico, va a venir una etapa de recesión y luego un período de crisis como se ha venido repitiendo cada veinte años –y ya estamos prontos para que eso se repita- y no se aprovecharon los buenos momentos, los cuales simplemente se utilizaron para lo que fue una acumulación de capital. En el Uruguay el mercado en lugar de crecer tres veces más, como lo puntualizaba antes, no se focalizó en ese país productivo que pregonó, y se favoreció solo a los tenedores de millones de Letras de Deuda. O sea, todo se manejó en el ámbito especulativo financiero.
No es un crecimiento real de la economía y eso influye directamente en el bolsillo de cada trabajador.

-¿Ves algún tipo de cambio considerando que el gobierno es el mismo y muchos de los hombres se repiten en puestos clave, como en el Ministerio de Economía, por ejemplo?
-No veo cambios. La política económica en Uruguay está dirigida por Danilo Astori, el cual se centralizó en buscar indicadores macroeconómicos y no en un desarrollo productivo, que tenía toda la base para realizarlo. Entonces, hoy el país se encuentra en una situación de incertidumbre, en la que no sabemos qué va a pasar con el dólar, si crecerá, bajará o se mantendrá.
Toda esta inestabilidad desde el punto de vista financiero es la previa de una crisis que ya la estamos viviendo, en la medida en que estamos viendo los cierres de determinados sectores de la producción, como fue el cierre de Ecolat. Cuesta creer que en el Uruguay –un país con tradición ganadera- se cierre una industria láctea, se cierren frigoríficos.
Tenemos el caso de las inversiones extranjeras que han llegado al país y que luego se van, como el caso de Urupanel en Tacuarembó; los casos de Bella Unión, de Calvinor.
Tampoco hubo en su momento el debido control en lo que son los entes y los servicios del Estado. Cuesta creer cómo en Uruguay, servicios que están monopolizados, que son exclusivos del Estado den pérdidas.
Ha salido en la prensa la pérdida que está dando ANCAP  de 323 millones de dólares, entonces son cosas que uno le cuesta creer cómo teniendo un monopolio de servicios y pagando costos más altos de lo que son los precios de la región, nos demos el lujo de tener esas empresas y servicios descentralizados dando pérdidas.

-¿Cómo están incidiendo hoy en nuestro país las economías regionales, más precisamente la de Brasil y Argentina?
-Como lo expresé, Uruguay no se dedicó a la producción y la única alternativa que le quedó es afianzarse a nuestros socios comerciales del MERCOSUR, principalmente a Brasil. Pero todo es dependiendo de otros y nosotros –con el potencial productivo que tenemos- no podemos darnos el lujo de estar dependiendo de otros; por ejemplo, si Brasil tranca alguna exportación de vehículo como ha pasado, se tenga que cerrar una planta en Uruguay.
Así es como se va ha vivir en los próximos años. Como sabemos el MERCOSUR nunca ha encajado en su parte comercial –que fue el principal motivo de su creación- porque cada uno defiende “su rancho”; pasó en la crisis del año 2002 y estamos seguros que va a volver a pasar dentro de poco.

-¿Cómo analizas la política tributaria de nuestro país, vinculada al trabajo específicamente?
-La política tributaria del Uruguay es muy particular. Con respecto a los trabajadores, tenemos la particularidad que el empleado paga más por trabajar que el empleador. Si bien antes había un equilibrio en ese sentido, luego de la crisis del año 2002 hubo una quita importante a nivel impositivo para los empleadores, pero eso no se volvió a retomar.
Lo que nosotros vemos es la necesidad de hacer conciencia en la gente que todo ese dinero que se pierde es dinero de los trabajadores, porque la DGI y el BPS que son los principales órganos recaudadores hoy en día están recaudando 14 mil millones de dólares anualmente y el costo del Estado son 15 mil millones de dólares; he ahí el déficit que tanto se comenta de los mil millones de dólares.
El Ministro Astori ha dicho que durante los próximos cinco años ese déficit no va a bajar, y se va a tratar de bajar pero no eliminar. ¿Cuál es el principal motivo a nuestro entender?, que todos los trabajadores uruguayos siguen aportando de la misma forma y  a todos los empleadores –aquellos que tienen una empresa con cinco o seis empleados, y con mucho esfuerzo tratan de llevar al día sus papeles, pagando sus tributos- se les hacen todos los controles y no se le perdona como se hace con las empresas internacionales.
Nosotros vemos el caso de Aratirí el año pasado, que pidió una rebaja sustancial de sus impuestos para instalarse en el país y el gobierno estuvo dispuesto a hacerlo. O sea, el gobierno tiene una renuncia fiscal de más de mil millones de dólares. Si las empresas internacionales –multinacionales llámense UPM o las instaladas en las zonas francas- pagaran sus impuestos como lo paga el resto de los empleadores del país, como lo hace el pequeño comercio e industria, hoy el Uruguay no tendría ningún tipo de déficit fiscal. ¿Eso no sería tema de preocupación?
No hay que ver solamente el punto de vista de que acá el empleado es el bueno y el empleador es el malo, sino que forma parte de un contexto nacional, de una base de renuncia fiscal que se puede solucionar simplemente haciendo eso; es decir, aplicando a todos los mismos impuestos, tanto a las empresas nacionales como a las multinacionales. Éstas se llevan todos los beneficios y como ya lo mencionaba, en muchos casos –cuando la rentabilidad disminuye- dejan sin su principal fuente de ingresos a una gran masa de trabajadores.

-De acuerdo a tu análisis estamos frente a un sistema tributario completamente injusto…
-Es así, porque el sistema se creó así. Estamos en la base de un sistema capitalista, no lo podemos negar, y el gobierno por más que se llame de izquierda no trató de cambiar eso.
La política de este gobierno se basó en la acumulación del capital. La acumulación de capital es tratar de llenar ese indicador que da muchos beneficios a la hora de mostrarse internacionalmente como es el PBI. Entonces, teniendo acumulación de capital, se va generando determinado prestigio, ¿para qué? Puede ser para obtener determinados préstamos, pero esos préstamos que pide el Estado no son para potenciar una actividad productiva, son para pagar deuda externa, las AFAPs, que a nuestro entender no tienen salida, es como una burbuja.-
Se van emitiendo cada vez más Letras de emisión financiera para cubrir ese déficits que tiene el Estado, y se queda todo en eso. En un país que ha acumulado su deuda, que era de 12 mil millones de dólares en el año 2002, hoy la deuda externa –por más que lo traten de ocultar- es de 48 mil millones de dólares.
¿En qué se utilizó toda esa deuda externa? Se utilizó para refinanciar capitales extranjeros.
No vemos cambios, si los hay lamentablemente estarán signados por un período de crisis. En el año 82 sucedió lo de la “tablita” y en la época de Pacheco también había habido una crisis. Si uno es lógico y cíclico como es la economía cada vez más globalizada, los ciclos se van acortando. De esa forma, siguiendo esa tendencia, la próxima crisis tendría que ser en el año 2022, pero al estar el mundo más globailizado, más integrado bajo un mismo sistema, va a implicar que en poco tiempo estemos entrando en un período de crisis en el Uruguay.

Trinidad
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