África: Neoliberalismo en acción
Lic. Hugo Varela Brown
Redacción
Desde este medio de comunicación escrita y desde todos los espacios que podamos lograr, denunciamos la situación de millones de familias africanas en varios de sus sacrificados países ante la acción depredadora, engañosa, capitalista y destructora del neoliberalismo a través de las orientaciones e inversiones que desde los organismos internacionales afines, se apropian de la tierra africana donde los pastores con sus familias tenían la única posibilidad de sobrevivencia, así como del cultivo de alimentos imprescindibles.
Los engaños con promesas de construcción de escuelas, hospitales, mejorar la infraestructura han quedado en meras promesas ante una realidad que golpea la sensibilidad humana, pero que no se trata en los grandes medios de comunicación, a excepción de unos pocos.
A nivel interno, varios países africanos viven el problema de los refugiados, viéndose largas filas de gente que huyen de sus territorios donde ya no hay nada más que hacer.
Las tierras son acaparadas por grandes empresas multinacionales: europeas, chinas, norteamericanas, produciéndose el fenómeno de la rápida desaparición de las huertas familiares y pastoreos domésticos que permitían sobrevivir.
Los hombres son reclutados como mano de obra barata, con salarios sumergidos y sin poder accionar ningún mecanismo para que esta política neoliberal se detenga, en un continente de grandes contrastes, que sigue siendo sometido a la explotación de los países desarrollados y sus grandes emprendimientos.
Es dramático e impotente el corroborar la situación de niños hambrientos y enfermedades mortales que son ya combatidas en otros países, siendo este uno de los grandes fenómenos de violación de derechos humanos más elementales en el mundo contemporáneo.
Los países como Namibia, Burundi, Somalia, Egipto, Burkina Fasso, y muchos otros sufren -según declaraciones de sus propios habitantes- la apropiación de sus tierras para monocultivos que luego de algunos años son abandonados, quedando los campos arrasados por las consecuencias de la gran producción capitalista.
Aldeas sin lo mínimo para vivir, gente en las calles vendiendo lo que pueden, campesinos que abandona sus tierras para ir a parar a las periferias urbanas, es el cuadro imperante en un continente de abundantes riquezas ,golpeado históricamente por la mano del ser humano.
Al ser poco difundidas estas gravísimas situaciones por los medios que llegan a nivel mundial y no haber profundidad en las redes sociales para denunciarlo, el campesino africano y su familia, así como los integrantes de las ciudades –en su mayoría- esperan tan sólo la ayuda humanitaria de ACNUR (repartición de la ONU para los refugiados) para lograr la sobrevivencia que cada vez se les hace mas difíciles-. Existen campos de refugiados en los límites fronterizos entre países que sólo pueden albergar no más de cinco mil personas, pero el número en varios de ellos sobrepasan los quince mil, en condiciones de vida profundamente injustas, debiendo dejar sus tierras en manos de esas grandes corporaciones que reclutan mano de obra asalariada a bajo precio.
Los otros dos grandes problemas que viven estos pueblos son el acceso al agua y la inestabilidad política, con guerras tribales que nunca finalizan y que son bien aprovechadas por los inversores europeos y asiáticos.
La gente en un acto de impotencia y rabia, se pregunta cosas elementales: ¿qué le doy de comer a mis hijos?, ¿por qué me han arrebatado mis tierras?, ¿es la mujer la que debe enfrentar la lucha por los alimentos azada en mano cuando el hombre emigra a la ciudad?, ¿es que no existen organismos internacionales que denuncien y actúen para poner fin a estas aberrantes situaciones en el continente africano? Son preguntas que aún no tienen respuestas, mientras el silencio cunde en los grandes medios que no se ocupan del tema, al menos para que el resto de la humanidad los conozca…
África padece –el neoliberalismo en acción… un instrumento del sistema que devora pueblos y tierras sin que nadie actúe.