Cuando la seguridad de los vecinos no se tiene en cuenta…
MENOR INFRACTOR PROTAGONIZÓ AYER UN EPISODIO “CINEMATOGRÁFICO”
Una verdadera alarma pública, difícil de igualar en esta sociedad, ha provocado un menor de edad (ya muy famoso) que haciendo gala de sus instintos delictivos ha ingresado –a veces a plena luz del día- en casas de familia para hurtar cuantos objetos tenga a la vista. Muy frecuentes han sido los robos cometidos, a tal punto que desde hace varias semanas tiene en vilo a la Policía, prácticamente corriendo de un lado a otro ante las reiteradas denuncias de vecinos, de día y de noche.
Lo cierto que a esta altura es como estar frente a una serial policial, con grandes chances de ganar el Premio Grammy o el Oscar de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, máxime si en esa tira se incluye el episodio de ayer cuando fueron citados por la Justicia los damnificados para ver si ratificaban o no las denuncias de los hurtos efectuadas.
Frente a la Jueza y la Fiscal se encontraron cara a cara el menor infractor, sus padres y quienes habían hecho las denuncias por robos, más los testigos de los damnificados. Una escena que pocos podrían imaginarse si tenemos en cuenta que en todo esto también está en juego la seguridad de quienes se prestan a colaborar con la Policía, brindando información sobre presuntos hechos delictivos que sufren vecinos de la ciudad, y que luego son investigados para comprobar su veracidad.
Sin embargo, por lo que se ve, nadie repara en esa situación, de resguardar la seguridad de la gente que es robada o es testigo de ese robo, poniéndola de cara al infractor con todo lo que ello supone.
Eso ocurrió en horas de la tarde de ayer. Luego de ratificadas las denuncias la autoridad judicial dictamina que el menor acusado debe ser trasladado a una dependencia del INAU, fuera del departamento de Flores. Pero según trascendió esa información no se proporcionó al Policía que estaba en el Juzgado en custodia del joven infractor, por lo que éste salió de la sede judicial como lo había hecho siempre, con la normalidad que caracteriza a una persona que es liberada por no habérsele comprobado delito alguno.
Poco después la Jueza pregunta por el adolescente y el Policía le anuncia que había salido a la calle, como había sucedido en anteriores ocasiones. Fue recién ahí que el custodia se enteró del dictamen judicial, pero ya era tarde.
Rato después la Policía recibe una comunicación, en la cual se le informaba que el adolescente infractor había concurrido a la casa de uno de los testigos que había participado en la audiencia de esa tarde. Desde la calle el menor estaba profiriendo insultos a la familia y apedreando la vivienda, con una violencia inusitada.
La Policía procede, el adolescente se desacata y se escapa a una finca lindera. Los Policías afuera, sin poder ingresar a la casa, esperan que el menor vuelva a salir a la calle. Eso no sucede y el adolescente transgresor que debía ser trasladado a una dependencia del INAU (supuestamente a Montevideo) permanecía prófugo esta mañana.
Parece una serial policial, pero no lo es. Sucedió en Trinidad…