Empleo juvenil, la capacitación y la experiencia laboral
En la jornada de hoy se llevó a cabo un “desayuno de trabajo” organizado por el grupo “Empleo” recientemente constituido en Flores, integrado por representantes de varias instituciones, con el fin de promover acciones que están en la misma línea de la Ley de Empleo Juvenil. Es decir, difundir, estimular y desarrollar los instrumentos que posee esta norma, tendientes a generar oportunidades a los jóvenes para el acceso al mundo del trabajo.
La actividad de esta mañana apuntó a ese objetivo, difundir fundamentalmente a nivel empresarial los alcances de esta ley que busca fomentar el trabajo decente y la promoción de los derechos laborales, el empleo e ingresos justos, la no discriminación a la hora de decidir qué persona tiene ocupar tal plaza laboral.
Ha sido sin dudas una buena iniciativa, si pensamos que los jóvenes son uno de los segmentos de la población que sufre con mayor rigor el desempleo en nuestro país. En el Uruguay la tasa de desempleo fue de 7,3% en el mes de marzo; sin embargo para los menores de 25 años alcanzó a 20%, según datos del Instituto Nacional de Estadística, lo que implica la necesidad de abordar con mucha fuerza este tema.
Pensamos que la Ley de Empleo Juvenil es una herramienta importante, pues busca
fomentar el trabajo de las personas de entre 15 y 29 años, con especial énfasis en aquellas provenientes de hogares de menos recursos, quienes tengan familiares a cargo, y se encuentren desvinculados del sistema educativo. Y como contrapartida establece un subsidio en el salario que las empresas pagarán a los jóvenes, así como beneficios por otorgar días adicionales de licencia por estudio, capacitaciones y reducción de la jornada laboral.
Esos son aspectos muy interesantes, que ponen foco en la estimulación del trabajo en sectores que más lo necesitan, con beneficios atractivos que recaen en los empleadores.
De todos modos hay otros aspectos a considerar, no menos importante, que inciden en todo esto no tan favorablemente.
Uno de esos aspectos tiene que ver con las exigencias de muchas empresas en cuanto a contar con personal capacitado, lo que implica poseer empleados con estudios técnicos, a raíz de la tecnología que emplean.
Sabido es que en nuestro país algunos emprendimientos instalados en los últimos años tuvieron que recurrir a mano de obra calificada de fuera del país, porque en Uruguay no la conseguía, lo que trajo aparejado una manifiesta preocupación porque recién ahí comenzamos a darnos cuenta de la valía que tiene la capacitación para el trabajo bien remunerado.
Por otro lado, las consultoras de recursos humanos hacen hincapié en que la mayor dificultad es romper con la tendencia que tienen las empresas de pedir como requisito personas con experiencia. El requisito de la experiencia suele generar un círculo vicioso que de alguna forma hay que cortar, pues si no se brinda una primera oportunidad no se llega a adquirir experiencia. Eso es obvio, por tanto estamos frente a una ley que estimula el empleo juvenil, pero que sin embargo encuentra algunas trabas que es necesario abordar con la misma sintonía, para que los resultados sean realmente los que aspiran los impulsores de la norma.