Se nos fue Mario Delgado Gerez, pero nos dejó su lección de honradez
Hoy iniciamos la jornada de trabajo con una noticia tan sorpresiva como conmovedora; Mario Delgado Gerez, nuestro corresponsal en Montevideo, amigo de muchos años perdió la vida en un siniestro de tránsito ocurrido en la capital del país, donde vivía.
De acuerdo a la información divulgada hoy por el diario La República, matutino donde trabajaba desde hacía largo tiempo, Mario -junto a un acompañante- conducía su moto rumbo a su domicilio en Nuevo París, cuando en el cruce de las calles Islas Canarias y Vittorio Veneto se le atravesaron dos transeúntes, rozando uno de ellos el espejo del birrodado, haciéndole perder el dominio, cambiando de senda para darse de lleno contra un ómnibus de la empresa Coetc, cuyo conductor no tuvo tiempo de reacción para evitar el impacto.
La muerte de ambos fue instantánea como certificaron posteriormente los profesionales que se hicieron presentes en el lugar. La Policía trabajó varias horas en el mismo lugar del hecho ya que los transeúntes, ante la gravedad de la situación, se dieron a la fuga.
Mario Delgado Gerez era un periodista de larga trayectoria, oriundo de Durazno, donde lo conocimos allá por la década del 70 ejerciendo la profesión en distintos medios, preferentemente escritos, donde decía sentirse más cómodo.
Fue compañero de gran parte del equipo que hoy conformamos ECOS REGIONALES, pues en aquella época difícil el periódico La Idea Nueva –donde trabajamos tantos años- había decidido extender su edición al departamento vecino, teniendo en Mario Delgado –el Negro Delgado para nosotros- a uno de sus principales referentes.
Ya vivía en Montevideo cuando ECOS REGIONALES vio la luz pública, pero no sabíamos de su destino, hasta que nuestros caminos se cruzaron en esa vía del periodismo que tiene muchas idas y venidas; él desarrollando su vocación en medios capitalinos como La República y en un diario zonal de Paso de la Arena, y nosotros iniciando un nuevo emprendimiento en lo que era también nuestra pasión.
Así fue que se integró a nuestro equipo de Redacción, escribiendo noticias que se producían en la capital pero que tenían un fuerte impacto en la sociedad poronguera. En esa misión realizó infinidad de entrevistas a actores políticos, sociales, culturales, deportivos que en distintos eventos nacionales representaban a Flores, desplegando su tarea como si fuera un locatario más, más allá que por sus venas corriera sangre duraznense, identidad que se hacía sentir –en tono de broma- cada vez que la selección roja del Yí nos sacaba ventajas en la competencia sureña.
Habremos de extrañar sus frecuentes llamadas telefónicas para saber si el material enviado había sido recibido correctamente, porque no confiaba mucho en la tecnología, o quizá no quería desprenderse del todo de aquella época en que el ruido de las pesadas teclas de las Remington –tradicionales máquinas de escribir en los diarios de antaño- rompían la monotonía de las salas de cualquier redacción.
También habremos de extrañar sus largas llamadas para saber cosas de la familia de ECOS REGIONALES, más allá del trabajo, porque a pesar de haber prometido mil visitas nunca conoció in situ este espacio, que también fue suyo sobre todo por la amistad cultivada por muchos años, pero además por su profesionalismo, por sus enseñanzas permanentes, por su interés de investigar sucesos que luego convertía en notas periodísticas escritas con la fineza de un escritor talentoso.
La injusta muerte de Mario nos conmueve el corazón.
Nos queda el consuelo de haber compartido la misma ruta del periodismo, ese que se hace por vocación, con la seriedad y la entrega que es capaz de aportar cosas positivas a la comunidad.
Nos queda la satisfacción de haber estado en la misma trinchera de lucha en tiempos de dictadura, donde había que hacer frente a la ignorancia y a la persecución de los “tiras” con la razón y las ideas, sin importar las consecuencias.
Nos queda, querido Mario, tu recuerdo, tu lección de honradez, tu ejemplo de vida rica construida en la modestia de los grandes hombres.