30 años de democracia: La lucha por la verdad continúa
El pueblo uruguayo ha celebrado los 30 años de democracia, o de recuperación de las instituciones democráticas violentadas en 1973. Muchos han sido los actos realizados hasta hoy en ese marco, especialmente en la capital del país.
La fecha tiene su importancia para los que vivieron esos acontecimientos, para quienes padecieron las consecuencias del golpe de Estado cívico-militar, y sobre todo sufrieron la acción de los dictadores por más de una década, que fue la enorme mayoría del pueblo uruguayo. Dictadura que además de sembrar el terror y el miedo, persiguió, torturó y mató a ciudadanos inocentes por pensar diferente y luchar con el arma de la razón por la recuperación de la libertad agredida.
Allí está la historia para tener presente, para ser recordada, para ser informada a las nuevas generaciones en las aulas o en cualquier lugar, porque son los adolescentes y jóvenes de hoy los responsables de saber y aprender la lección, con el objetivo de valorar en toda su dimensión los valores del sistema democrático.
Lección que debe incluir el capítulo de cuánto está costando a nuestro pueblo recuperar esos valores, entre ellos el derecho a la verdad y a la justicia. Verdad que han ocultado durante estos 30 años de democracia los responsables de la violación de los derechos humanos, y justicia que aún espera por tantos que vulneraron esos valores.
Un ocultamiento de la verdad que ha frenado el proceso de búsqueda de muchos desaparecidos uruguayos, y de otros países de la región que padecieron el coordinado y oprobioso Plan Cóndor. Verdad que se ocultó con el manto de la mentira, hasta que en los predios militares comenzaron a aparecer los huesos de ciudadanos muertos en la tortura.
Muchos han sido los impulsos realizados por los familiares de los desaparecidos en esa búsqueda de sus seres queridos. Últimamente la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos (Famidesa) ha instrumentado una campaña para recabar datos que conduzcan al encuentro de esos ciudadanos. Se trata de la habilitación de la línea telefónica 0800 9942, a través de la cual se han recibido ya 300 denuncias, algunas que dicen haber sido testigos de enterramientos y de otras violaciones, las que ahora analiza un equipo de antropólogos para establecer la factibilidad de los datos aportados.
Hay que tener en cuenta que son unos 200 los uruguayos detenidos de los que nunca más se supo, no solo en Uruguay sino en países cercanos donde en la misma época había dictaduras que trabajaban en forma conjunta. La campaña de Familiares recibió el respaldo de la Iglesia Católica que puso a disposición las parroquias para la recepción de información. Según anunció el Cardenal Sturla desde Roma, la Iglesia aceptó la invitación a colaborar como forma de contribuir “a la paz entre los uruguayos” y agregó que en este caso lo que interesa “no es llegar a quienes son los que saben sino tratar de encontrar los restos”.
Se trata de otro aporte significativo, porque sabido es que fueron muchos los representantes de la Iglesia Católica que sufrieron la persecución, por apoyar a quienes lucharon pacíficamente por la reinstalación de la democracia en nuestro país.
En estos 30 años de democracia debió avanzarse mucho más, pero la realidad indica que la lucha continúa, y su éxito depende de cuántas más sean las instituciones que abran canales para posibilitar que fluya la verdad.