Ramón Cuadra Cantera: “Vivir de la vocación es lo que hace la riqueza cultural”

El escultor Ramón Cuadra Cantera participó hace unos días de una interesante actividad cumplida en Casa de la Cultura. Nacido en Trinidad en 1962, Cuadra Cantera inició sus estudios a los 7 años vinculándose con José Luis Zorrilla de San Martín, para luego continuar tomando clases con Federico Möller de Berg. En 1978 ganó el Primer Premio de Escultura y el Tercer Premio de Plástica en concursos organizados por el Ministerio de Educación y Cultura. Desde entonces realizó gran cantidad de exposiciones individuales y colectivas, trabajó en diversos museos y centros culturales y ejerce la docencia en distintas especialidades.

El escultor visitó nuestra Redacción acompañado del Padre Juan, cura párroco de la Iglesia Matriz de Montevideo a la que está vinculado desde hace mucho tiempo, y dialogó con ECOS REGIONALES.
Cuadra Cantera admitió que en lo personal es una gran satisfacción regresar a su pueblo natal.
“Todo tiene una gran emoción y además uno no se va del todo, porque siempre tiene su raíces en el lugar donde está, porque alguien que no tiene raíz flota”, reflexionó.
“Es muy lindo venir a compartir con los míos una experiencia de vida, un trayecto de vida mayor que el que estuve acá, pero con la misma intensidad. La misma intensidad de cuando estaba acá, ahora ya con otra edad, con otro tiempo, con otras circunstancias que se dieron. Y poder compartir eso con los demás hace que uno se sienta pleno y que uno sea entonces, en el lugar donde nació, un poco como el aporte para los demás para que sigan adelante”, expresó Ramón Cuadra Cantera.
Recordó que comenzó a ser escultor en Trinidad.
“Mi madre muy inteligente, cuando yo dije que quería ser escultor –y tenía 7 años- me llevó al taller de José Luis Zorrilla. En ese tiempo ella estaba en Montevideo y era Directora de una Escuela y conocí a Zorrilla. Recuerdo y conservo una imagen de la Santísima Trinidad firmada por José Luis, estamos hablando del año 1973. Practicaba mi escultura, todo el día hacía mis cosas hasta el año 1975 que murió Zorrilla, fue un sábado”, precisó.
“Después seguí mis estudios acá e ingresé a estudiar lo que era la Escuela de Artes Aplicadas, y ya había trabado contacto con otro escultor que era Federico Möller de Berg, que es el autor, entre otros, del monumento a Oribe que está en la capital, del monumento a Batlle que está en la radial y otro frente al Palacio Legislativo. A Möller lo seguí viendo hasta el año 91 en que murió; visitaba mi taller muy seguido porque éramos vecinos, de la misma forma que yo lo visitaba a él”, puntualizó el escultor Cuadra Cantera.
“Luego siguieron todos mis otros estudios, de piano que había comenzado acá y de escultor, y a los 20 años estaba dando clases en la misma Escuela de Artes Aplicadas. Después en Buenos Aires conocí otros escultores como Líbero Badíi, Raúl Soldi, Nora Borges de Torres y luego mis contactos con Italia con Giacomo Manzú. Mi vida ha sido dedicada a la escultura”, afirmó.

LA HISTORIA DE LA CATEDRAL DE MONTEVIDEO
Ramón Cuadra es un agradecido a Montevideo, ciudad que lo recibió con los brazos abiertos.
Es conocida su obra histórica sobre la Iglesia Matriz Catedral de Montevideo.
“He sido ayudante de varios, de Mons. Partelli, de Mons. Gottardi, de Mons. Cotugno y ahora del Cardenal Sturla. La historia de la Catedral me apasionó mucho hasta que llegué a escribir un libro que se llama La Iglesia Matriz Catedral de Montevideo que compila dos cosas, el libro anterior famosísimo escrito por el Padre Fúrlong que era un sacerdote jesuita y la continuidad desde 1930 hasta el año 2004, que era el Bicentenario de la Consagración de la Iglesia Matriz, por el Obispo de Buenos Aires Benito Lué y Riega, y esa continuación la hice yo. Además la Catedral guarda muchas partes de lo que es mi obra escultórica, como por ejemplo, la Tumba de Dámaso Antonio Larrañaga cuyo prólogo fue escrito por Pivel Devoto junto con el filólogo Chicalesse. En la Capilla del Santísimo hay dos medallones de los Evangelistas San Mateo y San Marcos y los otros dos los hizo José Luis Zorrilla, Lucas y San Juan. Está también la imagen en mármol del cura De Ars y la tumba del laico Francisco Bauzá, el autor de la dominación española en el Uruguay que hizo las primeras cuestiones de nuestro derecho”, agregó Cuadra Cantera.
“La Catedral es para mí parte de mi vida, tanto te diré que en Montevideo he tratado de vivir a una distancia corta de la misma, para poder acceder rápidamente”, sostuvo el escultor.

LA VOCACIÓN
Ramón Cuadra Cantera reflexionó que “si todos siguiéramos nuestra vocación, que es lo que me regaló Dios, todos tendríamos riqueza cultural, porque nadie es más que nadie y menos que nadie. Todos somos realizados. Pedro Figari escribe un libro que se llama Historia Kiria cuya tercera edición que hizo el Ministerio de Relaciones Exteriores lleva el prólogo mío, cuenta que si todos estuviéramos realizados, haciendo lo que nos gusta, tendríamos esa riqueza cultural. Porque la cultura no es saber escribir, saber hacer esculturas, saber de piano o de deportes, es una cosa aún más profunda. Es saber del pueblo, que quiere decir: Todas las potencialidades de todos los que forman la sociedad unidas para que esa sociedad sea un lugar de riquezas”.
“Por eso abordé en Casa de la Cultura no los escritores que conozco, que son más, sino aquellos escritores que fueron a posar para que yo les hiciera su retrato, su busto, su escultura en mi taller”, manifestó Cuadra Cantera.
“Eso es lo lindo, vivir de la vocación que Dios nos dio; eso es lo que hace la riqueza cultural. Eso es lo que les enseño todos los días a mis alumnos. Vivir y estar contentos con la vocación que uno tiene. La aspiración más profunda que uno tiene es vivir en profundidad su propia vocación; si uno sale de eso se pierde, da el flanco, se muere. En cambio cuando uno está dentro de su vocación tiene todas las potencias, y de ahí llega a todos los lugares, a la química, a la física… Fíjense, yo lo tenía a (Rodolfo) Tálice posando durante un año en mi taller, una vez por semana, y gracias a la escultura pude estudiar Etología para poder hablar con él de eso, para que sacara de adentro lo mayor que tenía, para poder captar cómo era y poder trasmitirlo en el barro”, comentó el escultor.
“Todo eso lo da la vocación”, sostuvo el artista.