¿Uruguay dejará de sufrir?
Es indudable que el Mercado Común del Sur, conocido como MERCOSUR, creado bajo una gran expectativa, no ha tenido, al menos para Uruguay, los resultados que se esperaban. Nuestro país, en cierta manera, ha sido la cenicienta de este Tratado de Asunción que procuró desde su fundación, el 26 de marzo de 1991, promover y dinamizar el comercio entre los países miembros: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
En el 2006 Venezuela firmó el Protocolo de Adhesión al MERCOSUR, completando el proceso en 2012, momento desde el cual se convirtió en miembro pleno. Mientras tanto en el 2012 Bolivia firmó el Protocolo de Adhesión a este Tratado que fue perfeccionado en 2015 con la firma en conformidad de Paraguay, siendo considerado Estado parte «en proceso de adhesión» (con voz pero sin voto) hasta que se complete el trámite legal, momento desde el cual -de completarse- pasará a ser miembro pleno.
Esto es parte de la historia, pero lo más importante a la hora de las evaluaciones es conocer los resultados que ha dejado para la región este acuerdo. En ese sentido no es novedad que el MERCOSUR no ha funcionado como se preveía, porque muchas veces las grandes potencias regionales –Argentina y Brasil- han hecho prevalecer sus grandes intereses frente a Uruguay y Paraguay, incluso han acordado reglas en forma bilateral, vulnerando principios básicos del Tratado.
Pero esas situaciones desfavorables para Uruguay han quedado como simples anécdotas, nadie se interesó por solucionarlas y los países más chicos siguieron sufriendo las consecuencias de la inequidad.
En los últimos años el gobierno argentino, pese a la compatibilidad ideológica que decía tener con su par uruguayo, aplicó normas que fueron directamente en contra de nuestro país. Solo bastaría recordar lo que sufrió el turismo uruguayo en la pasada temporada.
Sin embargo, ahora se abren renovadas expectativas. El nuevo gobierno argentino anunció ayer que cumplirá con un fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y a partir de fin de año dejará de exigir la Declaración Jurada Anticipada de Importación (DJAI), lo que supone el levantamiento de una medida que había afectado a las exportaciones uruguayas.
El ministro de Desarrollo Productivo argentino, Francisco Cabrera, anunció que “a fin de año se acaban las DJAI (Declaración Jurada Anticipada de Importación)» y aseguró que el mecanismo será reemplazado por un sistema simple de licencias automáticas y no automáticas.
Las licencias no automáticas, ya suprimidas, habían supuesto un obstáculo adicional para las exportaciones uruguayas y habían afectado a unos mil ítems.
Un informe de la Cámara de Industrias (CIU) sobre la situación comercial con Argentina y su impacto en el sector elaborado en agosto, indicaba que el empleo directo generado por las empresas uruguayas que producen bienes para el mercado del país vecino cayó 46% en ocho años, pasando de 5.000 a 2.700 puestos de trabajo. Esa fue una tétrica señal que daba el propio MERCOSUR.
El levantamiento de esa traba por parte de la administración Macri supone beneficios para nuestro país, pero habrá que ver cómo se instrumenta esa medida, a la luz de la política que se aplicará en materia monetaria y de tipo de cambio.