Alexis Balbín, viajó a la Antártida para desarrollar proyecto climatológico y cuenta su fascinante experiencia
ENTREVISTA
METEORÓLOGO TRINITARIO ESTUVO OCHO MESES EN EL “CONTINENTE BLANCO”
Alexis Balbín desde que decidió cursar la carrera de Meteorología tenía la gran esperanza de concurrir a la Antártida, también conocido como “continente blanco”, en el cual se encuentra el Polo Sur.
Este inquieto trinitario hoy trabaja en la Estación Meteorológica del Prado en Montevideo, y como todos los años se realiza un llamado para cumplir funciones en la Base Científica Antártica “Artigas” en la Antártida -como forma de encarar un proyecto climatológico del Instituto Nacional de Meteorología (INUMET)-, tuvo la posibilidad de visitar este enigmático lugar.
Por supuesto que Balbín sabía donde iba, pero confiesa que lo teórico no se compara con la magnitud de su vivencia en la zona más austral del planeta.
La publicación del Instituto Antártico Uruguayo “20 años de la base Científica Antártica Artigas. Una historia uruguaya” tiene datos interesantes, señalándose que esta zona está ubicada a 1.000 quilómetros de Tierra del Fuego, 3.600 quilómetros de África y 2.200 quilómetros de Nueva Zelandia… un territorio que es considerado el cuarto continente por su tamaño, con 12:400.000 quilómetros cuadrados de superficie, que con las barreras de hielo llega a los 14:000.000 Km2 y sus elevaciones alcanzan 2.000 metros de altura media, siendo también el más elevado.
Sobre esta extensión, equivalente a la décima parte de toda la superficie de tierra del Planeta, se apoya el manto de hielo natural más grande del mundo. Ello se debe a la acumulación proveniente de épocas glaciales y al incesante crecimiento de esa capa, en virtud de las nevadas, al punto que ese casquete constituye el 90% del hielo de la Tierra.
Las bajísimas temperaturas y los fuertes vientos, son las características predominantes. En este sentido, vale la pena consignar que la media anual en el Polo Sur es de 50° bajo cero, habiéndose registrado el récord de frío en la Base Antártica Rusa de Vostok con 89,2° bajo cero.
Mientras tanto, en algunas zonas como Tierra Adelia, el promedio de tormentas llega a los 340 días/año con vientos de hasta 150 Kms./h.
Sólo en algunas costas -como por ejemplo la Isla Rey Jorge / 25 de Mayo, donde se encuentra la Base Artigas- pueden apreciarse áreas libres de hielo durante los veranos.
Sobre casi toda la superficie del continente impera el clima polar, donde la temperatura promedio del mes más cálido no supera los 0°C.
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Con Alexis Balbín dialogó ECOS REGIONALES, para conocer algunas facetas de una enriquecedora experiencia que se prolongó durante ocho meses.
A su regreso de Antártida –hace poco más de veinte días- estuvo algunos días en Trinidad, yendo y viniendo hacia donde ahora es su nuevo domicilio en La Paloma, departamento de Rocha.
-¿Cómo surge la posibilidad de concurrir a la Antártida?
-Yo estudié Meteorología, y trabajaba como Observador Meteorológico en la Estación Meteorológica del Prado, en Montevideo.
Todos los años se realiza un llamado para cumplir funciones en la Estación Meteorológica que hay en la Base Científica Antártica Artigas en la Antártida, para continuar con un proyecto climatológico de INUMET.
Como cumplía con los requisitos me postulé, y quedé para cubrir el período de abril a diciembre de 2015.
-¿La meteorología es una vocación en ti? ¿Cómo es que llega y cómo accedes a esa carrera que en jóvenes de Flores no es tradicional?
-Siempre me gustó la parte de la Ciencia y cuando me surgió la idea de poder estudiar ciencia atmosférica, comencé ha averiguar donde se podía hacerlo.
Ahí descubrí la Escuela de Meteorología del Uruguay, que depende de INUMET, que es donde trabajo actualmente.
-¿Cuál fue la misión que encaraste en la Antártida, con qué fin?
-Mi función era la realización de observaciones meteorológicas, que consisten en la medición de distintas variables atmosféricas, como puede ser, temperatura, humedad, viento, visibilidad, fenómeno meteorológico que se esté registrando, como por ejemplo nevada, niebla.
Estas variables las codificamos en una clave llamada SYNOP y la enviábamos a INUMET y al aeropuerto Frei de Chile que se encuentra en la misma Isla donde esta nuestra Base (Isla Rey Jorge). Desde ahí esta información sale al mundo y como la clave en que codificamos es numérica permite que cualquier persona en cualquier parte del mundo, sin importar el idioma, sepa las condiciones atmosféricas en la Base con solo tener conocimiento de esa clave.
Esta información también se carga en distintos modelos numéricos; éstos son programas de computación que con los datos de muchas estaciones, generan una simulación del posible comportamiento atmosférico.
Esta herramienta es fundamental para los Meteorólogos a la hora de la predicción del tiempo.
-¿Qué otra utilidad tiene esa información y qué otra función se te había encomendado?
-Esta información que va a Montevideo se va a utilizar también para futuros estudios climáticos de la región, donde se encuentra la Base.
Otra función que tenía era realizar diariamente pronósticos para asesorar al Jefe de la Base sobre la posibilidad o no de realizar actividades al aire libre, ya que las condiciones ahí son muy cambiantes y por momentos muy hostiles, vientos muy fuertes, bajas sensaciones térmicas, y reducción drástica de la visibilidad.
-¿Cómo resultó la experiencia?
La experiencia fue excelente, el lugar es impresionante, es todo nuevo, si bien uno estudió sobre esas condiciones fue solo en lo teórico.
Por suerte me adapté bien principalmente a mi trabajo, a la convivencia ya que la Base está administrada por militares y el Meteorólogo es el único que no lo es, pero no hubo ningún problema, fueron excelentes compañeros.
Se pudieron realizar mantenimiento de algunos instrumentos y realizar pequeños estudios climáticos aparte de las tareas que tenía.
-¿Qué aplicación tiene en nuestro país esa experiencia?
Esta experiencia permite formar Meteorólogos más profesionales, al haber adquirido conocimientos en el campo, de otro clima, ayudándonos a comprender mejor nuestro clima y los posibles cambios climáticos que se avecinan.
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De acuerdo al estudio del Instituto Antártico Uruguayo, las bajas temperaturas que se registran en la Antártida se deben, no sólo a su ubicación en la zona polar, sino a su gran altura media y la poca radiación solar que recibe. Además, entre el 80% y el 90% de la radiación que recibe es reflejada por el hielo merced a su albedo, evitando el calentamiento de la superficie.
Otra singularidad antártica es que aproximadamente 90% de su territorio es un desierto nival, esto es, un área fría con escasa presencia de vida y una sequedad del aire que llega a superar la de los desiertos cálidos.
La Antártida es, en la mayor parte de su extensión, en cuanto a su humedad atmosférica, el lugar más seco de la Tierra (excepto las zonas costeras e insulares de la Antártida), ya que al estar las temperaturas casi siempre bajo 0 °Celsius el agua se encuentra cristalizada y el aire, que es extremadamente frío, apenas retiene humedad.
Las temperaturas medias durante el invierno tienen variaciones muy pequeñas, en las zonas cercanas a las costas son frecuentes los blizzards, las nevadas y actualmente, también las lluvias durante el breve verano.
Los fuertes vientos son frecuentes ya que sobre el centro de la Antártida se ubica permanentemente un área de alta presión (anticiclón) que hace fluir corrientes eólicas a gran velocidad desde el sur hacia el norte y noreste, estos vientos alcanzan velocidades de 200 km/h y más.