Tener en cuenta la voz de los trabajadores
Se acerca otro 1ro. de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, fecha instituida en el año 1889, en la calle Prele de París, durante el Congreso de la Asociación Internacional de Sindicatos Europeos. Esta fecha fue instituida como jornada de lucha por la Segunda Internacional en julio de 1889 para perpetuar la memoria de los hechos ocurridos en mayo de 1886 en EE.UU, cuando en la Haymarket Square de Chicago una violenta represión intentó detener una de las miles de protestas que llevaban a cabo las organizaciones laborales en todo el país.
Esta reivindicación fue emprendida por obreros norteamericanos e inmediatamente adoptada y promovida por la Asociación Internacional de los Trabajadores, que la convertiría en demanda común de la clase obrera de todo el mundo.
El Congreso de París de la Segunda Internacional acordó celebrar el Día del Trabajador el 1º de mayo de cada año, con actos obreros y manifestaciones reivindicativas en todo el mundo.
En Uruguay ha sido tradicional que los trabajadores se reúnan en esta fecha para homenajear a los Mártires de Chicago, tomar su ejemplo de lucha por toda la masa obrera, y además analizar, anunciar y denunciar distintas situaciones que se viven, fundamentalmente en materia de violación de derechos laborales, entre los que se incluyen las condiciones de trabajo y el salario que reciben por ello.
Todos los años son un tanto especiales, y este 2016 encuentra a los trabajadores reivindicando algunas de las cosas que han venido sosteniendo desde años pasados, cuando en el escenario local y regional se vislumbraban algunos nubarrones.
El denominado “enlentecimiento de la economía” ha dejado a muchos trabajadores sin su fuente laboral, y eso es lo más preocupante.
El departamento de Flores no es la excepción en ese sentido, y de acuerdo a las informaciones trascendidas, el número de obreros en el seguro de desempleo solo se iguala a las peores crisis que sufrió el país.
Los trabajadores rurales son de los más golpeados por el desempleo en este departamento, reflejándose en ello una situación económica de la empresa agropecuaria que no es la misma de hace algunos años atrás, cuya rentabilidad era muy superior a la actual, porque era también otro el panorama a nivel de los mercados internacionales. Pero también el comercio y la industria sufren las consecuencias de esa “desaceleración”, con consecuencias negativas sobre los trabajadores.
La central obrera PIT-CNT ha venido insistiendo en la necesidad de reactivar la inversión pública, como factor fundamental para el desarrollo, porque eso conlleva a mantener a los obreros activos, y sin riesgos de desempleo.
No hay que perder de vista esa reivindicación, aún teniendo en cuenta que el país hace muchos sacrificios para recomponerse luego del factor climático adverso, que dejó a muchas familias de trabajadores fuera de sus hogares por las inundaciones, cuando no sin sus viviendas por el tornado.
Más que nunca hay que levantar la mira y no analizar las cosas bajo perspectivas conservadoras, cuyos resultados muy bien conoce la clase trabajadora uruguaya. No hay porqué frenar ninguna obra bajo estas circunstancias, más bien hay que reforzar los esfuerzos y analizar todas las alternativas que apunten a promover la obra pública, generadora permanente de fuentes de trabajo.
Hay que tener en cuenta la voz de los trabajadores.