A 40 años del asesinato de Toba y Zelmar
Hoy, 20 de Mayo, se cumplen los 40 años del asesinato de los legisladores Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, y de los militantes políticos de izquierda Rosario Barredo y William Whitelaw, ocurridos en Buenos Aires en el año 1976.
Coincidentemente se realizará en esta jornada, a partir de la hora 19 en Montevideo, la 21ra. Marcha del Silencio convocada por la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos y otros colectivos sociales bajo la consigna: “Ellos en nosotros contra la impunidad de ayer y hoy, por verdad y justicia”.
Se trata de un acontecimiento relevante, que sigue agitando las conciencias de los seres humanos, en un momento en que en Uruguay, pero también en otros países de la región, prosigue la lucha por encontrar a ciudadanos muertos y desaparecidos en la tortura por defender sus ideas, el marco del fatídico Plan Cóndor, llevado adelante durante las dictaduras cívico-militar de la década del 70 y 80.
La Marcha del Silencio es un faro encendido, que mantiene vigente cada día esa lucha por encontrar la verdad, y para que de una vez por todas los que violaron los derechos humanos –que se mantienen impunes- sean castigados por la Justicia con todas las garantías del sistema democrático.
Esa Marcha impulsada por Madres y Familiares cumple en el 2016 sus 21 años. En mayo de 1996 fue la primera convocatoria pública, levantándose la consigna “Por verdad, memoria y nunca más marchamos en silencio el día 20 de mayo en homenaje a las víctimas de la dictadura militar y en repudio a las violaciones de los derechos humanos”.
El homenaje a las víctimas no puede ser otro que el reconocimiento a través de la verdad de los hechos, la recuperación de la memoria y la exigencia de que en Uruguay nunca más exista la tortura, las ejecuciones y la desaparición forzada de personas.
Es desde entonces, cada 20 de mayo, miles de personas comparten la Marcha del Silencio en Montevideo y también en algunas ciudades del interior.
En Trinidad se realizarán actos en adhesión a esa marcha el domingo en el centro de Trinidad, e intervenciones en diferentes puntos de la ciudad, como forma de sensibilizar a la comunidad sobre un tema vital, que es saber dónde se encuentran los desaparecidos que aún quedan seguramente enterrados en predios militares, y con ello seguir afirmando los valores de la libertad, de la justicia, de la democracia, y para que nunca más el pueblo uruguayo vuelva a vivir el oprobio de la dictadura.
El pueblo de Flores fue de los que sufrió con más agudeza la persecución y la tortura, muchos fueron los ciudadanos que sometidos a esa violación de derechos quedaron con secuelas importantes, físicas y psíquicas. No solo ellos soportaron esas consecuencias, también familiares que sufrieron la ausencia de sus seres queridos, sabiendo que eran reprimidos en los cuarteles por el solo hecho de pensar diferente a los dictadores de la época.
Hoy, a 40 años de aquellos episodios, recién están ingresando a los Juzgados –por denuncias de torturas en el Cuartel de Trinidad- algunos de esos “personajes” que aún se mantienen impunes, y que se abogaron el derecho a arrancar testimonios de presos políticos a través de las más diversas manifestaciones de violencia.
Quiera Dios que la Justicia pueda, con todas las pruebas a su alcance, arribar a la verdad. Para que las nuevas generaciones sepan que aquí también hubo violaciones de derechos humanos y para que sean ellos, en el presente y en el futuro, garantía de los valores que emanan de la justicia.