“Elegí ser Oncólogo porque es una de las especialidades donde está el mayor desafío entre la vida y la muerte”
ENTREVISTA
CON EL Dr. ALBERTO SALVO
Alberto Salvo es un hombre nacido en Flores, que se fue muy joven a estudiar a Montevideo. Ingresó a la Facultad de Medicina convencido que algún día recibiría el título de Cirujano, pero una experiencia personal que tuvo con una paciente le cambió el perfil a su carrera. Desde ahí no tuvo dudas, la Oncología sería la especialidad, a través de la cual servir a la sociedad. Una vez titulado potenció su formación en varias Universidades de Estados Unidos, y trabajó en otros países donde la Medicina acumula muchos conocimientos de prestigiosos profesionales. ECOS REGIONALES entrevistó al Dr. Alberto Salvo en una sala de la Residencial “Vespa”, donde posee unos pocos muebles, una camilla, encima de la cual tenía una computadora portátil y un pizarrón con anotaciones varias. Así de sencillo, como es él en la cotidianeidad. El Oncólogo respondió preguntas sobre su profesión y sobre su vida…
-¿Por qué elegiste la Oncología?
-La elegí porque es una de las especialidades en las cuales está el mayor desafío entre la vida y la muerte. Esa especialidad conjuga la compasión del ser humano, que es lo que tenemos que tener, sobre todo en medicina en su más amplio espacio, pero en la Oncología aún mayor.
Luego lo que significa la parte de investigación. Es decir, cuánto tenemos que estudiar, investigar y crear nuevos conocimientos para poder, no solo saber qué es esa enfermedad, sino a su vez de qué manera podemos tratarla.
Ahí se conjuga todo el aspecto científico con el humano, y es un desafío. De hecho el ser humano tiene que enfrentar los desafíos y uno de ellos es crear nuevos conocimientos, para que el que venga atrás tenga aunque sea un granito de arena de esa playa, de tal manera que poco a poco se pueda llegar a dominar esa enfermedad.
-¿Estuviste siempre convencido que la Oncología era tu vocación?
-No, cuando entre a la Facultad quería ser Cirujano. Me encantaba la anatomía y todo eso, hasta que llegué a la Clínica. El primer paciente que me asignan era una mujer que no quería hablar, que no quería decir nada y estaba tapada hasta el cuello. Yo sudaba porque venía el profesor y la señora me decía que no tenía nada, y a la vez me preguntaba ¿qué hago?
La mejor forma fue tomar su mano y acariciarla. La señora me miró, besó mi mano y se puso a llorar. Ahí me comenzó a contar todo; en realidad tenía un cáncer inflamatorio de mama. Me deja verlo y cuando llega el profesor me pregunta: ¿Cómo hizo doctor? Lo quedé mirando y le dije: Le acaricié la mano.
-¿Fue en ese momento que cambió tu deseo de ser Cirujano?
-Cambió todo. En esos momentos ya era docente de la Facultad en Biofísica y estaba estudiando todo lo que tenía que ver con el cáncer, respecto a las radiaciones, los diferentes químicos, las mutaciones.
Eso me fascina y si tengo otra vida voy a hacer exactamente lo mismo.
-Planteabas que la Oncología es una de las especialidades donde está el mayor desafío entre la vida y la muerte. ¿Eso quiere decir que un paciente que padece cáncer tiene muy pocas posibilidades de seguir viviendo?
-No, no es así. El hecho es que lamentablemente nosotros recibimos el paciente con un diagnóstico en etapa avanzada de la enfermedad. Entonces, las probabilidades que tenemos de curación se achican.
El caso en el cual tenemos un buen seguimiento, evaluado y controlado, podemos obtener tumores que son estadios tempranos y ahí las posibilidades de curación son enormes. De hecho, desde que empecé en la Oncología al momento, los porcentajes de curación han aumentado.
En Oncología siempre hablamos de probabilidades sobre vida. Eso lo damos respecto a años, es decir, decimos existe la probabilidad de sobre vida a los 5 años equis porcentaje y así vamos aumentando a medida que pasa el tiempo. Siempre en períodos de 5 años.
Hoy por hoy, a los 53 años, puedo decir que con la experiencia uno puede decir que un paciente puede tener una altísima probabilidad de curación, o un cien por ciento de curación.
-El otro desafío que te planteaste con la Oncología fue la posibilidad de investigar. ¿Cuán difícil es investigar una enfermedad de este tipo?
-Es muy difícil. Fundamentalmente porque cada vez que tú encuentras algo te lleva a múltiples caminos. Múltiples puntos en los cuales uno se plantea para dónde voy ahora.
Ahí nos basamos en lo que han publicado otras personas. La parte de investigación va desde lo que se conoce del tema por la lectura hasta los distintos estudios moleculares que tú estás realizando. Es una cosa muy difícil.
Yo me dediqué por mucho tiempo a las dos cosas; a la clínica y a la investigación. Dentro del área de la investigación se descubren cosas importantes y eso te lleva a dar otro paso.
Personalmente me dediqué a lo que tenía que ver con las vías de reparación del ADN y luego a las diferentes vías en las cuales se interconectan, de tal manera de poder lograr una conexión con los tratamientos. O sea, llevar a la clínica lo que uno descubre en el laboratorio. Como tengo una formación como Biofísico –entré a los 18 años en la carrera docente de Biofísica-, más la clínica, se me facilita. Y por suerte tuve la posibilidad de desarrollarme en el exterior en ese sentido, más precisamente en varias Universidades de los Estados Unidos y también trabajar en Puerto Rico.
Entonces, la investigación es difícil en el sentido que cada vez que uno descubre una cosa aparecen más preguntas. Cada interrogante que uno responde, o se acerca a esa respuesta, aparecen cien interrogantes más.
-¿Cuánto juega la parte económica para poder desarrollar una investigación científica?
-Juega mucho; se necesita mucho dinero para poder llevar adelante una investigación, porque va desde los productos químicos que son muy caros hasta los diferentes aparatos que uno utiliza.
Entonces, tiene que haber una estructura y dinero suficiente como para poder llevarla a cabo.
-¿Es por eso que no se ha podido avanzar todo lo que uno aspira para poder controlar la enfermedad de cáncer, esa que tanto tememos?
-Primero, tenemos que sacarnos el miedo. Hoy por hoy cáncer es una enfermedad crónica como es la diabetes o una cardiovascular. Porque es así; porque los tratamientos existen.
He escuchado polémicas acerca de medicamentos y todo eso; es verdad, algunos Laboratorios genéricos no producen lo que tienen que producir, porque el más barato es el que se da, pero no necesariamente es así. Hay Laboratorios serios que usan sus genéricos y tienen lo que tienen que tener esos medicamentos; el hecho es que es caro ese tratamiento.
Hoy por hoy Uruguay, un país pequeño, con un escaso porcentaje de dinero para gastar, tiene a su mayor población en el Fondo Nacional de Recursos. Eso no se da, por ejemplo, en Estados Unidos donde he visto gente que ha tenido que vender o embargar su casa, o pedir diferentes préstamos para poder pagar el tratamiento.
Otra cosa es que esos tratamientos se hagan en tiempo y forma. Y nosotros acá no nos podemos quejar, porque los niveles que tenemos de sobre vida o de curación en los pacientes son los mismos que en un país desarrollado.
El asunto es el diagnóstico, como decía al principio, que a veces llega tardío por diferentes motivos. Se puede mejorar pero está de parte del Médico que la medicina se haga bien, porque no son burócratas de escritorio que van a decir lo que hay que hacer, somos nosotros. Ahí está la cosa, cuál es la entrega que tiene el Médico para que eso salga bien.
-Hablando de la parte económica, ¿el que tiene menos recursos es quien tiene menos posibilidades de controlar la enfermedad, y está más cerca de morir por ello?
-En Estados Unidos si.
-¿Y en Uruguay?
-En Uruguay no. El problema es el Médico. Nosotros Médicos somos responsables de eso porque las drogas están, es gestionar de una manera tal que hagamos las cosas como deben ser hechas.
Las fuentes están, el asunto es saber utilizarlas en distintas formas.
-Pero los medicamentos para el cáncer son caros, ¿cómo accede a ellos un paciente sin recursos económicos?
-Está el Fondo Nacional de Recursos que estamos pagando todos los uruguayos. Hay drogas que son muy caras, pero también te digo, en los países de Europa, por ejemplo en Inglaterra que conozco de cerca su sistema de salud, que es uno de los mejores del mundo –junto con Finlandia y Noruega- tiene protocolos. Ese protocolo dice que tal enfermedad de tal tipo los requerimientos son éstos y estos otros, y ahí se da la droga. Si no cumple con eso la medicación no se da. Porque se entiende que las posibilidades de sobre vida de 5 años no son las más favorables.
Todos los países desarrollados tienen y utilizan el protocolo, salvo en Estados Unidos que si uno tiene para pagar te hacen lo que venga. Es así, la salud es una industria más.
Por eso Estados Unidos gasta trillones de dólares, pero si tú miras costo-efectividad en la salud de aquel país comparados con otros países del primer mundo, como los europeos que gastan muchísimo menos, los resultados en éstos son mucho mejores.
-Hemos escuchado que Flores es el departamento con más casos de enfermedad cáncer, ¿tiene asidero ese comentario?
-No, no es real. Ese dato lo tiene la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer, ahí están las estadísticas de la prevalencia y la incidencia de cáncer en el país. Ustedes van a haber libritos con todas las estadísticas del país, cáncer por cáncer, la incidencia y prevalencia, y Flores está igual que el resto del país. No hay una diferencia, lo que pasa es que somos muy poquitos.
Lo otro es el miedo, el cáncer mata. No! el cáncer no mata. El cáncer es una enfermedad crónica, como ya lo dije, el asunto es que hay miedo y se asocia cáncer con muerte. No es así. Es como una alarma social que se prendió ahí.
-Fuiste el promotor de la organización Mujeres con Cáncer de Mama en Flores. ¿Eso fue porque el cáncer de mama es el más común en nuestra sociedad?
-Es así, pero no solo en Flores, a nivel mundial el cáncer más prevalente en la mujer es el de mama.
En todos los países del mundo la mayor cantidad de dinero que se utiliza en investigación, es justamente para investigar el cáncer de mama. Porque fíjense, la mujer es la mitad de la población mundial y es la que padece ese cáncer en forma más frecuente. Es el primero de la lista de cánceres en la mujer.
-¿Cuál es tu rol en MUCANMA?
-Referente en el sentido de que soy parte del grupo; es decir, trabajo junto con ellas, tiramos ideas, vemos qué es lo que tenemos que hacer, buscamos la forma de unirnos y tener logros. A su vez está el hecho de la asistencia en la Policlínica MUCANMA, porque tenemos la posibilidad esa de seguir ayudando al resto de la población.
MUCANMA para mi es todo. Mi rol es MUCANMA en el sentido de que soy uno más porque si hay que barrer, barremos; si hay que pintar, pintamos; si hay que debatir, debatimos.
Pero la esencia de MUCANMA es justamente el quitarnos el miedo a la palabra “cáncer”. Y ayudarnos, porque en MUCANMA no es todo alegría, pero si vas a MUCANMA lo que vas a encontrar es una energía positiva y unas grandes ganas de vivir. Por eso les digo a “mis mujeres” a “mis chicas” –como les digo yo- que ellas son las “amazonas de la vida”. Se me ocurrió ese término hace mucho tiempo y es verdad, porque ya el hecho de recibir una mastectomía, ver menguadas la femeneidad, enfrentar los tratamientos, ser madre –porque la mayoría tienen sus hijos y sus esposos que se “borran” por miedo- igualmente salen solas adelante. ¡Qué mejor que poder ayudar ahí!, pero a su vez ellas mismas ayudan a los demás.
Para mí MUCANMA es una cosa fundamental; es un pilar de nuestra sociedad. Ellas con su cuotita le pagan a la compañera que tiene que ir a Montevideo a hacerse un estudio, ayudan económicamente a aquella que la operaron, lloran a las que se van, apoyan a la familia. Eso lo vivimos diariamente, pero aparte de eso seguimos con fuerza para adelante, con energías positivas, con ganas de hacer las cosas bien por nosotros mismos, por la sociedad en su conjunta.
Otra de las cosas lindas que tiene MUCANMA es que no tiene color, es pura y exclusivamente la esencia humana de ayuda que está ahí.
-¿Cómo conjuga el Dr. Alberto Salvo las alegrías con las angustias?
-Saben que soy un tipo alegre pero en ocasiones me quiebro, pero a eso lo canalizo creando. Por ejemplo, pinto y escribo. Tengo muchas cosas escritas con respecto a eso, sobre lo que es conjugar la vida y la muerte, las vivencias que a mi me dejan adentro y trato de sacar eso para transformarlo en algo positivo.
Las situaciones de aquellos pacientes cuyas probabilidades de vida son bajas, y he seguido toda su trayectoria y la de la familia, me tocan. Por suerte psicológicamente creo que estoy bien, pero bueno… se sufre como cualquier otro ser humano. Pero, como digo, transformo ese sufrimiento en algo positivo.
-¿Qué le dirías a la sociedad temerosa del cáncer?
-Que no tenga miedo porque existe la prevención en el sentido de que el diagnóstico está en uno mismo. Es consultar al Médico, es la mujer palpándose el seno, es el hombre palpándose los testículos. Cualquier síntoma diferente insistir con el Médico diciéndole: Me siento mal, búsqueme…
Porque está de parte nuestra muchas veces, lamentablemente, que nos hagan el diagnóstico, el exigir cosas. No digo exigir por exigir porque para algo está el Médico, pero a veces uno sabe que su organismo no anda bien y por ahorrarse una tomografía no estamos haciendo un diagnóstico a tiempo.
Yo le digo a la gente que cada uno es dueño de nuestra vida, y que se tiene que vivir a lo máximo, con cuidado y defender su propia vida. No hay que estar a merced de otras cosas.