Don Hugo Ocampo cumplió cincuenta años en el periodismo y va por más

ENTREVISTA

DON HUGO OCAMPO ZURDO, UN DURAZNENSE, TRINITARIO DE SENTIMIENTO VIVIENDO EN LA CAPITAL

Hugo Ocampo Zurdo nació el 13 de noviembre de 1947 en Durazno, hijo de Isidoro Ocampo (duraznense) y Inés Zurdo (trinitaria), a los once años se mudó junto a su familia a Trinidad tras perder a su padre; con el tiempo, la profesión que eligió como para que lo acompañara durante su vida lo llevó a Montevideo, allí es donde ha desarrollado gran parte de su carrera como periodista.

En mayo Don Hugo cumplió sus cincuenta años en la comunicación. Con su característico don de buena persona, con la indiscutible trayectoria y dominio de la temática agropecuaria que le han dado los años de experiencia y su intrínseca necesidad de saber más de los temas que aborda, Ocampo es hoy uno de los principales referentes de la comunicación en el sector.
Hoy abocado a labores de cronista en `El Observador’, pero también coconduciendo programas radiales en ‘Radio Rural’, o bien colaborando con portales de información agropecuaria en internet, Ocampo sigue demostrando su potencia al llevar a cabo su tarea.
Como pocos, desde su honestidad y lealtad, a lo que le suma un trato cordial con sus semejantes, este periodista de raza comparte con los nuevos comunicadores lo aprendido a lo largo de los años.
Ocampo siempre demuestra afecto y la preocupación por lo que ocurre en nuestros pagos, en cada oportunidad donde nos encontramos, Es que sus raíces son el sostén de estos años en la actividad, y el recuerdo una forma de tenerlas presentes.
Días pasados, en el ‘99no. Congreso de la Federación Rural’, nos encontramos con Don Hugo, quien como suele ser, recorre los caminos del país en busca de la noticia, ya que a él le cuesta un poco esperar los acontecimientos en la redacción, y prefiere cumplir con su tarea pisando el terrón.

Horacio Oyhenard
Redacción

-Son cincuenta años en esta profesión, ¿qué se siente?
-Han pasado cincuenta años, y casi que no me he dado cuenta.
Han pasado y siempre con amigos que es parte del secreto de haber llegado a estar ese tiempo.

-¿Qué recuerda de los inicios?
-Los inicios son muy fuertes en lo que fue después toda mi trayectoria. Lo primero es el recuerdo para mi padre (Ocampo).
Tenía once años cuando llegué a Trinidad –yo vivía en Durazno-. Falleció mi padre y nos fuimos para Trinidad.
Con once años, recuerdo de por lo menos dos años antes, que mi padre ya me estaba transmitiendo el amor, el sentir por la comunicación. Él había sido linotipista en su juventud, y se sentía como hombre de la comunicación. Era linotipista donde se editaba el diario La Publicidad de Durazno.
Entre los nueve y once años, me empezó a transmitir esa inquietud, esa curiosidad por la comunicación.
Lo hacía él, y lo hacía yo también; por ejemplo a través de las transmisiones de ciclismo de la vieja Radio Sport –digo vieja porque fue una época de oro de la radiotelefonía uruguaya-.
Cuando voy a Trinidad, pasan los años y siempre siguió ese bichito generando la inquietud, hasta que finalmente tuve la oportunidad que me dieron, que es lo que siempre destaco en esta trayectoria, la oportunidad que te da la gente.
Muchas veces podés tener interés, capacidad, pero si no te dan la oportunidad no podés expresar toda tu capacidad o lo que vos tengas para poder trabajar en esta actividad.
Así que, mi reconocimiento, lejos en el tiempo, para la gente que me dio la oportunidad. Primero fue Luis Vidal, el querido ‘Luviro’, con quien transmitimos –y esa fue mi primer tarea-, mi primer trabajo periodístico fue con él a transmitir la Primera Vuelta Ciclista de ‘La Media Suela’”.
Aquella competencia que durante tantos años se estuvo desarrollando a impulso de Miguel Castromán -quien era ciclista de primera categoría y tenía su zapatería frente a la Plaza Flores-. Esa era una instancia anual que siempre recuerdo, donde corrían unos cien ciclistas, de los cuales unos diez continuaban en las categorías inferiores federándose, porque eran todos amateurs.
Esa fue mi primera incursión en la comunicación. Después, con esa vinculación que tuve con Difusora Americana de Trinidad, Alberto Cassanello y Eduardo Torres me dieron la oportunidad de trabajar en otras áreas de la comunicación. No sólo en el Pregón Deportivo que hacíamos con Antonio Carbajal y Julio Maciel, sino desarrollar otras actividades relacionadas con todo, como se hace en el Interior, la información, locución comercial, ser operador, atender al público, hacer cobranzas o lo que viniere.
Es así que los comienzos son muy importantes, ya que además, y en forma paralela Don Carlos Farro Debellis y Carlitos Farro me dieron la oportunidad de colaborar con ellos haciendo ciclismo en La Idea Nueva.
Esos son mis comienzos, los cuales fueron muy fuertes y me marcaron de gran parte.
Después ingresé al diario El Día –a la prensa nacional-, estando en Trinidad, como corresponsal, y ahí, cuando va el Jefe de Corresponsales de El Día, Eduardo Ferrer –hermano del compositor Horacio Ferrer de Astor Piazzola-, a seleccionar un corresponsal tengo la palabra de Eduardo Torres que me da el visto bueno para recomendarme.
Ahí ingresé al diario El Día, hasta el cierre, entre los años 1982 y 1991, durante lo que incursioné momentáneamente en una actividad comercial que no prosperó.
Una vez cerró El Día, a los seis meses inauguramos el diario El Observador (donde trabaja hasta la actualidad).

-¿Cómo fue el pasaje a las ‘ligas mayores’, al periodismo en medios de alcance nacional?
-Es el sueño del pibe. Mucho esfuerzo y trabajo.
Ese pasaje a esas ‘ligas mayores’ fue la oportunidad que me dio el diario El Día –por el año 1957, yo era corresponsal en Trinidad desde el año 1971-, porque además hubo un interés mío y de mi familia de tener que irnos para Montevideo.
Eso coincidió con que El Día estaba armando un equipo de agro de primer nivel, como en esa época venían trabajando los diarios La Mañana y El País por su orden, los que eran diarios de primera línea en la información agropecuaria.
A partir de ahí se El Día hizo un equipo con gente que vino de El País como Humberto Pesce y del diario La Mañana como Julio Campi, más quienes estábamos en El Día, que en ese momento el Jefe de la página era el Contador Ricardo Lombardo, quien con el tiempo fue político y fue Presidente de Antel.
Hay mucha gente del Interior en Montevideo, y allí se llega, queriendo mucho lo que hacés, con una gran vocación. Esa es la única forma que te puedas bancar muchas situaciones que solamente así las llevás adelante.
El secreto es buscar perfeccionarte, tener amor por lo que hacés, hacerlo siempre y bien.
Dentro de lo que uno sabe hacer, hacerlo bien. Después, lo demás viene, pero siempre hay que hacer las cosas bien.
Además hay que actuar bien siempre. Ese hacer bien las cosas y que uno sea una persona de bien, hace que lo demás vaya llegando con el tiempo.

-Este actuar en la vida lo ha hecho un referente en el periodismo, sobre todo el agropecuario, ¿se siente así?
-No. Sé que estoy, sé que hago lo que tengo que hacer.
Por supuesto que el tiempo va pasando y te das cuenta de que estás en un grupo de personas que de pronto te dan afecto.
Capaz que confundo eso de ser referente, no pienso que lo soy. Lo que sé es que tengo un montón de gente que me regala su amistad, y que en cualquier momento los necesito y los tengo.
Que de la misma manera que a mí me enseñaron, trato yo también de transmitir todo ese bagaje de conocimiento, que por supuesto uno va acumulando en esta trayectoria.
Cuando me fui a trabajar en la redacción de El Día, lo primero que hice fue recurrir al Director del establecimiento La Carolina (Escuela Agraria), el Ing. Agr. Daniel Berhouet, para que me aportara algo más de conocimiento.
Que me hiciera un curso intensivo de lo que fuere, pero que me aportara más información, para poder ir con una capacitación mayor, y encarar con responsabilidad esa nueva tarea que a mí me estaban encomendando en el diario El Día.

-Se ha ido aggiornado a los desafíos tecnológicos que ha ido plantando el tiempo. Es usuario de Twitter y Facebook, entre otras redes. ¿Cómo han sido esos cambios?
-Lo primero que recuerdo es cuando estaba casi cerrando El Día. Uno de los Secretarios de Redacción, ‘Laco’ Domínguez -quien ha andado hasta hace muy poco como cronista de Carnaval, pero que ha sido gran periodista-, ya llegando todo esto de la computación en los diarios, me dijo ‘yo no voy a trabajar nunca en computadora, porque estoy seguro que nunca me podría adaptar’, ya que en la redacción de El Día era todo máquinas de escribir.
Pues cuando yo ingresé a los seis meses al Observador, ya habían arrancado las computadoras, aunque todavía no internet, pero sí era todo con computadoras.
Ahí empecé a escribir en computadora, me las rebusqué para empezar, y empecé a hacerlo.
Siempre fui tratando de adaptarme a los momentos tecnológicos que nos vienen sorprendiendo siempre, con la ayuda de mis hijos, ya que tengo gemelos de treinta y cuatro años, uno Diseñador Gráfico y Web, trabajando en empresas internacionales, y el otro trabajando para Antel y la telefonía celular y demás temas de promoción de este sistema de telefonía.
Con ellos dos de asesores e impulsores trato siempre de estar con las novedades.
Hoy un periodista sin las herramientas que tenemos a través de internet, que la tenemos todos, ya sea Twitter u otras cosas, no está, por eso tratamos de acompañar.

-¿Qué le agradece a esta profesión?
-La gente que he conocido, la amistad que me han regalado. En síntesis te podría decir que lo más importante es eso.
De alguna manera es cierto, nosotros estamos en una exposición pública permanente, lo que te permite muchas cosas.
Entre esas cosas permite conocer gente, hacer amistad con muchísima gente.
Eso de estar en exposición permanente enriquece a la persona, porque te lleva a ser una persona de bien. Con la exposición pública que tenemos los periodistas, si no sos una persona de bien, muy difícil termines bien.

-¿Reniega algo de esta profesión?.
-Nooo, no, no, para nada, de ninguna manera.
Sé que esto, si es sacrificado, lo es porque es así. La profesión te lleva a tener que estar, pero es lo que a mí me gusta.

-¿Piensa en algún momento, hasta aquí llegué?
-No sé cuándo va a ser ese momento. Algunas veces algún compañero en el diario me ha preguntado ¿cuándo te vas a jubilar, qué idea tenés? La verdad que hasta ahora no tengo idea.
Estoy cumpliendo sesenta y nueve años en noviembre, y quedo que me quedan varios años por delante.

-¿Le gusta la tarea de cronista? De andar en ‘la calle’, no es de los que gustan de quedarse mandando desde una oficina en Montevideo.
-Me complica. Es mucho más lindo andar en la calle, estar en contacto con todo el mundo.
Aunque el periodismo moderno es muy diferente. Ahora muchas veces vemos gente personalmente a la que no conocíamos en lo personal, pero con la que hace años hablábamos por teléfono por ejemplo, y eso que son fuentes muy importantes.
Es lindo, es muy grato el compartir con la gente en la calle.

-¿Cuál de todos los medios es su preferido?
-La radio, por lejos, es lo que más me gusta.
He hecho radio, hice hace unos años televisión y hago periodismo escrito, pero de todos, la radio.

-¿Cuál prefiere sea su mayor legado?
-En función de lo que es periodismo, que se diga que lo hice bien, con amor, porque esto es vocación, nada más que vocación.
Si alguien no la tiene, que traten de descubir lo que es la vocación por esto, porque es lo único que justifica todos los esfuerzos y sacrificios que hace uno, y la familia.
Si no es así, vas a estar trabajando mal, afecta la salud, no se va a rendir y la gente no tendrá buenas referencias tuyas.
Como persona, que sientan que he sido una buena persona. Quien esté en esto tiene que lograr que la gente cuando te conoce no se lleve la sorpresa de que como persona sos otra cosa.
Yo trato de que no sea así, y gracias a todos quienes me dan su amistad, su afecto o aprecio a diario.

En estos cincuenta años también destaco y agradeció a su familia.

Al cierre de la nota, Don Hugo Ocampo Zurdo dejó un mensaje. “Siempre sigo enganchado con lo que ocurre en esa ciudad”.
“Estos días a raíz de algunas menciones que ha hecho el colega Jorge Alonzo publicando algunas cosas en Facebook sobre Trinidad y Difusora Americana, me ha venido el recuerdo y la nostalgia con mucha fuerza”, señaló.

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