Yaima Rodríguez: “En Cuba los negros somos negros y acá me costó asumir que me digan afrodescendiente”

ENTREVISTA

Yaima Lázara Rodríguez Fernández llegó a Uruguay en el otoño de 2013 procedente de Cárdenas, Municipio de la Provincia de Matanza, Cuba, donde nació y aún hoy viven sus seres queridos. El destino no podía ser otro que el pueblo natal de su compañero Oscar Montaño, un andariego historiador, enamorado de la revolución cubana y principal “sospechoso” de impulsar a Yaima de cruzar el Atlántico para radicarse en la Trinidad de los Porongos.

Se afirma que Cárdenas es la “ciudad de las primicias” en Cuba, porque fue allí que por primera vez se instaló el servicio de energía eléctrica, por primera vez se puso a andar el ferrocarril y por si fuera poco se inauguró en ese lugar el primer puerto, contradiciendo a aquellos que sostienen que La Habana tiene ese privilegio. Pero, además, Cárdenas es una ciudad muy conocida por la denominada “Batalla de ideas”, que dio origen al Museo del mismo nombre, en un hecho que tiene sus peculiaridades, por estar asociado al conmovedor episodio vivido por el niño Elián González en noviembre de 1999, cuando es sacado ilegalmente de Cuba por su madre con el propósito de emigrar a Estados Unidos.
Como se recordará, esa tentativa fue realizada en un pequeño bote de aluminio, el que naufraga y muere la madre del chico y otras diez personas. Elián fue rescatado por pescadores y entregado al Servicio de Guardacostas Norteamericano, entablándose a partir de ahí un debate jurisprudencial de dimensiones internacionales.
Elián es vecino de la familia de Yaima Rodríguez en Cárdenas, y de ahí es que conoce muy bien al primer Museo dedicado a esta temática en Cuba y en el mundo, que fuera inaugurado por el Comandante Fidel Castro el 14 de julio de 2001 con el fin de entablar una lucha, en nombre de la revolución, para lograr el regreso del niño Elián con su padre cubano.
Yaima es una mujer que exhibe con orgullo estas particularidades de su pueblo, donde cursó la Primaria, para luego trasladarse al Municipio de Huawei, a unos 200 quilómetros de Cárdenas a cursar el Preuniversitario o Bachillerato, usufructuando una beca concedida por el gobierno de su país. Posteriormente ingresó a la Universidad de Matanza a estudiar durante seis años la Licenciatura de Psicología.
Como profesional de la Psicología Clínica –un perfil de neto corte médico- lideró en Cárdenas un grupo que asiste a pacientes con VIH/SIDA, y coincidentemente comenzó a nacer la vocación por la danza, obteniendo el certificado como Instructora de Arte, el cual le posibilitó impartir clases de esta disciplina. Por esos dos carriles transitó la vida de Yaima en su ciudad de Cárdenas, en Cuba.

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ECOS REGIONALES, con la excusa de dar simbólico cierre al Mes de la Afrodescendencia en Flores, entrevistó a esta mujer cubana, de tez negra, que exhibe una rica cultura que trata de insertar con ponderado entusiasmo en nuestro medio.

-¿Cuándo y cómo te decidiste viajar a Uruguay?
-En realidad no estaba en mis planes venir a Uruguay, por el tema profesional, pues me estaba yendo bastante bien en Cuba. Había inaugurado el grupo de VIH/SIDA y me sentía muy a gusto. Trabajaba con Sociólogos y Médicos, brindando toda la atención a pacientes con VIH y me sentía bien.
La idea vino más bien por el lado de Oscar (Montaño) luego de tres años de relación; o sea que no es que me haya venido rápidamente. En diciembre de 2012 me dice que estaría bueno que, como bailaba bien, pudiera estar en Las Llamadas. Hicimos los trámites del viaje y en abril de 2013 viajé a Uruguay.

-¿Cómo te sientes en este país y en Flores en particular?
-Me siento bastante bien; he trabajado este tiempo en muchos departamentos del Uruguay. Por el tema de la danza he trabajado a través de los Centros MEC en distintos lugares de este territorio, aunque no en Flores donde estoy establecida. En cambio inauguré acá la Escuela de Salsa Cubana La Sandunguera, y me ha ido bien, habiendo preparado ya a tres generaciones de sandungueras.
Pero también me vinculé a IMPULSA-MIDES que me ha brindado otra apertura en este departamento, y estoy trabajando con todos los temas vinculados a la adolescencia. Eso me ha posibilitado trabajar en varios centros comunales, en La Pedrera, La Casilla, Ismael Cortinas, Cañada Monzón. Me faltan otros centros como Andresito, que demanda mucho de mí, pero eso no depende solo de mi voluntad, sino que debe coordinarse con Centros MEC de Flores por el tema de la locomoción y otras cosas.

-¿Qué extrañas de tu pueblo cubano?
-Extraño el clima y a mi familia, obviamente, pero además el ejercicio de la profesión de Psicóloga. Ahora estoy con el tema de la reválida del título, cuyo trámite demora muchísimo.

-Acá se le llama burocracia…
-Cuando llegamos acá iniciamos esos trámites y lo primero que me pedían era la residencia y la cédula, pero como hacía una semana que había llegado no era posible cumplir con ese requisito. Después que tuve residencia y cédula me solicitaron el título original, que había traído de Cuba y ahora me piden certificación de nota y el programa de estudio para corroborar qué fue el que cursé, para poder ejercer como Psicóloga en el Uruguay.
Pero por suerte en el Departamento de Migraciones de la Intendencia de Montevideo planteamos mi situación y les interesó para hacer un equipo multidisciplinario, donde yo sería la Psicóloga de ese equipo, que haría la atención a todos los emigrantes que vengan; entonces les daríamos atención a esas personas, es decir, en mi caso particular sería brindar apoyo y orientación a todos los cubanos que llegan a este país, en coordinación con la Embajada.
A raíz de este vínculo con la Oficina de Migraciones tenemos mañana (jueves) en el Museo de las Migraciones, un encuentro en el marco del Día de la Mujer Afrodescendiente, Latina y Caribeña, y de la Diáspora, en la que expondremos acerca de cómo nos ha ido acá en el Uruguay como emigrantes.

-¿Sientes que has sido bien recibida aquí?
-Estoy bastante contenta; desde que llegué me vinculé al tema del candombe y he recibido cuatro menciones en tres Llamadas en que he participado. La primera vez que desfilé como vedette fue en Salto y recibí una mención. Entonces, en el ambiente candombero me siento muy bien y lo mismo digo con respecto a Flores, donde he llegado prácticamente a todos los pueblos por mi actividad.

-¿No te has sentido discriminada por el color de tu piel?
-Vengo de un país donde los afros somos el 80% y los blancos el 20%, aunque aclaro que la población cubana es muy mestiza. Los aborígenes se extinguieron pero llegó mucho potencial afro y Cuba se copó. Tenemos mucha liga de afro con chino y por eso hay muchos mestizos.
En el caso de Uruguay, la población negra es bastante limitada y en Flores la única negra visible soy yo. En ocasiones he recibido como presiones visuales pero por cuestiones de mi profesión las sé llevar mejor. También trabajo mucho en los liceos por el tema del INJU, les he dado charlas allí a los adolescentes y también en Taller Guidaí, y todo bien. Aunque reconozco que hay personas que son racistas, pero eso va por la incultura que tienen.
Por ejemplo, en mi caso como negra soy una profesional y no tengo nada que envidiarle a nadie, ni el color de piel ni nada, porque estoy feliz del color que tengo.
En la población cubana nosotros los negros somos negros y acá me costó asumir que te digan afrodescendiente, y no negra. Esa es como una contracción; por mi color de piel soy negra visible. Prefiero que me digan negra, como así lo soy, y no afrodescendiente. Por eso me llama mucho la atención de cómo es tomado el término.
Por ahí va el tema, primero tenemos que asumirnos. Pero, ¿cómo uno se asume si no quieres que te digan lo que eres? Ahí está la contradicción.

-En el Uruguay le cuesta mucho a la mujer negra llegar a ocupar cargos ejecutivos a nivel público y privado, e incluso en la política…
-A mí me gustaría que la mujer afro no solo fuera reconocida en Las Llamadas. Me gustaría que la mujer afro se hiciera más visible. Yo vengo de otro país donde nosotros somos re visibles, pero no solo las mujeres, sino toda la población afro. Ocurre algo diferente acá donde la población afro no se hace visible; por ejemplo, vamos a un toque de tambores al Parque y no van personas afro; y eso es cultura. En ocasiones yo me identifico con el candombe más que los propios uruguayos.
Es verdad que hay racismo pero la población debería imponerse a ese racismo. No hay que decir que no voy a tal lugar porque hay racismo, nooooo!! Hay que marcar presencia, si te quieren mirar bien y si no que se pongan de espaldas… pero vos estás ahí.

-¿Cuánto aporta en ese sentido a la sociedad este Mes de la Afrodescendencia?
-A mí me parece que un Mes de Afrodescendencia es muy poquito, el tema también pasa por ahí. Si bien se hacen muchas actividades donde la afrodescendencia se hace un poco más visible en este mes, sería bueno que así fuera todos los meses del año. No alcanza con un mes de afrodescendencia, no es porque se va a inaugurar una gigantografía, como sucedió, todos los negros tenemos que estar unidos. No, debería ser todos los días del año. Los afrodescendientes han ganado espacios, pero todavía es muy pequeño ese espacio.
Es como el tema de la Ley de Acciones Afirmativas que dice que cuando se haga un llamado público para un empleo, tal porcentaje debe ser para determinado sector; en nuestro caso pienso que no se debe acceder a un cargo por ser negro, sino por estar capacitado. Si no, eso va en contra de la propia población afro, porque ese cargo será ocupado por un afro inepto y yo no quiero eso porque iría en contra del colectivo. Nosotros pretendemos personas capaces. Ese es mi punto de vista.

-¿Qué sucede con esto en Cuba?
-En Cuba las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres. Yo trabajaba en un colectivo donde yo era la única mujer, era la que dirigía a todos los hombres.

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En el plano político de Uruguay, a Yaima Rodríguez le llama la atención el respeto mutuo que existe entre los actores frenteamplistas, blancos, colorados e independientes. “Los felicito”, expresó la cubana, extrañada que, por ejemplo, en una fiesta se encuentren hombres y mujeres de distintos partidos políticos y todo está bien.
Reconoce que la independencia ideológica es lo bueno de la política uruguaya, diferente a Cuba donde el proceso revolucionario, con un solo partido, lleva 50 años de existencia.
“En Cuba también hay personas que están en contra del gobierno, pero es la minoría. Yo crecí con la revolución y tuve educación y salud gratuitas, como negra pude acceder a la Licenciatura de Psicología. Tengo que estar agradecida a la revolución”, afirmó.
Yaima dijo no haber tenido problemas de dejar Cuba para residir en Uruguay, sin embargo tuvo que cumplir algunos trámites para concretar su venida.
“Estaba ejerciendo Psicología Clínica y pertenezco a Salud Pública. En mi tiempo de estudiante los Médicos no podían viajar, no era permitido, pero justo cuando estaba haciendo el trámite Raúl (Castro) firmó una ley que autorizaba a los profesionales cubanos a viajar. Ahora se autoriza a viajar y si quiero regresar a Cuba puedo acceder al trabajo que tenía antes”, comentó.
Recordó además que Cuba cumplió muchas misiones internacionalistas, registrándose algunos hechos inesperados.
“Hubo Médicos que desertaron de esas misiones; es decir, fueron a Estados Unidos y se quedaron, y ahora el gobierno cubano les ha abierto las puertas y pueden regresar. Antes uno se iba de Cuba en forma ilegal y no podía regresar en cinco años, sin embargo el gobierno ahora está más flexible con este tema”, sostuvo Yaima, quien está esperanzada en aportar a la comunidad uruguaya sus conocimientos adquiridos en el área de la medicina, específicamente en la atención a los pacientes con VIH/SIDA.

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-¿El pueblo cubano está consolidado como para poder mantener la revolución?
-Sí, sí… Acá en el Uruguay me preguntan mucho sobre las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, y cómo influye esto en la población cubana.
La revolución cubana está bien consolidada porque se trabaja mucho con las nuevas generaciones para ir fomentándola. Es como la raíz, uno tiene que ir regándola para que cuando crezca lo haga con todo el vigor de la ideología.
También digo que Cuba se está abriendo un poco más; por ejemplo, un comentario en contra de algo que se está haciendo está siendo escuchado. En años anteriores eso era mal tomado, sin embargo, ahora hay autocrítica. Está perfecto que alguien pueda dar otro punto de vista diferente, y decir que le parece que esto debe ir por acá o por allá.
Las reuniones que se están haciendo con los jóvenes comunistas están siendo cada vez más abiertas, y el tema de la internet y las redes sociales se está tomando con otra visión. Se están teniendo otros canales de recepción, las personas ahora pueden decir lo que piensan.

-¿Cómo tomó el pueblo cubano la reanudación de las relaciones con los Estados Unidos?
-Lo que sucede es que la población cubana al país que más emigra es a Estados Unidos. Estamos unidos por muchas familias; en una cuadra cubana hay por lo menos cinco personas que tienen familiares viviendo en alguna ciudad de Estados Unidos. Entonces, como que está bien esa reanudación de relaciones por el tema de las remesas, porque el Correo se restableció y muchas cosas más que fomentan la unión familiar.
Raúl (Castro) dejó en claro que, si bien estamos en mejores relaciones con Estados Unidos, la hegemonía que su gobierno establece generalmente sobre los países, en Cuba le va a ser muy difícil porque estamos consolidados en ese sentido. Tú hablas con la población cubana y está segura de lo que quiere.

-De todas maneras, el bloqueo contra Cuba continúa…
-Sí, todo está bien supuestamente pero el bloqueo está, lo mismo que la Ley de Ajuste Cubano. Son las dos cosas que siguen vigentes.

-¿Cómo se manifiesta el bloqueo?
-El bloqueo no permite que entren medicamentos y muchas otras cosas. Por ejemplo, por otro lado, Cuba le compra a China, China entra a puerto cubano y Estados Unidos le cobra una multa de acuerdo a la cantidad de días que permanezca. ¿Cómo se la cobra?, impidiéndole que vaya por un mes a Estados Unidos.
China, Vietnam y Rusia son incondicionales con Cuba, nos brindan muchísima ayuda. Con otros países se nos dificulta un poco con el tema de medicina, y lo experimenté con los pacientes que trabajaba (VIH/SIDA). Ellos se tratan con medicamentos bastante caros y nosotros teníamos que comprarlos un poco más baratos, en otros mercados, porque los caros se demoraban en llegar porque a veces los barcos no querían a entrar a Cuba por el bloqueo. Porque entrar a Cuba les significaba asumir una sanción, a través de la cual no podían entrar a Estados Unidos.

-¿Y la Ley de Ajuste Cubano?
-Esa ley lo que trata de decir es que un cubano que toque tierra americana debe quedarse en Estados Unidos. ¿Qué pasa?, que muchos se mueren en los mares, específicamente en el Mar Caribe.
Nosotros estamos a 90 millas de Estados Unidos, las embarcaciones en que se trasladan los cubanos son precarias y en el Mar Caribe hay muchos tiburones. Esas embarcaciones son de polyfon, otras hechas con neumáticos, y de cinco de ellas a veces llegan tres. Fue lo que le sucedió a Elián; su mamá se lo llevaba, murió todo el mundo y el que quedó fue él…

Hablar con Yaima Rodríguez sobre Cuba, sobre la danza, sobre su profesión y otros temas puede llevar horas, días… porque su bagaje de conocimientos hace muy amena la charla. Pero siempre debe llegar el momento de apretar la tecla de stop en una entrevista…

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