La loable tarea de tirar de los piolines para dar vida a una marioneta, el titiritero
MUÑECOS EN GIRA, CUATRO AÑOS DE UN VIAJE SIN FIN
INTEGRANTES DE LA COMPAÑÍA S.O.S. TITELLES DE ESPAÑA RECORREN LAS AMÉRICAS CON SU TALLER RODANTE DE MARIONETAS GENERANDO, DANDO ESPECTÁCULO EN CADA PARADA
Horacio Oyhenard
Redacción
La pasada semana llegó a Trinidad la compañía S.O.S. Titelles, una autodenominada asociación de protección a los títeres ubicada en Sabadell (Barcelona).
Esta asociación fue creada en el año 2008 en el viejo continente, por un grupo de marionetistas queriendo ser “la voz de los sin voz”, de todos aquellos títeres abandonados, maltratados etc.
El grupo cuenta con un taller de confección y reparación de marionetas, desde donde surgen singulares personajes.
En nuestro país, están desde hace algunas semanas, en donde han logrado presentarse con su espectáculo ParaCirco en diferentes localidades.
Carlos López y Cristina Robledillo son manipuladores y socios de S.O.S. Titelles, y fueron los responsables de realizar una función de su espectáculo en el Teatro Artigas, y un posterior taller de manipulación y armado de títeres en el Centro MEC del Centro Democrático.
Durante su presencia en Trinidad, ECOS REGIONALES charló con Carlos López, quien nos puso al tanto de la gira que viene realizando, y del ambicioso proyecto que la enmarca.
INICIOS
Esta gira por las américas, inició hace ya cuatro años, aunque según nos detalló López, “contando el año de preparación en nuestro taller son cinco”.
“Tuvimos que hacer varios movimientos para comprar los pasajes y comprar el autobús”, expresó. Es que Carlos y Cristina, realizan la gira a bordo de su propio móvil, el cual oficia de taller y de albergue para manipuladores y marionetas.
Este proyecto fue creado en la casa-taller de marionetas ubicado en Barcelona, donde pertenecen López y Robledillo.
Carlos contó que este proyecto “fue presentado allí, en esa casa-taller, al cual se le dio para adelante y fue sacado entre todos adelante”.
Lo anecdótico de esta iniciativa es que fue creado para ser desarrollado en un año, “con la intención de cubrir desde California (EE.UU.), hasta la Patagonia (Argentina), en este año”.
“Finalmente nos fue imposible”, expuso Carlos entre sonrisas cómplices, “ya que al año estábamos en Colombia recién”, dijo.
El proyecto en su idea original tenía como objetivo el “poner al taller de marionetas que tenemos en Barcelona ruedas, y poder ir caminando, sin estar estáticos en esa ciudad”.
“Todo con la finalidad de enseñar a hacer marionetas en esa rutas, o bien ir a visitar a los compañeros titiriteros que hay en todos lados”.
“Por eso el autobús fue cargado con máquinas, información, materiales y nuestra propia casa. Lo que nos va permitiendo enseñar –dónde llegamos-, temas relacionados a nuestra actividad”.
“Nos ha ocurrido que hay gente a la que le interesa más la información que llevamos, o el taller, o bien el espectáculo”, comentó Carlos sobre lo variado del público que van cautivando en el recorrido.
PARACIRCO
El integrante de S.O.S. Titelles nos narró detalles de la historia que dio vida al espectáculo ParaCirco que está siendo presentado en esta extensa gira que los está llevando desde California hasta Patagonia. “Es una historia que surge muy casual”, señaló López.
El manipulador continuó diciéndonos, “a nosotros nos llamaron a participar en una película que necesitaban marionetas”.
“El hecho fue que nos pidieron algunas marionetas que fueran cojas, ciegas, o con diferentes discapacidades. Cuando te piden eso, a uno como titiritero le resulta por lo menos raro”.
“Una vez nos explicaron que la película era sobre las minas antipersonas, y para denunciar lo que ocurre con esas minas antipersonas, es que entiendes por qué te están solicitando eso, lo que te lleva a decir, ‘me apunto’”.
“El tema es que las películas tienen un problema, de que se filman y se acabó todo, por lo que nosotros nos quedamos con esas marionetas”.
“Fue ahí que nos dijimos, les podemos poner las piernas que no se les han hecho, o los brazos, o bien quitarle las gafas de ciegos para que no fuera más una marioneta ciega, pero pensamos y nos planteamos, si han nacido así, por qué no van a poder trabajar así, de esa forma”.
“Ahí fue que comenzamos a jugar con ellas y empezaron a salir juegos, experiencias y momentos que le dieron vida a todo”, contó.
López reconoció que desde el taller de marionetas existe “una particular afinidad con la gente con discapacidad”.
“En nuestro taller en Barcelona tenemos un día en el que trabajamos con gente de asociaciones o personas discapacitadas”.
“Con ellos compartimos nuestro espacio y nuestra propuesta, por lo que estamos muy cerca de la situación que viven esas personas”.
“Eso nos llevó a iniciar este juego, pretendiendo ver qué pasaba, qué generaba”, recordó.
Carlos aclaró que “a los primeros que le presentamos el trabajo que veníamos haciendo con estas marionetas fue a ellos, a las personas discapacitadas que concurren a nuestro taller”.
“Siempre dejando en claro que nuestra intención no era reírnos de ellos, ni jugar con su discapacidad, sino buscar que la gente vea a la discapacidad y que esta no te priva de ser otro ser otra persona, normalizando esa situación”.
¿Cuál fue la reacción?, “el 99% del público entiende perfectamente y lo aplaude, y nos hace saber que les parece una buena propuesta el dejar esa semillita”.
“Hay un sector, ese 1% al que le cuesta entender, y es verdad”.
“Hemos tenido gente que se ofende, y que te lo dice. Gente que ¡uh! claro está, nunca es gente afectada, ni familiares de afectados”.
“Es gente -por lo general-, que piensa que esto la única finalidad que tiene es la lástima”, sostuvo.
MARIONETAS Y TITIRITEROS
Carlos López nos confió que es un apasionado de las marionetas y títeres.
Una técnica en la que hay que poner mucha vocación. Una técnica que no muchas veces resulta ser simple de emprender para todos, sobre todo la del marionetista, “es la técnica a la que el titiritero le tiene más respeto”.
“No sé si es la técnica más complicada de alcanzar, pero sí sé que hay que ser muy cuidadoso en su construcción”.
“Hay trabajos en los que hay que ser muy cuidadosos, y lo bueno es que la gente se esmera en hacer construcciones muy precisas y bien logradas”.
“El trabajo que hacemos nosotros con este taller es el de quitarle el estigma que tiene a la marioneta, el estigma de que es muy difícil, algo complicado y que no es fácil trabajar con ellas”, apuntó.
Sobre la vida que lleva el titiritero –y en este caso el titiritero peregrino-, Carlos López comentó, siempre ha sido una persona ambulante, y hace no muchos años, con mucha prédica”.
“Es una persona que se mueve muy fácil, ya que nos podemos mover con una maleta dónde va la marioneta o los muñecos con los que vamos a hacer la representación, lo que permite un traslado prácticamente sencillo”.
“El titiritero ha trabajado siempre donde había gente. En los mercados, en las puertas de las iglesias o en las plazas, siempre donde se reunía la gente”.
“Es una persona que siempre ha traído información, por lo general era un emisor de información”, expresó.
Carlos remarcó además que “no es verdad que el del titiritero fuese un trabajo dedicado a los niños”.
“Más bien era un trabajo dedicado a los adultos, más aún, podían tener el privilegio de representar las cosas grandes en formato pequeño”.
“Me contaba un titiritero familiar de Barcelona -de esos de varias generaciones-, que cuando él era pequeño, a principios de 1900, concurría con su padre a presentar, y el lugar de esas presentaciones era en el bar, detrás del teatro, donde hacían la misma obra que había dentro de la sala teatral, pero en títeres”.
“Con esto daban la posibilidad de conocer la obra, a la gente popular, quienes no podían concurrir al teatro, ya que en ese momento entraba la clase alta o privilegiada”.
“Por eso, como a esa historia no podía acceder la gente popular, ellos se la presentaban junto a sus marionetas”, contó.
López destacó que “el títere tiene una gracia especial, lo que permite generar muchas variaciones”.
Sobre las posibilidades que ofrece esta técnica representativa, Carlos López nos explicó, “el títere permite que le cortes la cabeza, el volar y hacer un montón de cosas que un actor no puede lograr”.
“Todos los títeres clásicos de Europa, a partir de la comedia del arte, del polichinela, son muy ácidos”.
“Títeres que van a contar esas partes que no se quieren escuchar o que se escuchen. Fue ese el títere que tuvo que ponerse lengüeta (especie de ‘pito’ que va en la boca), para hablar fino, de modo de no ser acusado de lo que decía”.
“La inquisición se encargó de diezmar el ámbito titiritero, porque entraban y se ponían a decir cosas en la poblaciones de la época”, recordó López.
El marionetista y manipulador comparó al títere con la murga de nuestro país. “Es la misma función satírica de la sociedad que escapa de contar lo que pasa y contarlo con gracia”.
“Eso a ciertos sectores le molesta o incomoda”, exteriorizó.
DAR VIDA
La charla con Carlos López nos llevó a preguntarle ¿cómo es dar vida a una marioneta, a un títere? Con cierta sorpresa por la pregunta el manipulador nos explicó, “es empezar a moverla buscándole la mirada, algo que hemos hecho aquí en el taller con los participantes”.
“Hay que preguntarse ¿cómo mira? Es que nosotros en el fondo somos observadores, somos porque observamos, por lo que tenemos que hacer lo mismo con el títere, saber desde dónde va a mirar y manejarla”.
“Saber guiar esa mirada, hacer que esa mirada recorra el espacio, se pose en un objeto”, reveló.
López nos explicó, “cuando nosotros vamos por un objeto, lo primero que hacemos es míralo, después vamos por él”.
“Cuando nos dirigimos a una persona, primero la miramos y luego hablamos, por lo que esa mirada es muy importante”.
“En el fondo está el hecho que nuestra marioneta es un personaje que tiene una carencia muy grande, no tiene gesto, sólo tiene uno, el que yo le he dado desde el inicio”.
“Cuando uno crea el personaje le da un gesto, sólo uno. Él no puede mover sus músculos de la cara y demás, aunque ahora hay un sistema de espuma de polietileno con el que se pueden hacer unos muñecos con el que se logran algunos gestos, pero los rígidos sólo tienen uno”.
“La única forma de darle más gestualidad es a través de esa mirada. El trabajar buscándole todo el potencial de esa mirada, dando así una panoplia de gesto suficiente como para que le dé vida”, nos confió.
Ese nivel de personalidad alcanzado por la marioneta a través de su manipulador llega a ser tal que -como nos ocurrió durante las fotos que le hicimos a algunos de los personajes del show-, nos hacen olvidar que hay una persona ‘tirando de los piolines’.
Al respecto Carlos López confesó, “sí, suele ser así”.
¿Cómo se vive ese momento para un manipulador?, “ahí es donde eres feliz”, nos dijo y largó una carcajada de satisfacción.
“Ahí es donde sabés que los has ‘pillao’, sin duda es nuestro momento”.
De la carcajada a la emoción Carlos continúo, “ese es el fruto del trabajo. Uno busca jugar a eso”.
“Podemos decir que inventamos una forma nueva de trabajar con las marionetas, ya que a la gente le costaba ponerse a trabajar delante con la marioneta”.
“Por lo general el marionetista se ocultaba con una tela, o trabajaba desde un puente ubicado arriba, tapándose”.
“El hecho era que sólo se viese a la marioneta, por lo que en Barcelona nos cuestionamos el por qué no se podía trabajar con la marioneta, ambos a la vista”.
“En definitiva en segundos la gente caerá en la trampa y se pondrá a mirar sólo a la marioneta, yo paso a ser invisible, y fue así como decidimos empezar a trabajar”.
“Comenzamos a llamarle ‘manipulación vista’ y ha sido la forma en la que seguimos trabajando. Vimos que funcionaba igual, que la gente al poco tiempo te obvia de la mirada, te desaparece”.
“La gente se queda enganchada con el muñeco y todo lo que haga él”, subrayó.
LOS AÑOS
El paso del tiempo va haciendo mella en estos entusiastas manipuladores de marionetas, no así a sus muñecos, los que van siendo reparados o acondicionados con el paso de cada función.
¿Cómo toma un titiritero el proceso biológico de la vida, y cómo ve la desigualdad con lo que ocurre con su marioneta? Sorprendido, y tras analizar la cuestión Carlos nos expuso, “siento que no cumplo años”.
“Es como un asunto ‘Peter Pan’, donde todavía jugamos con muñecos, lo que hace que no sientas el paso de los años, o por lo menos a mí me cuesta mucho sentirlo”.
“Por lo general, el ámbito que tienes siempre se te va renovando, porque siempre vas cayendo cerca de gente joven”.
“Esa gente se va modificando, pero sientes que tú no te modificas”.
“Sí hay un hecho, el estar con gente de mi edad, que no sea titiritero me es muy difícil, o complicado”.
“Con gente de mi edad que sea titiritera no hay problema, porque nos entendemos, estamos en el mismo viaje”, apuntó.
López nos confió que no ha podido mantener muchas de sus amistades a lo largo del tiempo. “No he podido seguir en amistad con los compañeros de colegio u otros lugares a través del tiempo, me ha sido imposible”.
“Siempre me he ido quedando con esa siguiente generación que llega, siguiendo en contacto con esa gente que realmente entendía que me impulsaba”.
“Esto me ha llevado a tener muchos amigos que son treinta o cuarenta años menores que yo”, comentó.
CONSERVACIÓN
¿Por qué tienen que existir las marionetas en esta sociedad? “Son necesarios porque le gustan a la gente. Porque es el gran juguete de la gente”, enfatizó Carlos.
López sostuvo que “es una válvula de escape. El títere y la marioneta en este momento está muy diezmada”.
“Pero su relación con la sátira, con lo que ocurre en el Carnaval uruguayo, con el salirse de lo que es habitual, de lo que le dicen que hay que hacer”.
“El títere le da ese aire a la sociedad, le da la oportunidad de expresar esas cuestiones. Es un arte de gran popularidad, ya que no está manejado por grandes instituciones como la televisión, la radio y otros medios de comunicación como internet”.
“Esto es una expresión libre hecho por y para la gente. Si no sabemos conservar eso, vamos perdiditos”, subrayó.
Carlos López nos contó que “cuando pasamos en Estados Unidos, me sorprendió mucho y a mal el ver gente que se olvidaba de hacer aceras, dejando sólo espacios para los vehículos”.
“En esos vehículos la gente va sola, no habla con el de alado, ni le mira. Sólo mira al vehículo que va adelante, sin tener consciencia de que en ese otro coche también va una persona”.
“Esa gente va al shopping y compra. Allí tampoco se miran entre personas, no se hablan. Sólo miran los objetos que van a comprar”.
“Llegan a su casa, abren el garaje, meten el coche, sacan sus compras, cierran la puerta y se encierran a mirar televisión”.
“Fue algo que vi en Estados Unidos y de forma muy repetida. Es la vida en el ‘sueño americano’, y hay que tener cuidado”.
“Allí en las calles sólo ves a latinos y negros, no ves otra gente. Todos los demás están como con miedo en sus casas, algo que me parece muy peligroso”.
“Creo que es porque se han perdido estas cuestiones más populares, eso que tiene el latino, el reunirnos para comer, para compartir, algo que no podemos perder, que no nos engañen”, acentuó.
INTERNET Y MARIONETAS
Carlos López nos dio su visión sobre la relación de su trabajo y la internet o la tecnología de los ‘smartphones’ y otros, “el saber que con salir a la calle nosotros generamos que la gente se pare nos permite no pensar en eso”.
“Nosotros nos paramos en la calle y no obligamos a nadie a que nos miren. La gente sola se para, por lo que está claro que hay un interés”.
“Sólo tenemos que cuidar que exista ese interés, tenemos que darle manija”.
“Mi maestro, justo antes de morir nos decía a quienes estábamos como aprendices suyos, ‘yo ya estoy viejo, me voy a ir, lo que tienen que hacer vosotros es continuar, no hay otra’”.
“Nosotros no nos cuestionamos el por qué, sólo pensamos en que hay que continuar”, expuso López.
REACCIONES
A través de los cuatro años de recorrida, Carlos y Cristina han reunido muchísimas experiencias y vivencias.
Han logrado enfrentar junto a sus marionetas a los más variados públicos. Todos de diferentes nacionalidades, culturas, etnias y situaciones sociales.
Una de esas vivencias, quizás la más significativa fue, según Carlos, la que se generó en San Blas (Panamá), una reserva donde habitan los indios Kuna (Los Guna), a quienes se les respetan sus fronteras, creencias y modos de vida. “Fue allí que cuando sacamos las marionetas hubo una reacción desconocida para nosotros”.
“La gente de repente se fue de golpe al fondo del recinto. Fue una reacción inusual, ya que se quedaron alarmados y pegados a la pared del lugar”.
“Al darnos cuenta de lo que había ocurrido, fue que decidimos comenzar a trabajar poco a poco y con precaución. Nos planteamos no acercarles la marioneta, trabajar con cuidado y demás”.
“Así fue que les fuimos acercando la marioneta hasta cierto punto, y logramos ir sacándoles algunas sonrisas y que vieran a la marioneta de otra forma”.
“Pero esa reacción que se generó al sacar la marioneta por primera vez, que se vaya toda la gente al fondo del recinto, algo que es todo lo contrario a lo que ocurre en otras presentaciones, ha sido la más curiosa de todas las experiencias”, narró.
No obstante esto, Carlos nos hizo saber que las reacciones al trabajo que realizan son de las más variadas, aunque quizás no tan extremas.
CAMINO SIN FN
A cuatro años de iniciar este periplo, Carlos López nos reconoció que siente que el emprendido, es un camino sin fin. “Ahora lo estoy sintiendo como algo sin fin”.
“Al principio teníamos todo cerrado, un plan de un año de trabajo, con intención de generar después otras cosas”.
“Pero uno poco a poco se va metiendo en la dinámica de un viaje continuo”.
“En nuestro caso asumimos este viaje como lo hacemos en Europa, donde se hacen salidas de diez o quince días, lo que puede durar un festival o fiesta. Nunca viajes tan extensos”.
“Pero este viaje nos ha ido absorbiendo. El estar viajando permanentemente, el estar con gente diferente a cada rato, te lleva a pensar ahora todo esto como algo sin fin”, reflexionó.
EL TALLER
En cada lugar que visitan, los integrantes de la compañía S.O.S. Titelles procuran generar un taller sobre manipulación y armado de marionetas y Trinidad no fue la excepción.
Según Carlos López, esta actividad es una de las mayores satisfacciones de la recorrida. “Es como dejar una semillita en cada lugar”.
“Nos encanta ver estos grupos de gente que se muestran interesados por lo que hacemos”.
“Son grupos muy variados, y son así porque no exigimos que en ellos participen tal o cual tipo de gente”.
“Esto nos lleva a que a lo largo de la gira vamos teniendo educadores de Educación Primaria o Secundaria, jóvenes, niños, gente joven interesada en teatro o cosas concretas del arte”.
“Nos ha sorprendido en Uruguay la cantidad de gente que está haciendo Bachillerato Artístico, jóvenes que son como esponja, gente muy interesante, y la verdad que se les puede sacar gran rendimiento”.
“Es muy grato ver a tanta gente que se interesa por nuestro asunto. Gente con la que esperamos que nuestra semillita empiece a dar sus frutos en el futuro”, matizó.
MARAVILLADOS
Carlos López se mostró maravillado con la atención y recibimiento que le dio nuestra ciudad. “nos hemos sentido maravillados con la recepción y devolución del público de aquí”.
“Ha sido de gran emoción para nosotros lo que ha ocurrido aquí”.
“En definitiva ese es nuestro alimento. Yo puedo estar un día sin comer, pero me cuesta mucho estar un día sin ver esas caras de la gente cuando estás realizando tu trabajo en la función”.
“Ese es nuestro mayor momento”, culminó diciendo el manipulador y socio de S.O.S. Titelles, Carlos López.