El gobierno en el Interior, ¿innovación u obligación?
Continuando con la política de acercar el gobierno nacional a la gente, en 48 horas se estará instalando en nuestro departamento el Consejo de Ministros que presidirá el primer mandatario Dr. Tabaré Vázquez. El domingo 11 los Secretarios de Estado recibirán en distintas sedes a las instituciones y organizaciones sociales que deseen plantear sus iniciativas, reclamos y preocupaciones, mientras que el lunes 12 el Consejo de Ministros sesionará en el centro poblado “Juan José Castro”, siguiendo también con la modalidad de llegar al “Interior profundo” para conocer las realidades que se viven en los pueblos chicos.
Estas dos instancias son muy importantes, fundamentalmente para la sociedad civil organizada y también para los ciudadanos en general, que tendrán la posibilidad de plantear sus inquietudes “cara a cara” a los Ministros y al propio Presidente de la República.
Ese hecho no es menor, en la medida en que había sido tradicional en nuestro país, que tanto el Presidente y los integrantes de su gabinete, gobernaran cómodamente desde sus oficinas en Montevideo, lejos del sentir de la gente del Interior y a mucha más distancia aún de las familias que residen en los centros poblados rurales. Esa modalidad cambió, y desde que el Frente Amplio asumió la responsabilidad de gobernar este país –por decisión del Presidente Vázquez en su primer gobierno- resolvió mirar al Uruguay de un modo integral.
Esa fue, sin dudas, la primera muestra de descentralización. Descentralización de la acción del gobierno central en primer lugar, que no es otra cosa que cumplir con una responsabilidad personal y colectiva -como fuerza política- de rendir cuentas no solo a los ciudadanos que depositaron su confianza en estos gobernantes en el momento de votar, sino a toda la comunidad uruguaya sin excepciones, como corresponde.
En otras palabras, aquellos dirigentes políticos que un día llegaron al Interior en campaña política para promover su candidatura, ahora desde un cargo público conquistado en las urnas, dan la cara para recibir de la gente sus críticas y sus halagos, sus reclamos y sus proyectos, sus preocupaciones y sus satisfacciones.
Ningún gobierno, tampoco éste, puede suponerse que todo está bien y que no hay nada para corregir. Todo lo contrario, no hay dudas que la gente de Flores trasmitirá el domingo a los Ministros y el lunes al Presidente Vázquez muchos reclamos, sobre temas muy sentidos por la sociedad, compromisos que han quedado postergados en el tiempo, problemas que debieron tener solución urgente y que aún esperan la resolución de un Ministro o de un Director de organismo público.
Está muy bien que eso ocurra, porque es la manera que los gobernantes tienen de conocer la realidad en el lugar, sin recibir la opinión -muchas veces subjetiva- de directos interesados.
Seamos claros, esa actitud adoptada por el gobierno de Tabaré Vázquez, por más que parezca innovadora –porque antes no sucedía- forma parte de la esencia misma del sistema democrático. Por tanto, el Consejo de Ministros reunido en el Interior no es otra cosa que cumplir con una obligación política y moral.
Por eso, más que aplaudir esa decisión del actual gobierno, lo que corresponde es que la sociedad civil organizada y los ciudadanos como tal respondan también a su propia obligación, que es participar activamente en estas instancias, haciendo escuchar su voz para que el Presidente y los Ministros sepan dónde están parados.
No es más que eso, pero es importante.