“Hay momentos en que uno tiene que sentarse en la tribuna para ver el partido; dejar que otros jueguen en la cancha”
ENTREVISTA
RICARDO BEROIS, DE LEGISLADOR A GREMIALISTA AGROPECUARIO
Hace un año y medio que el Escribano Ricardo Berois no tiene una exposición pública como lo hacía antes, cuando ocupaba una banca como titular en el Parlamento Nacional. No se retiró de la actividad política, pero en aquel momento prefirió dar lugar a sus compañeros de ruta, de la agrupación “Beltrán Castaingdebat” y relegar sus espacios, sabiendo, incluso, que no iba a ser un actor activo en el gobierno departamental. Hoy dedicado a la actividad agropecuaria en su establecimiento de campo, es directivo de la Sociedad de Fomento de Flores y Consejero en la Federación Rural, donde ocupa, además, el cargo de Vicepresidente. Berois aclara que entró como gremialista luego de cumplir una larga trayectoria en la política, al contrario de otros, que se valieron de la Federación Rural para escalar en la política. En la entrevista con ECOS REGIONALES dijo que este año cumplirá sus 60 años y ya piensa en entrar al equipo de los jubilados. Comentó que ahora está haciendo cosas que tenía relegadas, como dedicar más tiempo a la familia, disfrutar de la lectura, reunirse periódicamente con amigos y andar a caballo todos los días. Lo que sigue es lo sustancial del diálogo mantenido en la Redacción de ECOS REGIONALES.
-¿En qué anda hoy Ricardo Berois?
-Después de haber estado tanto tiempo en el escenario político del departamento y del país, y como todo en la vida, siempre es bueno dar un paso al costado para mirar la realidad con otra perspectiva.
Hoy en la vida política estoy como un simple observador, de este lado del mostrador, como un simple ciudadano, pero con una experiencia acumulada que da una visión integral de las cosas. Es como ustedes en la actividad periodística, la trayectoria va dando la posibilidad de conocer y de prever algunas situaciones que se van a dar.
Y aquí estoy, porque hay momentos en que uno tiene que sentarse en la tribuna para ver el partido; dejar que otros jueguen en la cancha. En eso estoy, con una agrupación “Beltrán Castaingdebat” que me apoya, que me ha sido muy fiel… luego de haber pasado muchos sinsabores en la vida política.
-Históricamente te identificaste con la 904, ¿qué pasó?
-Pasaron cosas que me dolieron muchísimo, pero prefiero guardármelas, porque es riesgoso juzgar a toda una agrupación porque en ella hay gente excelente, gente que me apoyó, que trabajó, que supo cubrir todas las acciones políticas codo a codo conmigo, pero hubo otra gente que no tuvo esa actitud.
Cuando a uno le dicen las cosas de frente está muy bien, tú tienes una opinión y yo tengo la mía. Eso me parece honesto, pero cuando uno lee la realidad y ve que no se juega con lealtad es doloroso. Entonces, prefiero guardarme esas cosas porque uno no puede trasmitir eso a las nuevas generaciones políticas. Nuestra responsabilidad es trasmitir esperanzas para que las nuevas generaciones crean en la actividad política.
Creo que está mal que los más veteranos trasmitamos nuestras desazones y frustraciones.
-Suele decirse que algunos son una persona actuando en política y otra en la vida cotidiana, ¿es posible eso?
-Lamentablemente eso pasa muchas veces, pero no puede ser así. Yo traté de ser en mi vida personal lo que proclamaba en la actividad política. Proclamé siempre ciertos valores y trato de convivir y accionar con ellos.
¿Qué es lo que hacemos cada uno de nosotros?, regar nuestro jardín. Nuestro jardín es nuestra familia, nuestros afectos, ver crecer a nuestros hijos y desarrollarse en la vida. Ese es el gran galardón que tengo en la vida.
Eso es lo que tengo para ofrecer como persona, y en una sociedad chica como la nuestra todos sabemos quién es cada cual.
-¿Por qué se dice “esto es política”, como afirmando que la política está separada de todo eso?
-Hay ciertos códigos en la actividad política, y es bueno poner ejemplos. Yo soy liberal, creo en la libertad política y económica, pero se dan ciertas circunstancias donde uno tiene que entender a la gente. En el “mientras tanto”, ¿cómo se hace para que esa persona pueda enderezarse? Ahí deben aparecer las ayudas del Estado, pero esas ayudas hay que manejarlas hasta ciertos límites tolerables, para que no se transformen en permanentes. Tiene que haber un equilibrio entre lo que se piensa y el accionar.
Tengo amigos que no han estado en la actividad política que son drásticos, y creo que no se puede ser drástico porque detrás de cada persona –que quizás no tuvo la posibilidad de formarse- hay una familia, y tenemos que darles una oportunidad. Si esa oportunidad no es aprovechada, bueno…
Esos límites que uno va manejando son propios de la actividad política. Es decir, a veces uno tiene que adecuarse a las circunstancias, adecuarse a la realidad sin perder la esencia del pensamiento filosófico.
Los dirigentes políticos tenemos que ser ejemplo; proponer ciertos valores y convivir con ellos. ¿De qué valdría que Berois proclamara ciertos valores si no convive con ellos? Así no sirve.
-¿Van quedando menos ejemplos de ese tipo en la política?
-La actividad política es muy dura, por ella pasa mucha gente. La gente cada vez más se sirve de la política y cuando veo eso me decepciona. Me decepciona la gente que se preocupa más por tratar de “acomodar” a su familia valiéndose de la política.
Eso es servirse de la política. A mí nadie puede decirme nada, nadie puede señalarme con el dedo; cuando hubo que ocupar un puesto de confianza siempre pensé en el militante que estaba todos los días haciendo sus méritos, esforzándose por aprender.
Empleando esa actitud me fue a veces bien y otras veces no tan bien; hay gente a la que ayudé mucho y ahora ni siquiera me saluda en la calle, y eso me duele muchísimo. Porque no pido que me condecoren ni que pongan una foto mía en la mesa de luz por una buena acción, pero por lo menos merezco un poco de respeto.
La deslealtad es algo que me duele mucho.
Pero también está la otra. Por eso no le puedo fallar a ese gran grupo integrado por gurises bárbaros y gente mayor que me ha sido muy leal.
-¿Te refieres a la agrupación “Beltrán Castaingdebat”?
-Efectivamente, me refiero a ese grupo integrado por gente que viene de lugares comunes y otros no tan comunes, que laburaron “como locos”. Es cierto que si había que colgar carteles yo estaba primero, si había que hacer “puerta a puerta” yo estaba primero tocando esa puerta, incluso me tocó trabajar para cumplir con mi palabra, sabiendo que no iba a nada.
Trabajé por Armando Castaingdebat; fui su suplente e hice el mismo esfuerzo y gasté la misma cantidad de dinero para que fuera Diputado. De la misma forma para que Fernando Echeverría fuera Intendente, sabiendo que en su gobierno yo no iba a estar. Ni siquiera estaba en la lista de candidatos, opté por dar un paso al costado y privilegiar a los compañeros. Esa fue mi opción, entre uno y los compañeros, elegí a los compañeros que se estaban formando en política.
-¿Piensas que, considerando tu experiencia política, podrías haber dado una mano al gobierno departamental?
-Esa decisión no me correspondía a mí, podría haber sido de Fernando Echeverría y de los dirigentes de la lista que ganó. Yo acompañé, ayudé y puse todo de mí para que ganara. Pero mi compromiso no era por Ricardo Berois, el compromiso mío era con los compañeros que tenían sus méritos y tenían que mostrarse. Ese fue también el compromiso de Fernando y lo cumplió. No puedo decir nada en contrario.
Lo otro, la experiencia la tengo, no hay dudas. Me formé para esto, siendo parlamentario traté de tener una formación paralela, en saber más de economía y por eso integré la Comisión de Hacienda y Presupuesto, siendo dos veces su Vicepresidente. Tuve cinco años para poder tener un panorama de país, para saber dónde se “repartían los huevos de la canasta”, hablando claro. Pero también fui tres períodos seguidos Presidente de la Comisión de Ganadería e integré tres Comisiones Investigadoras, a lo que debe agregarse mi formación jurídica, carrera que tuve que dejar por mi actividad política.
Puedo decir que traté de formarme, ahora bien, no depende de mí si me quieren utilizar o no. Lo mismo a nivel nacional, me dieron una responsabilidad muy lateral, un asesoramiento que hago a distancia, coordinando las actividades del Congreso de Intendentes con los Municipios, que trato de hacer de la mejor forma posible. Es una cosa muy pequeña, pero tengo que ser agradecido y cumplir de la mejor manera con esa función.
-¿Cuánto juegan las luchas internas de los grupos políticos a la hora de integrar los cuadros de gobierno?
-Juegan mucho, pero además de las capacidades de los hombres están los votos. Electoralmente Flores es muy pequeño, somos 20 mil habilitados para votar y de esos votos podemos dar a nuestro partido 6 o 7 mil. En el contexto nacional no estamos pagando nada, fíjense que un Senador es electo con 200 mil votos y nosotros podemos aportarle al Partido 7 mil votos.
Valemos por nuestras condiciones y con ello podemos llenar algún agujero por ahí. Uno tiene que ser consciente de eso.
El otro día leía en ECOS REGIONALES un muy buen artículo de Andrés Carrato, que hacía una comparación de la actuación de los legisladores del Frente Amplio, y está bien que se sepa. En lo que me es personal, yo fui de los legisladores que más proyectos de ley presentó en el Parlamento, pero no solamente eso, tengo leyes que hoy integran el ordenamiento jurídico nacional. Ese fue mi aporte y no es para todos “la bota de potro”.
No soy de hacerme elogios, pero ahora que no tengo pretensiones políticas es bueno que la gente lo sepa.
-Mirando en perspectiva la labor política, ¿prefieres la actividad legislativa o ejecutiva?
-Tuve experiencia ejecutiva; con 35 años fui Director de una Unidad Ejecutora 05 del Ministerio de Economía y Finanzas –Dirección Nacional de Loterías y Quinielas- que tenía 220 funcionarios y que aportaba como dos puntos de IVA al Tesoro Nacional. Entré como último orejón del tarro, como funcionario administrativo e hice toda la carrera durante 15 años. Ejerciendo la función me recibí, fui Procurador y Escribano, habiendo fiscalizado el primer sorteo del Cinco de Oro.
Después fui Director propuesto por el Partido Nacional, no solo por ser blanco sino en mérito a mis conocimientos sobre el tema. El único cargo que el Partido me concedió fue el que tengo hoy, de contratado como Coordinador de los Municipios que es mínimo.
Lo que conseguí en la vida política fue en base a esfuerzo electoral; incluso cuando fui Secretario General de la Intendencia tuve que aportar. En ese momento la lista ganadora tenía 5 ediles y mi lista 4 ediles. O sea que tuve que mostrar en la cancha cuál era mi valor. Los cargos de confianza me los gané en la cancha.
Volviendo a la pregunta, prefiero la actividad legislativa porque me siento más formado para eso que para una labor ejecutiva, si bien tengo mucha experiencia como ya dije, y me fue muy bien. Pero si tuviera que optar, opto por el trabajo legislativo.
En el Parlamento fui compañero de gente excepcional, de primer nivel de todos los Partidos Políticos; en cambio ahora miro a mi alrededor, porque he actuado como Diputado por ser suplente de Armando (Castaingdebat), y veo un nivel en franco deterioro.
En el Parlamento aprendí mucho de Chifflet, de Guillermo Álvarez, de Díaz Maynard, de “Pepe” Bayardi del Frente Amplio; de Jorge Batlle, de Atchugarry, de Aguiar, de Ruben Díaz, de Washington Abdala, de Yamandú Fau del Partido Colorado, si bien a este último lo conocí en el Frente; de Ignacio de Posadas, de Walter Santoro, de Guillermo García Costa, de Luis Alberto Lacalle, Senadores que había que escuchar. Cuando uno tenía que decir las cosas, había que pensarlas muy bien…
-¿Se observa una decadencia legislativa?
-Hoy veo a Senadores, incluso de mi Partido, que no me aportan nada. Es más, apago la radio cuando son entrevistados; a mí no me aportan nada, y al país tampoco.
-¿Y cómo fue tu experiencia como Secretario General en la Intendencia?
-Con Armando hicimos una muy buena Intendencia en el primer período. Éramos un equipo, Armando hacía lo que todos conocen y yo era el “golero”. En esa administración a mí me tocó jugar de golero, como dice el Canario Luna, y uno trataba de hacer el trabajo de la mejor forma.
-¿Qué es hacer el trabajo de la mejor forma?
-Evitar que al Intendente le lleguen los problemas. Esa era mi función.
-¿Te gustaría volver a ese cargo?
-No sé, yo creí en un proyecto departamental. En aquel momento intentamos que hubiera mucho de aquello que dicen los juristas, que era el “afecto societario”, o sea, que hubiera un sentido de grupo, de equipo, y no sé si eso hay ahora. No sé porque no estoy en la Intendencia. A ese “afecto societario” tratamos de regarlo todos los días, y a mí que era el de mayor experiencia me tocó la mayor responsabilidad.
Donde cada uno comience a llevar agua para su molino por sus pretensiones políticas… está bien que las tenga, pero no debe perder de vista que es parte de un grupo y que no puede poner sus pretensiones políticas por encima del equipo. Y si eso pasa, está mal. Los méritos tienen que ser de la administración y no de cada uno, tomado individualmente.
-Volviendo al principio, ¿así que en este período te desasnas en la actividad agropecuaria?
-Es lo que estoy haciendo, tengo un pedacito de campo que trato de explotarlo de la mejor forma, como se puede. Pero también estoy cumpliendo con un “debe” que tenía; soy dirigente gremial y eso significa una gran satisfacción. O sea, antes vivía de un sueldo por la actividad política que cumplía, y ahora hago política agropecuaria y pago para hacerlo.
Unos amigos creyeron que podía ser útil en la Sociedad de Fomento de Flores y hoy soy dirigente; estoy trabajando con un grupo excepcional, con gente voluntaria, porque pagan para estar, ponen su tiempo para que la institución siga siendo un ejemplo. Y en ese sentido debo decir que los productores rurales tienen que creer mucho más en el gremio, pero además hay que meterse y trabajar, porque es a través de la actividad gremial que defienden su actividad.
-¿Los productores rurales no tienen conciencia gremial?
-Los productores rurales se caracterizan por trabajar aislados, sin pensar en el gremio. Si fuéramos más unidos los resultados serían mejores. La Sociedad de Fomento de Flores tiene una gran infraestructura, está asociada a la Federación Rural del Uruguay y me han elegido como Consejero –en esa función estoy junto con Guillermo Villa- y ahí he hecho una carrera inesperada. Porque actuando un año de Consejero llegué ahora a ser Vicepresidente de la Federación Rural.
A mí me embroman por la gran carrera que estoy haciendo como gremialista, pero yo hice al revés de lo común; hubo mucha gente que utilizó la Federación Rural para hacer su carrera política, y hoy son legisladores o tienen cargos de importancia. Se valieron de la Federación Rural para escalar en la carrera política, en cambio yo hice al revés, le doy al gremio rural toda mi experiencia que coseché en la vida política.
Aspiro que muchos productores se concienticen que el gremio es un gran instrumento y que tenemos que estar unidos, porque la actividad agropecuaria es el gran motor del país. Solos no somos nada.
-¿La actividad política partidaria no es compatible con la gremial en este caso?
-En lo personal me parecía grosero vincularme a una gremial ejerciendo la actividad política partidaria. Ahora que no tengo actividad política activa me pareció que era el momento de aportar al gremio.
Les decía a los compañeros de la Federación Rural, en broma, que cuando ingresé a la sala de sesiones hasta los cuadros me miraban de costado. Porque claro, yo con una actividad partidaria y sectorial muy grande, la desconfianza existe… ¿éste viene a hacer política acá? Pero es al revés, como ya dije, vengo a aportarle al gremio rural la experiencia que recogí en la actividad política.
Esta labor me ha servido muchísimo, hay excelentes personas tanto en la Sociedad de Fomento de Flores como en la Federación Rural, de los cuales he aprendido mucho. Son gremios de “freno duro”, que no se casan con ningún gobierno, que cuando tienen que decir las cosas se dicen y cuando tienen que acordar se acuerda por el bien del productor y la producción nacional.
Me siento muy a gusto ahí, estoy con la mente ocupada que es lo importante.
-¿El trabajo en el campo pasó a ser tu medio de vida?
-Hay gente que toma la actividad agropecuaria como una empresa y hay otros que nos gusta; o sea, es una forma de vida, no un medio de vida. Esa es la diferencia.
Está muy bien que haya empresarios agropecuarios; han venido muchos con una gran visión empresarial que han dado un gran empuje a la actividad. Fíjense que el Uruguay produce mucho más en menos hectáreas, ahora se explota la tierra mucho mejor que antes. Ha habido una gran transformación en la agropecuaria nacional, siendo ello mérito exclusivo del productor.
Yo defiendo eso porque los que adoptamos esta actividad como una forma de vida nos ha servido como espejo.