De aquella Capilla a este presente restaurador
Hoy es un día histórico para los trinitarios, trascendencia que a la vez compartimos con todo el pueblo uruguayo, porque en este 21 de abril se celebra una jornada que enorgullece al país entero por su trascendencia.
Este día tiene varias connotaciones, por un lado, la presencia por primera vez en Flores de un Cardenal de la Iglesia Católica, en este caso quien ocupa el Arzobispado de Montevideo Mons. Daniel Sturla, una voz que, más allá de la importancia específica de su investidura, es referencia ineludible en nuestra sociedad.
Por otro lado, la relevancia que reviste la reinstalación en el antiguo Baptisterio de la Parroquia de la Santísima Trinidad de la Pila Bautismal original, en un hecho que está asociado al propio nacimiento de la Trinidad de los Porongos.
Con claridad lo ha expresado a ECOS REGIONALES el cura párroco de la “Santísima Trinidad”, Padre Nelson González, al resaltar este hecho que vuelve única a Trinidad, porque fue entorno a una capilla con este trozo de granito en bruto -donde Fray Ubeda realizó sus primeros bautismos- que se creó esta ciudad, contrariando la costumbre de otros pueblos que primero se fundaron y recién después construyeron su oratorio.
Ese acontecimiento revela la importancia histórica que tiene esta Pila Bautismal, la que, por circunstancias de la hora, desde el año 1900 permanecía en el Museo Histórico Nacional.
Por tanto, es ahí, en ese símbolo religioso que a la vez traspasa lo filosófico y cualquier creencia, donde se entrelazan las raíces históricas de los “porongueros”.
Por ese motivo, esa Pila Bautismal –la misma que usó Fray Manuel Ubeda en sus celebraciones durante el proceso fundacional de esta ciudad- merecía estar en el antiguo Baptisterio, conservado en la Parroquia de la Santísima Trinidad.
Este hecho, además de ser observado con perspectiva religiosa e histórica, coloca su profunda mirada en el proceso de construcción de nuestra identidad como pueblo, un aspecto sobre el que hemos venido insistiendo a lo largo de los años, acompasando el propósito de un grupo de mujeres y hombres –investigadores expertos y aficionados, interesados en descubrir y exaltar nuestro patrimonio- que desde hace mucho tiempo trabajan en esa dirección.
Entonces, la reinstalación de la Pila Bautismal original, no hace más que fortalecer esos objetivos que apuntan a edificar fuertemente nuestra identidad como trinitarios, como “porongueros”, exhibiendo al país y al mundo la riqueza de nuestro patrimonio histórico y cultural.
Estos acontecimientos estimulan a la sociedad en su conjunto, sin dudas, en la medida en que tenemos la posibilidad de exhibir con orgullo un ayer que fue construido por antepasados que mucho tienen que ver con nuestras vidas, y que por tanto tenemos la responsabilidad de preservar y mostrar a otros.
Seguramente ese sentimiento de pertenencia se verá reflejado durante la jornada de hoy, de manera especial en los actos centrales previstos en la Parroquia de la Santísima Trinidad que, como pensamos, traspasan filosofías, creencias, mitos y religiones, para transformarse en una fiesta de toda la comunidad, sin excepciones.