El gran mensaje solidario de Henry Dunant
Ayer, 8 de mayo, fue celebrado el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja coincidiendo con el nacimiento de Henry Dunant, su fundador. Una fecha trascendente para la humanidad, por el significado, por el contenido que posee, por el compromiso que nos deja a todos.
Vale recordar el surgimiento de este día, que tiene a Dunant como propulsor; un filántropo y hombre de negocios suizo que se encontraba de viaje de trabajo en Argelia cuando decidió viajar a Solferino para encontrarse con Napoleón III. El 24 de junio de 1859, justo a su llegada, comenzó la guerra que enfrentó al ejército austriaco y franco-piamontés. La contienda finalizó con casi 40.000 heridos o muertos.
Henry Dunant organizó a la población civil para ayudar a los combatientes, además de comprar el material necesario y crear hospitales de campaña. Bajo el lema ‘Tutti fratelli’ (Todos somos hermanos), logró que todos los heridos fueran tratados, sin considerar su bando o condición.
Al mes siguiente, Dunant regresó a Suiza para escribir ‘Un Souvenir de Solferino’, una historia publicada tres años más tarde. Estas ideas lograron la aceptación del Presidente de la Sociedad de Ginebra para el Bienestar Público, quien convocó un pequeño comité para examinar las propuestas del filántropo.
El Comité Internacional de la Cruz Roja fue oficialmente fundado el 17 de febrero de 1863, coincidiendo con la primera reunión de este grupo de expertos. Un año más tarde, doce estados firmaron el Primer Convenio de Ginebra, un documento que pretendía proteger a los militares heridos y al personal sanitario. El uso de los símbolos de la organización, desde este momento, se enmarca dentro del Derecho Internacional Humanitario, y la labor de estos voluntarios debe ser respetada independientemente de las circunstancias.
Como sucede todos los años, la Cruz Roja Departamental celebró este día, en esta oportunidad junto a estudiantes de diferentes Institutos en el emblemático Liceo Nro. 1, en una decisión muy acertada, porque se trata –como se dijo en el acto- de sembrar la semilla solidaria de Dunant en estos jóvenes que son los responsables de mantener viva la llama de aquel hombre noble, defensor a ultranza del derecho a la vida por encima de toda condición humana.
La tarea que realiza Cruz Roja en el Uruguay, y particularmente en Flores, se corresponde con aquel mensaje que dejó el filántropo suizo. Un grupo de mujeres y hombres son los que tienen la responsabilidad de llevar adelante la obra solidaria en aquellos sectores que más necesitan de una mano tendida, llena de amor y de paz. Pero el proyecto Cruz Roja va mucho más allá, insertándose fuertemente en la sociedad para capacitar a niños, adolescentes, jóvenes y adultos en cursos de diversa índole, con el fin de que todos los ciudadanos estemos protegidos de los riesgos que amenazan a la sociedad.
La buena noticia es que Cruz Roja no está sola en esta gran propuesta, sino que hay varias instituciones del medio que también desarrollan una labor generosa en favor de los demás, lo cual significa un orgullo para la comunidad toda. Todos esos esfuerzos unidos constituyen una gran corriente de solidaridad, manifestada de las más diversas formas en favor de los más desprotegidos.
Ese es un don que nos distingue como sociedad, que nos enorgullece.