Una realidad que golpea nuestras conciencias
Nadie duda que es encomiable la tarea que realizan las instituciones que atienden a personas con discapacidad en todo el país, aunque corresponde destacar la obra que en Flores realizan las mismas.
Si bien es cierto que el Estado colabora para el mejor funcionamiento de estas entidades, no quiere decir que estén exentas de problemas para poder prestar normalmente sus servicios.
Un ejemplo de ello es lo que está ocurriendo con REDELSUR, cuyo esfuerzo para poder mantenerse en pie y atender a 35 o 40 jóvenes y adultos con patologías diferentes, es enorme.
Todos sabemos que está afrontando el problema de desalojo del establecimiento donde funcionó durante muchos años, lo que ha obligado a un gran sacrificio de parte de los gestores para continuar adelante, gracias a soluciones que han ido apareciendo mientras transcurrió el tiempo.
El logro de los Fondos Concursables a través del proyecto “Nuestra Casa” permitió adquirir un bien para pensar el futuro, pero no fue la solución definitiva, en la medida en que se necesitaron más recursos para reacondicionar un edificio que necesitó, no solo estar en buenas condiciones de habitabilidad, sino dotado de un instrumental muy especial para poder atender como corresponde a una población de discapacitados. Eso demanda muchos recursos, que REDELSUR debió juntar a través de beneficios y el aporte de los socios, los que, obviamente, nunca fueron suficientes.
Otro paso fundamental para la solución definitiva fue la aprobación por parte del Ministerio de Transporte y Obras Públicas de una partida importante, ante la gestión de un convenio, en el que también REDELSUR participa con su parte.
Esos recursos serán entregados en tres partidas de acuerdo al avance de los trabajos de reacondicionamiento de la casa, etapas que se irán cumpliendo, pero la fecha definitiva del desalojo está muy cercana y no permitirá cumplir con las aspiraciones del equipo, de mudarse en las mejores condiciones.
Nos interesa resaltar todo el esfuerzo que se ha hecho, y que deberá realizarse para alcanzar los objetivos que la institución se impuso desde su creación, que es atender a un sector de la población vulnerable, que generalmente ha estado marginada, sin recibir los cuidados y la atención que merecen.
Es ahí donde está la gran obra social de este tipo de instituciones, cuyo norte está orientado a la inserción en la comunidad de esas personas con discapacidades. Pero, ¡cuánto esfuerzo hay que desarrollar para lograr ese propósito!
Diego Tacoronto, integrante del Equipo de Representación de los Trabajadores en el directorio del BPS, que estuvo en Trinidad hace unos días, reconoció que “las instituciones que atienden la discapacidad están olvidadas”, y que merecen atenderse de mejor manera teniendo en cuenta las funciones que cumplen, con la mirada puesta justamente en la inserción social y el respeto de los derechos de igualdad de oportunidades para todos.
Advertir esa situación es convivir con una realidad que rompe los ojos. Por eso la necesidad de sensibilizar a los poderes públicos, para que las instituciones dedicadas a esta noble tarea estén cada vez más fortalecidas para que no sufran situaciones como las que hoy atraviesa REDELSUR.
Porque pensemos, por ejemplo, qué pasaría si esas entidades sociales no existieran.