Movilizaciones sí, diálogo también
La movilización de los productores agropecuarios en distintos puntos del país, a lo que se agregará mañana la concentración prevista en la rotonda de las Rutas 3 y 23 convocada por ruralistas y otros sectores del quehacer productivo de Flores, ha marcado la agenda de los últimos días.
La baja rentabilidad y otras reivindicaciones que tienen que ver con el alto costo de los servicios y la pesada carga impositiva, son factores que han determinado que productores hayan decidido salir a las rutas para manifestar su disconformidad con la política que en este sentido viene aplicando el gobierno nacional.
En este escenario un tanto confuso, en la medida en que las gremiales rurales son las menos visibles en esta expresión de protesta, y en cambio son productores autoconvocados los que llevan adelante la movilización, el tema se coloca en la agenda nacional para desembocar el día martes 23 en una asamblea que tendrá lugar en Durazno, donde los productores prevén aprobar un documento con sus demandas que será elevado al gobierno, con la expectativa que se produzcan cambios o se aprueben medidas favorables al sector.
Dentro de este panorama diverso, también en materia de opiniones políticas partidarias –porque ésta es una buena ocasión para que los actores políticos despierten de la siesta veraniega- hay coincidencias en que efectivamente los que más están sufriendo la falta de rentabilidad son los pequeños y medianos productores, los que viven y trabajan en el campo, por lo que las soluciones a esos problemas no son únicas e iguales para todos.
Hace hoy cuatro días, cuando el Presidente de la República regresaba de su descanso, convocó a los representantes de las gremiales rurales a la Residencia de Suárez y Reyes, comunicándoles algunas decisiones, entre ellas la extensión en el tiempo del beneficio de la tarifa eléctrica rebajada y un reforzamiento del fondo de garantía al endeudamiento para la lechería, la reglamentación de la ley de riego a favor de los arroceros, pero además se adelantó que la administración está estudiando algunas nuevas medidas para atender los planteos que se han presentado.
Al mismo tiempo Tabaré Vázquez ofreció instalar un ámbito de diálogo, con el fin de buscar caminos de entendimiento entre todos los sectores que intervienen en la problemática del sector agropecuario.
Creemos que no puede haber otra vía que el diálogo para avanzar en la búsqueda de soluciones a los problemas reales que se plantean, con los pies sobre la tierra y “sin cobrar al grito”, como se dice vulgarmente, porque en esto siempre suele aparecer alguno tratando de pescar en aguas revueltas, como si el momento fuera válido para pensar en clave electorera.
Está bien que los productores rurales y otros sectores del quehacer productivo nacional -los que realmente tienen argumentos para justificar su crisis- se movilicen y manifiesten al gobierno la necesidad de corregir el rumbo de la política tributaria y de tarifas públicas, o de lo que sea. Es un método legítimo para sensibilizar, pero eso debe estar acompañado por una abierta voluntad de diálogo, como forma de arribar a entendimientos y consecuentemente a soluciones.
El documento que saldrá el martes 23 de Durazno debería ser el vehículo para habilitar ese diálogo necesario. ¿O alguien piensa que hay otra manera para encontrar soluciones?