Desarrollo, trabajo digno e inversores locales
Es indudable que el fantasma del desempleo es uno de los peores enemigos de la sociedad, y eso exige que todos estemos atentos y obligados a buscar alternativas para que ese fenómeno no se consolide en el medio.
En reciente instancia vivida en Flores, donde estuvieron trabajando técnicos de la Agencia Nacional de Desarrollo con autoridades del gobierno departamental sobre temas de desarrollo y perspectivas futuras de crecimiento, no estuvo ajena la problemática del empleo, en la medida en que la “desaceleración económica” que se está dando actualmente, está impactando en forma negativa en el trabajo.
Reconocer el problema tiene su significado, de la misma manera que no quedarse en los diagnósticos y aprovechar las circunstancias adversas para extremar esfuerzos en busca de soluciones.
Las jornadas con ANDE fueron importantes en ese sentido, porque el tema del desarrollo forma parte fundamental del trabajo y del progreso de los pueblos. Y en este departamento –tan proclive a padecer con más fuerza estas desaceleraciones económicas- se está haciendo el esfuerzo para que la inversión privada local, una cosa poco tradicional a lo largo del tiempo, comience a ser protagonista de ese desarrollo.
No hay dudas que la obra pública ha sido siempre un soporte fundamental para la creación de empleos, mucho más en momentos de dificultades. Si a eso le agregamos el interés de la inversión privada, estaremos frente a un empuje superior, que en su momento se traducirá en más trabajo digno para la gente.
Las asociaciones público-privado que se están dando en Flores son una señal que va en esa dirección, y si bien se trata de primeras experiencias, cabe esperar con expectativas resultados acordes a los esfuerzos que se realizan.
A principios de esta semana fue presentado el proyecto del EcoParque Industrial, un emprendimiento que requiere de la iniciativa privada. La presencia de empresarios locales en esa instancia, demuestra de alguna manera que comienza a revertirse aquella vieja cultura, en la que era difícil encontrar interesados del departamento de Flores en invertir en su territorio.
No puede permanecer inadvertido ese fenómeno, que surge a partir de la apertura del gobierno departamental, manifestada en convocatorias a privados para consolidar una obra pública que necesita de otro tipo de inyecciones para poder crecer.
Nos parece que ese es un camino cierto, que favorecerá seguramente el sostenimiento de los niveles de empleo, hoy en situación de riesgo.
Por otro lado, está la expectativa que supone un fideicomiso para la compra de tierras destinadas a la construcción de viviendas.
Nadie puede negar la importancia que en materia de trabajo y empleo ofrece el sector de la construcción, por lo que agilizar el mecanismo previsto es sustancial, para que la mano de obra en este ámbito se vea fortalecida. De esa manera no solo se solucionará un problema grave, como es el déficit habitacional que se registra en este departamento, sino que se dinamizará el comercio y el trabajo.
Reconocer dificultades que se padecen, significa también el desafío de pensar qué hacer de nuevo para que el bienestar de la sociedad no se vea resquebrajado.