El Uruguay perdió a un gran hombre, Tabaré Vázquez

El Uruguay estará tres días de duelo, decretado por el gobierno nacional, ante el fallecimiento del Dr. Tabaré Vázquez, ex Presidente de la República e Intendente de Montevideo, además de haber presidido al Frente Amplio, del cual era Presidente de Honor hasta el día de su muerte.

Vázquez fue, además, un gran médico que se entregó desde muy joven a la ciencia y a la oncología, especialidad que eligió para poder desarrollar con toda su energía el servicio a la sociedad no solo de nuestro país, sino a nivel internacional, donde fue muchas veces reconocido por su sabiduría y por su lucha en bien de la salud de la humanidad, siendo un ejemplo de ello la batalla librada contra el tabaco que trascendió todas las fronteras.

Tabaré Vázquez fue un hombre con ideas muy claras, que pudo desplegar a plenitud cuando se entregó a la política y luego cuando se ganó el derecho de conducir al Frente Amplio junto con otro grupo de grandes hombres, logrando insertar  fuertemente las ideas socialistas en nuestra comunidad, hasta alcanzar el gobierno de Montevideo primero, y el gobierno nacional después, para cambiar la historia de este país, demostrando que la izquierda se nutre de los más auténticos valores de la democracia, de la misma manera que las demás fuerzas políticas que componen el actual sistema de vida de los uruguayos.

Los gobiernos del Frente Amplio conducidos por Tabaré Vázquez desde la presidencia, tuvieron como guía los principios inquebrantables de libertad, de promoción de valores republicanos, de justicia social, de igualdad de derechos y oportunidades en los ámbitos de la educación, de la salud, del trabajo, de la producción; de búsqueda de la verdad de lo acontecido en tiempos de dictadura, especialmente de respeto y consideración a la valiente lucha de los familiares por encontrar a sus seres queridos detenidos desaparecidos durante el régimen de facto que padeció la República a lo largo de doce años.

Vale destacar, en ese marco de principios de igualdad que guiaron a los gobiernos de Vázquez, la implantación del Plan Ceibal que permitió a todos los niños del Uruguay contar con una ‘ceibalita’, y de esa forma lograr que los escolares -principalmente aquellos en situación de vulnerabilidad- pudieran conocer y ser activos protagonistas de ese nuevo y desafiante mundo tecnológico, antes reservado solo a una parte de la sociedad. Tecnología a la que también accedieron las personas mayores, en una expresión que dejó de manifiesto hasta dónde llegó su ponderación a la dignidad del ser humano, también manifestada en el impulso de leyes que reconocieron derechos de las colectividades que históricamente habían sido postergadas en nuestro país.

Con Tabaré Vázquez el Uruguay pierde a un gran hombre de ciencia, y a un político de fuste, que supo timonear el barco en tiempos de tormentas, sabiendo aplacar las aguas cuando fue necesario a través de su capacidad de diálogo, de tolerancia, de liderazgo.

En las nuevas generaciones del Frente Amplio, pero también de las demás fuerzas políticas que conforman nuestro sistema democrático, queda la responsabilidad de recoger su legado.

¡Hasta siempre Tabaré!

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