Creó abonos para el agro a través de microorganismos eficientes
EMPEZÓ CON HUMUS DE LOMBRIZ Y SIGUIÓ BUSCANDO ALTERNATIVAS
A partir de la extracción de humus de lombriz siguió incursionando en la búsqueda de abonos orgánicos hasta llegar, durante varias etapas, a lograr con microorganismos eficientes una solución ideal para el agro.
Francisco Connio
Redacción/Montevideo
Mónica Bosciankas es una mujer que salió adelante gracias al tema de los abonos orgánicos, aplicables a cualquier actividad del agro, y creó una empresa en crecimiento aunque por ahora mantiene el sesgo artesanal. Pero todo se dio gracias a querer avanzar, a no quedarse quieta, tras haber logrado establecerse en el negocio de la lumbricultura, a la que llegó por casualidad, según confiesa.
Bosciankas cuenta a ECOS REGIONALES una historia increíble, pero que demuestra que el uruguayo debe revolverse como sea para salir adelante.
Mónica, uruguaya de nacimiento vivía en Malargüe, Mendoza, dedicándose a la podología. Pero tras la separación con su esposo regresó a Uruguay con sus hijos, Nahuel de 15 y Zadkiel de 13 años para comenzar todo de nuevo.
No fue fácil porque la profesión de podóloga, en Parque del Plata, donde reside, no alcanzaba para sostener a la familia, por lo que debió optar por otras actividades. Fue así que hizo de todo, confiesa, sin importar cómo llevar el peso a la casa. Se metió en la gastronomía, hizo alfajores, cereales, vendió ropa, hizo pizarrones para las escuelas, y alguna otra tarea, pero nada daba resultado, o mejor dicho nada colmaba sus expectativas.
Un día, navegando en internet, buscando una receta para un dulce, no sabe explicar cómo, pero encontró un link que se refería a la lumbricultura.
“Creo que son cosas del destino, me llamó la atención y entré a ver y fue como entrar en un mundo nuevo que ofrecía alternativas”, admitió.
A partir de ahí comenzó a investigar, a consultar gente idónea y que ya estaba en el tema para que le diera pautas claves antes de largarse a la aventura. Sabía que el camino era largo hasta obtener resultados pero igual no cedió y luego de tres años comenzó a ver los frutos. De esto pasaron ya cinco años, pero Mónica sigue con el mismo objetivo y mantiene las ganas.
Cuenta que para comenzar debió pedir dinero y arrancó con un puñado de lombrices. A su nuevo negocio le llamó ‘Ecolombriz’, primero “porque es eso, el cuidado de la ecología y segundo porque quería que esto retumbara en la sociedad y llegara a mucho oídos para que sepan que existe la forma de vivir de otra manera, más sano, más natural…”, sostiene la empresaria.
El crecimiento fue lento pero paulatino, sola y con muchas horas de trabajo comenzó con un metro cuadrado, hasta llegar a tener varios receptáculos con miles de lombrices en medio de enormes lechos de humus que ellas mismas producían, y que le daba a Bosciankas el dinero para sostener su casa.
Después comenzó a clasificar el compost para las lombrices, por lo que en su casa “hay una cultura de los desechos”, pero a diferencia de lo que puede pensar la gente “existe un buen control del compostaje, por lo que no hay olor ni insectos como moscas, mosquitos, etc. Esto tiene su cuidado, está muy bien aireado, con la humedad necesaria y sin olor. Cuando llega a su tiempo adecuado se le vuelca a las lombrices”.
Los años le dieron la experiencia y luego llegó el momento de comercializar lo producido, pero dice que no tiene “una infraestructura como para hacer 12 metros cúbicos por año. Es mucho para hacerlo sola, pero poco para desarrollar el emprendimiento. Para grandes emprendimientos precisamente se necesita otra infraestructura y ello significa mucho dinero. O sea tuve que pensar en otra cosa”.
OTRA IDEA, MÁS ABONOS
La idea era seguir incursionando en el tema abono orgánico, pero sin perder no solo el sesgo artesanal sino además tratando de que lo que se obtuviera mantuviera la calidad.
Comenzó primero con “humus líquido”, que en definitiva es un subproducto del humus sólido. Y lo explica señalando que “a partir del humus sólido que me daban las lombrices empecé a hacer sustratos, empecé a comprar otros elementos y comencé a mezclarlos, a experimentar sobre determinadas plantas y cultivos. Fui descubriendo otros productos de gran calidad, pero además con garantía sobre los cultivos, al punto que las plantas cambian en pocos días”.
A partir de ahí empezó la búsqueda de hacer abono líquido, “la segunda etapa de este emprendimiento. Para ello tuve que hacer más cursos, talleres, contactarme con colegas. Empecé a capturar microorganismos eficientes de nuestro suelo, a reproducirlos y venderlos, todo supervisado y estudiado por la Facultad de Ciencias, porque no quería ser una improvisada en el tema”.
Bosciankas dice que tiene varios puntos, lugares elegidos de terrenos ricos en materia orgánica con muchos nutrientes. Después pasa a un proceso que lo hace ella en su casa, donde prepara una solución madre para activarlos.
“Son una maravilla de verdad porque tienen montones de usos, desde lo doméstico hasta lo agroindustrial en todas sus formas, porque son bacterias benéficas. Por ejemplo además inhiben olores en establos, acelera los compost, se utiliza para tratar aguas grises, aguas negras, agua de pozos, etc.”.
“Pero además -y es bueno señalarlo- son materiales concentrados al punto que por ejemplo un litro de microorganismos eficientes puede llegar a rendir 100 litros para uso agrícola por ejemplo. Y además como son económicos resulta muy en cuenta” dice.
Mónica sostiene que la idea es desarrollar el emprendimiento a nivel empresarial y a gran escala aunque ello signifique que tenga que manejar otros costos en infraestructura, pero va por esa línea aunque no es sencillo.
“Además estoy permanentemente en contacto con la Facultad de Ciencias, con gente idónea en el tema para tener la constancia y seguridad que lo que hago es bueno. No quiero apartarme de lo legal y de lo que se necesita que es mucho para poder meterme en el tema. Pero por ahora vamos arrancando con cierto optimismo, porque además cada día estamos descubriendo cosas nuevas, como por ejemplo un abono foliar para las plagas, que ha dado excelentes resultados”.
Hoy la idea es encarar algo más profesional por lo cual la idea es asociarse para crecer, pues ya ha logrado establecerse, lograr que sus productos más allá de lo artesanal sean exitosos o sea en alguna manera tener más manos para producir más productos ecológicos, orgánicos, algo tan necesario en el mundo que vivimos hoy.