La lucha por una “gota de vida”

“Impotencia” fue la palabra que más se utilizó anoche por parte de los legisladores departamentales, en el desarrollo de la última sesión ordinaria del mes de julio, cuando escucharon los testimonios de un ciudadano que padeció cáncer y hoy, totalmente recuperado, pretende con su actitud de lucha sensibilizar a las autoridades del gobierno, para que liberen la fabricación y venta de una medicación alternativa que necesitan otros pacientes para continuar su tratamiento, que había sido exitoso hasta el momento de su prohibición.

Este tipo de temas, enfocado especialmente a lo que ha sido el debate sobre los medicamentos de alto costo, han sido motivo de análisis en estas columnas, porque no hay cosa más insensible que medir la vida de un ser humano por el valor monetario de una medicación que es necesaria para estabilizar su salud, prolongar su vida o curarla totalmente.
No hay campo más fértil para la impotencia que ver que una persona depende de un medicamento para vivir, y sin embargo se le ponen trabas para conseguirlo, ya sea porque está prohibida su venta o porque no se puede acceder a él por su alto costo. Solo basta imaginarse un segundo de tiempo si eso le pasa a un ser querido de cualquiera de nosotros, para sentir el dolor que eso significa… que la vida dependa de un problema que tiene solución solo empleando el sentido común y un gesto de humanidad.
El tema fue puesto encima de la mesa una vez más, cuando el ciudadano Miguel De León fue recibido por el plenario del legislativo para exponer sobre su caso particular, y a partir de allí continuar su proceso de lucha para que el Ministerio de Salud Pública revea la medida de prohibir la fabricación de las denominadas “Gotas GS”, que estaban siendo utilizadas para el tratamiento de diversos tipos de problemas oncológicos, obteniéndose muchas veces con ese medicamento la remisión completa de la enfermedad, y en el peor de los casos una mayor sobrevida en buenas condiciones.
ECOS REGIONALES se había interesado sobre esta situación, y en una extensa entrevista –que seguramente recordarán los lectores- De León relató su experiencia conmovedora, lamentándose que el Médico Veterinario Edelmar Siqueira de Treinta y Tres se vea hoy perseguido y amenazado por haber creado un medicamento de base vegetal que, se ha comprobado, tiene un buen poder curativo.
No es nuestra intención el calificar ese medicamento alternativo, su composición y demás; estamos muy lejos de eso, obviamente. Pero debemos señalar que así planteado el tema, la impresión es que detrás de todas las prohibiciones del Ministerio de Salud Pública, sobre estas “gotas” que su creador incluso llegó a regalar a los pacientes porque no necesita lucrar con ellas, existe algo extraño que la propia Cartera de Estado debería develar, para que el manto no siga cubriendo la verdad.
Mientras tanto la impotencia continuará ganándole a esa cantidad de familias que llegan hasta el establecimiento rural del Dr. Siqueira, para rogarle algo tan vital como es una “gota de vida” para un ser querido que tiene la esperanza y la fe de seguir viviendo.
Esta problemática merecería un gran debate nacional.

 

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