Lo que vemos detrás de las obras inauguradas

En la edición pasada informamos sobre la inauguración de nuevas instalaciones del Hospital de Flores “Dr. Edison Camacho”, en el marco de un plan edilicio que se enmarca en un proceso de mejoras que se han venido desarrollando desde hace un tiempo prudencial.

Quienes no van con frecuencia al centro hospitalario pero que ya conocían la añeja estructura de ese edificio, verdadero patrimonio del departamento, seguramente se sorprenderán al apreciar las nuevas instalaciones, con solo traspasar la puerta principal.
Son señales de mejoras que hay que celebrar, fundamentalmente porque se trata de obras pensadas en una mejor atención a usuarios de la Salud Pública, que es aquel que integra los sectores más desprotegidos de la sociedad, y que había sido postergado por un sistema viciado de inequidades.
Todo lo que se plantee pensando en la igualdad de derechos es importante, por eso debemos destacar este aspecto que tiene mucho que ver con mirar a la salud pública con otros ojos. Y en ese sentido el facilitar cada vez más el acceso a los servicios de salud en el Hospital, a gente sometida a tantas peripecias, es una cosa positiva.
Es cierto que las nuevas instalaciones deben ir acompañadas de otras cosas, tan trascendentes como éstas -o más importantes quizá- para hacer realidad un servicio de salud acorde a las demandas de la sociedad.
La obra edilicia debe formar parte de un todo, que tiene mucho que ver con la gestión, con la organización administrativa y sobre todo con el servicio de salud -propiamente dicho- que se presta en el centro hospitalario, que es en definitiva el gran objetivo de un Sistema Nacional Integrado de Salud que propone muchas cosas, también equidad a la hora de la atención al usuario.
Nos consta que se está avanzando, pero queda todavía un largo trecho que transitar, más tratándose de la salud.
La propia Ministra Muñiz reconoció, y es bueno que lo haga, que más allá de las fortalezas que implantó el sistema, están presentes todavía debilidades que deben asumirse sin tapujos, porque será la única manera de seguir progresando hacia una mejor atención a la población.
Dos cosas más nos resultaron interesantes en ese acontecimiento vivido la semana pasada. Por un lado que esas mejoras surgen desde la participación de directores y funcionarios del Hospital en talleres donde se analizaron esas fortalezas y debilidades en los diferentes servicios, lo que implica decir que los proyectos no emanan de una sola voz, sino que la decisión es colectiva y responde a diferentes miradas.
Por otro lado, la importancia que a nuestro juicio tiene la participación de los funcionarios en ese plan director del Hospital, porque son ellos, precisamente, quienes a diario conviven con los problemas y con los requerimientos de los usuarios.
El abrir las puertas a los trabajadores de un organismo público para la opinión tiene relevancia. Se trata de un cambio de cultura que debería adoptarse en otras instituciones del Estado, donde los funcionarios son piezas clave para un mejor servicio.